CAPITULO VIII
SE PUEDE AMAR MÁS
Helen está quedando ciega!.- comento Sofía sin adornar
la noticia, había discutido infinidad de veces con Helen, sobre la necesidad de
decirle sobre su enfermedad a Vivían, el resultado había sido el mismo, en
todas y cada una de las discusiones Helen había alegado que “no quiero que ella
se quede a mi lado por la presión social o creencia personal, de que estar a mi
lado por la enfermedad es lo correcto, sabes que últimamente, desde que
decidimos ser un matrimonio real, se ha vuelto distante, no logramos hacer
click compaginarnos como estábamos antes, es mejor que ella tome su decisión de
irse o quedarse sin saber que estoy enferma”
Cómo? Claro que no! Yo me habría dado cuenta si algo
así le estaría pasando.- Respondió consternada Vivian.
No, no lo harías, ella se quedaba aquí o en la
oficina, cuando el dolor era lo suficientemente fuerte como para no disimular,
y cuando perdía la visión por la inflamación de sus nervios, entonces decidía
quedarse en la oficina, más de una vez tuve que comprarle ropa para que se
cambiara, ya que se negaba a ir a casa, ¿Tu dónde estabas?.- recriminó Sofía.
Yo no quería molestar, la dejaba trabajar, pero si me
preocupaba.- las lagrimas ya rodaban libre por el rosto de Vivían, que no
dejaba de pensar en cómo se le había pasado algo así, como no se dio cuenta
antes, ¿qué estaba haciendo ella? La había abandonado cuando más la necesitaba.-
Mira Vivian, te respeto, y te tengo aprecio, porque a
tu modo, haces feliz a Helen a su modo, es su relación, y cada relación es
distinta, te lo dije nó para hacerte sentir mal, sino para que puedas entender
porque Helen se ha alejado, porque la exclusión que tiene hacia a ti, para que
actúes de acuerdo a lo que tu creas y sientas que debes hacer, si es que
quieres seguir con Julia hazlo, no te detengas por Helen; pero si en cambio
consideras que tu felicidad es a lado de Helen, lucha por ella, demuéstrale que
estas ahí, qué, aun siendo amiga de
Julia, la amas a ella; no es por ser cruel, pero hasta ahora te has unido más a
Julia que Helen y, creo que eso no era lo que querían lograr cuando ustedes iniciaron
nuevamente, antes que digas algo; dijo
Sofía levantando su mano derecha en señal que guardara silencio, observando
cómo Vivían trataba de hablar. Yo no creo que tengas algo con Julia, pero en el
punto está en que Helen, se apoyara en eso para evitar según
cree ella, hacerte daño quedándote con
ella, y conociéndola se que usara eso para tratar de que te vayas.-
Debo hablar con ella, debo explicarle hacerla entrar en razón.- respondió Vivían
parándose del sofá, casi corriendo camino a la casa que compartía desde hace
más de diez años con Helen.-
Cuando llegue a la casa, me sorprendió ver todo
oscuro, fui prendiendo la luces hasta llegar a la habitación principal, la cual
se encontraba al igual que como había conseguido el resto de la casa; en total
penumbra, cuando prendó la luz, me sorprendí de ver tendida boca arriba con su
brazo derecho tapando sus ojos, tenía el cuerpo tenso, por lo que sospeche que
tenía dolor, me acerque con cuidado a su
lado, con cuidado puse mi mano en su cabello, acariciándolo con mucho cuidado,
ella no retiro la mano de su cara, yo no insistí por quitársela, con cuidado me
quite los zapatos y, me acosté a su lado, abrazándola tratando de no moverla,
porque sé que tiene dolor, no quiero hablar con ella, si ella se siente mal,
necesito que entienda que la apoyo.
Pase mi brazo por su abdomen, no sé en qué momento me
quede dormida, me desperté al sentir un movimiento debajo de mi brazo, cuando
abro los ojos, veo que ella que intenta parece, su mirada esta desorientada y
por un momento pensé que no podía ver, “oh, bebé como te sientes? ¿Qué
necesitas, te ayudo?” pregunte nerviosa.
No, estoy bien amor. Respondí tratando de mantener la
compostura, pero el dolor lo hacía realmente difícil, ya solo podía distinguir
algunas formas, viéndolas como grandes manchas negras, y la luz le hacía doler
horriblemente los ojos, la lucha constante contra el dolor, hacia que me
mareara, o me sintiera débil, es cómo estás haciendo fuerza durante largos
períodos de tiempo, llega un momento donde simplemente cedes al cansancio, no
quería que Vivian se diera cuenta de mi estado, aunque debo ser sincera, me
había encanto despertar a su lado, sintiendo su cuerpo descansando a mi lado,
por unos minutos me relaje completamente, con la sensación de seguridad que me
brindaba su brazo alrededor de mi cintura.-
Me senté en la cama, luchando con la sensación de
vértigo que me había invadido, tuve que
colocar las manos a ambos lados de mi cuerpo para mitigar un poco la sensación
de mareo que tenia.
¿Qué tienes? pregunto colocándose de rodillas en el
colchón para verme.
Nada.- Respondí con voz suave, no puedo decirle lo que
sucede, si le digo ella se quedaría conmigo solo por lastima y no es lo que yo
deseo, deseo que si se queda conmigo es porque es lo que ella desea, no por
presiones como lo que dirán por abandonarme estando enferma.-
Oh por todos los Dioses, Helen no puedes decirme de
una puta vez que estas enferma, es que acaso no ves como me lastimas alejándome
de ti de esta manera.- explotó Vivian tocando con cuidado a Helen, un toque
delicado y cariño, que era totalmente antagónico al tono de voz que había
utilizado.
Yo, yo yo, yo quería decírtelo pero no sabía cómo, no
quería que te quedarás sintiendo lastima por mí, en un principio pensé que con tratamiento podría
controlarlo, pero no es así, y cuando finalmente fui al médico ya la enfermedad
estaba muy avanzada, en estos momentos la medicación es solo para el dolor,
pero mi visión cada día empeora más, así que probablemente para final de año,
solo pueda ver las cosas como grandes sombras negras distorsionadas frente a
mi.- mis lagrimas nacieron antes de que
me diera cuenta, y todo el miedo, dolor y ansiedad que había escondido dentro
de mi durante todo este tiempo, salió sin poder ni siquiera intentar detenerlo,
ella me abrazo más fuerza, “oh bebe, porque no me lo dijiste, porque no
confiaste en mi”. La voz de Vivían sonó dolida transmitiendo lo que sentía, al
saberse excluida de la vida de Helen.
Yo, no quise, no era que no confiará en ti, no quería
que me tuvieras lastima, no quería que cambiará la manera en que me miras, se
lo que hacen las personas que se enteran de mi enfermedad, en la oficina lo he
visto y lo he sentido, yo simplemente no quería que me vieras con lastima.- el
dolor, el miedo y la incertidumbre que llenaba la voz de Helen, fue suficiente para
hacer que todo el dolor y la ira que sentía Vivían, por sentir que la habían
excluido, se disipara ocupando en su lugar un gran sentimiento de miedo y dolor
por todo lo que estaba sufriendo Helen.-
Nunca podría verte así Helen, ¿por qué dudas tanto de
mi?, en verdad te amo, me pareces la
mujer más espectacular del mundo, se que cualquier chica o chico moriría por
estar a tu lado, por acompañarte, y yo estoy orgullosa de poder estar a tu lado
a lo largo de estos diez años, eres una
mujer inteligente, divertida, audaz, emanas una energía adictiva para las
personas que te rodean, haciendo que siempre quieran estar a tu lado, ya yo he
pasado esa energía y quiero estar a tu lado, por lo que eres, por ti, por cómo
me siento, cuando sujeto tu mano, o cuando despierto y siento tu cuerpo a mi
lado, quiero estar a tu lado, porque aun cuando
estoy feliz conmigo, estoy orgullosa de lo que he logrado, me gusta
sentirte a mi lado, me das esa sensación de plenitud, que quiero.- Manifestó
Vivían dándole un suave beso en los labios a Helen, sin darle oportunidad de
responder. El beso fue delicado, iniciando con apenas un roce de labios, la
acosté con cuidado en la cama acariciando el cuerpo de Helen con delicadeza,
sintiendo después de tanto tiempo sin sentir su cuerpo, mis manos subieron por
su abdomen hasta llegar a sus senos acariciando sus pezones duros, gracias a
Dios tiene la costumbre de dormir desnuda prácticamente, sentí como su piel se
erizó, y un gemido se escapo de su boca, sus manos tocaban mi cara, como tratando de sentir o mirarme a
través de sus dedos, sin poder controlarlo, una lagrima rodo por mi mejilla, sabía
lo que significaba para ella el hecho de tener que verme a través de la punta
de sus dedos.
Bebé.- mi voz salió tan dolida que por un momento no
la reconocí, pero me sorprendió sentir como Helen tomaba el control,
colocándose sobre mí, besando mis labios con pasión, mordiendo mi labio inferior,
mientras mis manos acariciaban su espalda desnuda, sus labios bajaron a mi
cuello, cuando sentí sus besos en mi cuello, todo mi cuerpo se tensó mis
pezones se erigieron
con tal fuerza, que cualquier roce de sus manos hacia que sintiera el mayor de los
placeres, cuando sus manos fueron sustituidas por su boca en mi pezón
izquierdo, apretándolo entre sus labios, sentí como la húmeda se intensificaba
en mi sur, por unos segundos temí correrme con solo esa caricia.
Los gemidos de placer empezaron a escapar de mi boca
antes de que me diera cuenta, me estaba
entregando nuevamente a ella, de
una manera totalmente distinta a todas las veces anteriores que me he entregado
a ella, esta vez era con una sensación de plenitud, de confianza, y amor, me
sentía plena en pocas palabras, el hecho de que fueran sus manos las que me
tocaban, sus besos y su lengua la que quemaban miel piel marcándola como suya,
me hacían sentir un placer indescriptible, cuando sentí su boca en mi sexo, me
entregue; sentí como mis músculos vaginales se tensaban, mi cuerpo se estaba
tensando preparándose para la liberación final, que ocurrió en el preciso
instante que ella introdujo dos de sus dedos en mi interior, beso mi clítoris, no sé cuánto tiempo estuve
en ese limbo maravilloso que te embriaga cuando llegas al clímax.-
No sé en qué momento comencé a llorar, no sé ni porque inicie a llorar en un
principio, pero ahí con mi cabeza apoyada en la cadera de Vivian, entendí todo
lo que había perdido, ya no podría ver su cara, no podría ver su sonrisa, sus
ojos, es que ni lo más elemental de ella podría ver, solo complicaría su
existencia, ella había admitido que quería tener hijos, pero ya por lo menos
conmigo no podía ser porque yo estaba ciega solo sería una carga, si acepto
entonces que tipo de madre puedo ser para el niño, no podría cuidarlo, no puedo
hacer nada ahora, no puedo marcarle la vida así, obligándola a ser la esposa de
una ciega dependiente totalmente de ella.
Como pude me pare, tratando de ubicarme en el cuarto, como no sé muy bien donde
están las cosas, a los pocos pasos tropecé contra un baúl, lastimándome el pie,
y cayendo sobre el baúl, lastimándome la cara porque obviamente no vi contra
que tropecé no pude calcular para poner las manos.-
Helen que estás haciendo? Dijo alarmada Vivian,
corriendo a donde yo estaba.
Déjame no necesito ayuda. – grite manoteando el agarre
que de su mano. Intente pararme pero el dolor de cabeza me mareo, y volví a
caer un poco desorientada nuevamente.-
No seas tonta Helen, déjame ayudarte no estás en
condiciones de actuar así, tienes un golpe en la pierna te has cortado con el
baúl, y un rojo en la frente, déjame ayudarte.-
alego Vivian con voz calmada.
Que no necesito ayuda!!!.- Grite frustrada y
adolorida. Gateando me fui como pude
hasta la cama, se que estaba a mi lado, podía escuchar sus pasos, se que
probablemente la lastime con mi actitud pero no puede quedarse conmigo, si yo
no le puedo brindar nada, solo seré una carga para ella.-
Cuando finalmente llegue a la cama, que me acosté escuche
su voz “Helen” el dolor que transmitió me hizo sentir como la peor persona del
mundo, se que la estaba lastimando pero es lo mejor, ahorita lo mejor es que
ella continúe con Julia, o si no es Julia otra persona, pero yo no puedo
ofrecerle nada. Me obligué a dormir, para dejar de pensar, para tratar de hacer
las paces con mi mente y mi corazón, para por lo menos unos minutos o unas
horas dejar de sentir; me encuentro entre estas dos aguas, mi corazón me dicta
que permita la entrada de Vivian, pero mi mente dice que no valgo la pena, que
no puedo estar ahí para ella como ella lo necesita.-
* * *
Vivian, sé que es difícil, pero ella siente que es una
carga, hemos discutido como te lo dije miles de veces por eso, no quiere
amarrarte a su vida limitada, aparte ella hasta la semana pasada ella. . . solo
debes tener paciencia Vivian trata de hacerla entender.- Dijo a través de la
línea Sofía.-
Me siento tan mal, Sofía como hago para que entienda.-
mi voz sonó entre cortada, el llanto luchaba por salir, recordar cómo se cayó,
su frustración, la ira con que hablo y el dolor con el que se quedó dormida, me
hacía sentir horrible, y lo peor de todo es que no tengo ni idea de cómo
ayudarla.-
Hola July como estas? .- salude cuando abrí la puerta,
la había llamado para desahogarme, no sabía qué hacer con
todo lo de Helen, su rechazo y el miedo de cómo su enfermedad iba a cambiar
nuestra rutina de pareja.-
Comenzamos hablar tratando que aun cuando el tema sea
serio y preocupante, no me pusiera a llorar en ese instante, era tratarlo con
cierta superficialidad, aprovechamos igual de investigar por el internet
centros de apoyo, ayuda y todo lo referente a como debíamos adecuarnos al nuevo
estilo de vida de Helen.-
El bebe de Julia ya tenía dos años, me tiene enamorada
cada día más, en verdad que el niño me hace desear ser madre, mi mente divago
en como seria tener un hijo de Helen, y sin evitarlo llore, se que ahora será
muy difícil lograrlo no porque no podamos, sino que con su condición
seguramente no querría.-
No puedes pensar así vi, tu serías una excelente
madre, y sé que Helen aun con su condición podría serlo, solo deben asesorarle,
es un cambio brusco en su rutina, pero muchos ciegos llevan una vida
completamente funcional, solo asesórate un poco para poder lograr ese
equilibrio que tanto necesitan ahora en su vida, se que cuando logren descubrir
como interactuar en un mundo diseñado para los que ven, podrán continuar con
sus metas y sueños.- dijo July abrazándome.-
No sé, july, es tan difícil, ella ayer se cayó y me
alejo no me acepto, me tiene un muro y tengo tanto miedo de no poder superarlo, de que sencillamente me
deje fuera de su vida, se que Sofía arriesgo mucho en contármelo, pero tengo
miedo tengo dudas al respecto…
Buenos días veo que es un desayuno tardío- nos interrumpió Helen, sentí como se habría aun
más la brecha entre nosotras.
Buenos días Helen como te sientes?- pregunto Julia
tratando de ignorar el momento súper incomodo que se había creado en la
habitación, se podía sentir la tensión que nos abrazo a todas.-
Bien y ustedes? Reunidas desde temprano harán algo
especial hoy? Vivian hoy pasaré el día en la oficina cualquier cosa escribe o
llamas a Sofía, por cierto viajo a Venezuela dentro de tres días y a Italia
dentro de seis, iras o te quedas? Le das la respuesta a Sofía ella es la que
está gestionando todo lo del viaje, te digo porque sé que te gustaría ver a tus
amigas allá y pensé que tal vez te gustaría.- soltó Helen un poco nerviosa
antes de empezar a caminar a la cafetera, cuando fue a agarrar la cafetera note
que su pulso temblaba notablemente, su piel estaba más pálida, llevaba unos
lentes oscuros, con los cuales la había visto en muchas oportunidades durante
este año, la sensación de culpabilidad de que sentí lo descuidada que había sido
con ella, ¿cuánto dolor había tenido que
soportar a solas? Cuantas noches había pasado ella sola pensando en todo lo que
se le avecina? Sentiría miedo?.- Helen
como que te vas de viaje, no deberías, no en tus condiciones. – Dije
preocupada.
No me digas que puedo y que no puedo hacer, se
perfectamente cuales son mis limitaciones Vivian.- Respondió con un tono de voz
que no había escuchado en mucho tiempo, me sorprendió descubrir la rabia y el
dolor que se ocultaba en su voz dura.-
Me acerque a ella, “bebé, no lo digo por mal, me
preocupas me da miedo que te lastimes, me da miedo que te compliques, que pasa
si te duele la cabeza estando por allá, quien estará pendiente de ti, quien
cuidara de ti” acaricie su cara con delicadeza, me puse de puntitas para poder
darle un beso delicado en los labios, me había olvidado completamente de Julia,
y francamente mi prioridad era Helen. Me correspondió el beso de forma tímida,
cuando me separe de ella, no dijo nada simplemente se dio la vuelta y se fue,
pero por su caminar se que estaba confundida, enredada en sus pensamientos, por
un momento me sentí feliz, se que por lo menos he logrado romper a primera
barrera, pero como sentí esa felicidad sentí la tristeza por todo lo que ella
estaba pasando, y por lo que significaba para nosotras.-
Ay Julia no se qué hacer en verdad, no sé como
acércame como se abra a mí, que confié en mi.- dije cuando escuche la puerta de
la casa cerrarse, estuve a punto de volver a llorar, pero sé que con eso no
solucionaría nada, y julia no es de las mujeres que soporte el llanto mucho, es
mas se altera cuando ve alguien llorando, así que aguante mis lagrimas.-
Sofía, donde están los documentos de las importaciones
de los medicamentos?. Esta todo bien con Aduanas?.- Pregunte un poco alterada.
El dolor desde ayer nada que se calma, empiezo a sentirme mareada por el dolor
y probablemente producto de la cantidad de pastillas que he tomado.-
Mmm Helen, si todo bien los documentos aquí estan, que
tienes?.- pregunto Sofía extendiendo unas carpetas contentivas de los
documentos que le exigió Helen.-
Nada Sofí, solo algo preocupada por las medicinas que
importaremos quiero que lleguen a tiempo, y no vayan a ocasionar problemas con
el inventario, llama a la clínica y prepara la reunión de la Junta Directiva,
para hablar sobre las nuevas becas, los requisitos de las operaciones sociales,
y los programas investigativos, pero lo quiero para ayer, y por favor inicia la
gestión para el viaje a Venezuela e Italia, prepara la agenda para las
reuniones de Junta Directiva en Caracas e Italia, y reserva el hotel y todo,
cuando lo tengas todo listo infórmame.-
le indique que se retirara y apague la luces de la oficina, decidí acostarme un rato en el sofá a ver si,
así se me calmaba el dolor, pero el dolor seguía igual o más fuerte que con el
que desperté esta mañana. No sé cuánto tiempo dormí, pero me desperté al sentir
que alguien entraba a la oficina, con mucho esfuerzo me senté, pero me sentía
muy mareada el dolor había aumentado, ya no era un simple dolor de cabeza, era
una migraña en todo el esplendor de la palabra; escucho Sofía entrar en la
oficina, tratando de hacer el menor ruido posible, se coloca a mi lado, se que
sabe que estoy despierta, me paro un poco para darle espacio a ella para que se
siente y yo poder descansar mi cabeza en sus piernas, así lo hice, ella con
mucho cuidado empezó a masajear mi cabeza, hombros y cuello, sentí como poco a
poco los músculos de mis hombros y cuello se relajaban, ayudando un poco en el
dolor.
Helen, ya que estas más relajada me puedes explicar
porque acabo de recibir una llamada de Vivian al borde de un ataque de nervios
porque tu no contestas las llamadas? ¿Han discutido?.- pregunto en tono suave.
Inmediatamente me puse tensa, porque sé que todo lo
que paso ayer y el día anterior, tenía mucho que ver con mi dolor, se que había
actuado como una patana, pero no se
francamente que hacer, no sé cómo nos afectara, y en verdad estoy aterrada;
pensé, aunque no le dije nada, solo le respondí “hemos discutido, sabe que estoy
quedando ciega y no sé cómo llevarlo”
- Podrías empezar, por compartir más tiempo con tu
esposa, por involucrarla más en lo que necesitas y como te sientes, ¿No crees
que te sentirías mucho mejor o por lo menos un poco mejor, si sabes que tienes
a alguien ahí que te sujetara si caes?
- Podría ser, pero sabes que no quiero amarrarla a mí,
no quiero que este solo porque socialmente se vea mal que me deje ahora que
estoy ciega.-
- No creo que este a tu lado solo por presión social,
apuesto a que ella no es de las que le presta mucha atención a esas cosas, pero
si se que esta a tu lado porque le preocupas, porque le importas, y porque
finalmente te ama, ciega o no, con dinero o sin él, con hijos o sin hijos,
Helen no permitas que el miedo te quite lo más importante que tienes, ¿si pierdes
a Vivian, se divorcian, como te sentirías tu?, estamos claras que nadie se
muere de amor, pero en verdad quieres eso estar sola? Es lo que deseas dormir
sola, no contar con nadie?
No conteste nada, porque que podía responder, era
clara mi respuesta, ahora estaba en el dilema de cómo iba a darla a entender,
con esfuerzo me senté “ayúdame a llegar a casa, el dolor de cabeza me está
matando”
Bueno al menos es un avance el hecho que quieras
refugiarte en casa y no en la oficina como lo ha venido haciendo. – el tono de
Sofía fue ligero pero sé que me lo estaba diciendo en serio.-
No hagas tanto drama y ayúdame.- mi tono aunque ligero
también mostro la misma advertencia que mostraba Sofía.
Cuando llegamos a la casa, yo prácticamente no podía
caminar, me sentía totalmente mareada y el dolor era aun peor si se podía
decir, sentía que latía dentro de mi cabeza algo, Sofía abrió la puerta de la
casa con mis llaves.-
Cuando estábamos llegando a la sala escucho la voz de
Vivian “¿Qué paso que esta así? Pregunto corriendo para llegar a mi lado, yo no
respondí me sentía tan mareada que me costaba coordinar mis acciones, no sé qué
paso después que ella preguntará solo pude sentir como mi cuerpo se dejaba ir,
y una deliciosa relajación se apoderaba de todo mi cuerpo en general.-
Doctor que sucede? Porque esta así. Vivian estaba
alterada y los doctores aun no sabía porque Helen se había desmayado, aunque
sus signos vitales estaban bien, aun no
recuperaba la consciencia por lo que los doctores aun no sabía a ciencia cierta
qué era lo que sucedía; habían descartado un ataque cerebro vascular, pero no
estaban tranquilos, la negativa de su cerebro a reaccionar, no ayudaba a
mejorar la preocupación que sienten todos los involucrados en el caso, desde
Vivian hasta las enfermeras, pasando por los Doctores. No ayudaba para nada que
cada vez llegaran más periodistas.-
Han pasado exactamente cinco días desde que se desmayo
Helen, por fin los doctores saben que tenían, y han actuado contra ello, el resultado
se llego por error, fue algo involuntario y aun, cuando Helen es doctora no
habría podido hacer nada, lo que paso es que dos de las pastillas que estaba
tomando estaban contra medicadas para ser combinadas con dos pastillas más,
pero como las recetaron médicos diferentes no se podía saber que estaban siendo
ingeridas de forma simultánea, Helen tampoco se percato de los componentes,
asumiendo que todos los malestares eran causados por su enfermedad.-