lunes, 19 de septiembre de 2016

La Policía



Estaba en camino a  una reunión de trabajo, hoy había decidido ir a la oficina a pie no me queda muy lejos tal vez unos treinta minutos caminando muy lento, cuando de repente siento que pasa un hombre fuerte a mi lado me empuja y se lleva mi cartera, yo trate de seguirlo pero era muy rápido, corrí una cuadra tal vez dos cuando me siento mareada me apoye en la pared y, veo que mi brazo izquierdo esta lleno de sangre al igual que mi pierna. Unos señores que iban pasando me ayudaron a sentarme en un pequeño café que estaba a unos pocos metros, en verdad estaba bastante desorientada, entre el susto, la preocupación de las cosas que se llevaron y  no saber como me había lastimado ¿con que me había cortado?.
¿Señora se encuentra bien?- Preguntó un joven apuesto arrodillado frente de mi. ¿Podemos llamar a alguien? - completo cuando no respondi.
Yo, mm (respire profundo) si, por favor debo llamar a la oficina y debo colocar la denuncia del robo, se llevaron mi maletín y mi cartera.- Respondi nerviosa aún, mis manos estaban temblando tanto que me costaba sujetar las cosas de manera firme.
¡Buenos días! Salude a la detective que habían asignado para investigar mi caso.
¡Buenos días!- Respondió con una sonrisa. ¿Me puede indicar que sucedió? trate de no obviar nada por muy tonto o inútil que le parezca. - Completó sentándose en la silla que estaba al extremo de la mesa.
Narré todos los hechos, desde que desayune hasta el momento que salí de la casa y el hombre robo de  mis pertenencias, pero el susto estaba pasando factura y me sentía realmente agotada, aparte el raspón en mi rodilla y brazo estaban empezando a resultar realmente dolorosos; no eran grandes ni profundos eran raspones leves pero el susto si me tenía bastante alterada.
¿Cómo te llamas? pregunté cuando iba  en la patrulla, ya había hecho la declaración y firmado, solo faltaba que ella la llevara a la delegación pero, sin embargo, por el radío había hecho un reporte.
Me llamo Jessica Duarte. Respondio cortésmente, atendiendo a una indicación que le di para llegar a la casa.
Cuando llegamos le pedi ayuda para subir, más que todo porque no quería que se fuera, era una mujer realmente sexy, un cuerpo definido, blanca, con el cabello marrón y corto por las orejas, unos ojos color café muy lindos y dulce, una sonrisa coqueta que provocaba que cuando sonreía se formarán dos hoyuelos muy tiernos en sus mejilla. “pasa siéntate en el sofá, ¿quieres café? ¿tu turno ya ha terminado no?” pregunté indicando dónde quedaba  la sala.
Fui a la cocina y cuando regrese ella esta observando unas fotos en la que yo salgo con un grupo de amigas escalando una montaña, “la salida fue hace unos dos meses a una montaña en el límite de la ciudad, es un campamento de vida salvaje, fue un viaje bastante divertido para un fin de semana”. Comenté acercándome por detrás deleitándome con su perfume floral.
  • Por las fotos se puede ver que fue muy divertido.- Respondio sin alejarse de mi.
  • Si fue bastante divertido, puedo llevarte un fin de semana que tengas libre.- Respondi acercándome aún más a ella.  
Nuestros cuerpos casi se tocaban de la poca distancia que teníamos entre nosotras, sabía que la policía era lesbiana, mi gay radar se había vuelto loco al verla, coloque mis manos sobre sus hombros y las baje lentamente por sus brazos hasta llegar a sus caderas, descansando mis manos ella me acerque con algo de miedo, (pues aún puede rechazarme  ser gay no es seguridad de que yo le guste), la bese suave con algo de temor, cuando sentí que me respondía el beso me acerque aun más, el beso se fue haciendo más pasional. Ella tomó el control sujetando mis caderas sin dejar de besarme, me pego al sofá chocando nuestras caderas, ella comenzó a acariciar mi piel debajo de mi camisa negra, sus manos subían con vida propia por mi espalda quemándome con su pasión, me senté en el respaldo del sofá atrayéndola más a mi y rodeando sus caderas con mis piernas, saque la camisa de su uniforme dejándola con un sexy sujetador de encaje negro que sostenían en su lugar sus hermosos senos, duros grandes, enterré mi cara ellos, besando la piel caliente entre ellos; baje el encaje de su seno derecho y comencé a besar su seno dándole delicados besos por el borde de la aureola, notando el pezón erecto reclamando atención, le quite el sujetador por completo dejando que sus hermosos senos quedaran libres para mi, los acaricie con mis manos de forma suave, mientras yo besaba la piel debajo de ellos, notando el abdomen plano y trabajado de mi policía.
Ella me tomo por los gluteos llevándome cargada hasta la habitación donde me dejó en la cama con delicadeza, vi como se desabrochaba su cinturón y de la parte de atrás sacaba sus esposa, la vi con un poco de miedo hasta que comprendí lo que haría. Tomo mis manos y las llevó sobre mi cabeza al cabecero de la cama donde las esposó en “v” a el, luego con lentitud fue desabrochando mi camisa, hizo lo mismo con mis pantalones ajustado, saco el pantalón con cuidado dejándome en ropa interior, sentí por un momento una presa indefensa de la policía definida que tenía casi encima de mí, con una sonrisa pícara fue besando todas mis piernas desde los tobillos hasta casi llegar a mi entrepierna. “Me encantas, tu piel es tan suave”. Dijo acariciando mi piel volviendo a besarla toda, subió a mi boca y me beso, con una pasión que casí hizo que llegara, sentía su cadera embestirme suave, sentía su calor en mi centro y como el contacto de su entrepierna con mi clítoris me hacía ver estrellas.
“ Por favor” gemí cuando sentía que cortaba mi sujetador liberando mis senos duros, deseosos mis pezones erectos, estaban tan duros que me dolía el aire de su respiración en ellos, los rodeo con su lengua caliente y húmeda, gimiendo conmigo al momento de tocarme, para luego chupar y jalar hasta estirarlos tanto que se salieran de su boca, la línea del dolor y el placer apenas dibujada no en mí no me  permitía saber si me dolía o si por el contrario su lengua y su boca me daban tanto placer que me dolía. Sentí como sonrió ante mi reacción “¿te gusta duro no nena?” se alejó para ver mi cara y yo solo podía gemir, sentía que mi cuerpo no me pertenecía, solo quería que me poseyera y me hiciera acabar, me estaba quemando, sentir su piel me quemaba. “Si quieres que pare puedes decir rojo de lo contrario no pararé” volvió a besarme esta vez mordiendo mi labio inferior un poco más fuerte, sentí como mi sexo se contrajo humedeciendose aún más si era posible.
Corto mi panty haciéndome un poco de daño pero me dio placer, me estaba volviendo loca, me gustaba que esta mujer me hiciera daño, me tomará así como si fuera su juguete. “ya vengo” dijo dandome un beso largo en mi coño, pasando su lengua a lo largo de toda mi húmeda, haciendo un poco de presión en mi clítoris; inmediatamente yo levante mis caderas para alargar el contacto pero ella al igual que hace unos minutos sonrió de medio lado y salió de la habitación. Cuando regresó venía con varias cosas en las manos, dejó todo en la mesa de noche a mi lado y se quitó el pantalón, dejándome ver su panty de encaje negro a juego con su sujetador; sentí como mi garganta se secó y todo mi cuerpo vibró de excitación de ver a esa mujer así con mirada felina y aire electrizante parada justo a lado de mi cama. Sonriendome de forma coqueta tomo un cubo de hielo de un envase, se lo metió en la boca y recorrió mi abdomen haciendo figuras sin sentido en él con el hielo, subió con el hielo hasta mis senos dibujandolos, bordeandolos hasta que llegó a mi pezón duro y erecto,”ahh” gemí de nuevo sintiendo su boca fría en contraste con mi piel hirviente. Su mano bajó hasta mi entrepierna acariciando mis labios mayores, “me encanta como te pone un poco de mano dura” susurró en mi oído besándolo mientras dos de sus dedos entraban en mí, sentí como me llenó por completo con sus dedos largos y fuertes. “No puedes llegar hasta que no te lo indique” volvió a susurrar en mi oído mordiendo mi cuello _ me quedará marca mañana _  me dije.
Volvió a dejar un camino de besos por mis senos y mi abdomen hasta llegar a mi mojada entrepierna, sentía pena de que me viera así de mojada, pero al sentir sus labios tocándome ahí, Dios, que placer, era indescriptible; se metió entre mis piernas, y su lengua me recorrió toda, sentía como sin control su lengua subía, bajaba y volvía a subir por mi sensible clítoris. “vamos nena abre las piernas para mí” me ordenó; abrí mis piernas y sentí como dos de sus dedos entraron en mi lentamente, abriéndome a su paso nuevamente. “ahh” gemí sin control. Cada vez me penetraba más rápido, más duro, hasta que sentí como el orgasmo se iba formando en mi interior con fuerza, urgido, sabía que este orgasmo sería fuerte; “vamos nena regalamelo” y así fue, un orgasmo, que hizo que vieras estrellas, que todo mi cuerpo temblara, que todas mis terminaciones nerviosas sufrieran pequeños electroshock haciendo aún más largo el orgasmo.
Me quedé unos segundos o tal vez unos minutos quieta, sintiendo como mi cuerpo se iba recuperando y como ella me iba besando con delicadeza cada poro de mi piel; cuando sentí que estaba recuperada, que mi corazón no sufriría un infarto abrí los ojos, sorprendiendola observándome dulcemente mientras con la punta de sus dedos hacia figura en mi abdomen.
Ella gateo sobre mi de una manera muy sexy haciendo que mi cuerpo volviera a sentir la llama de la pasión de forma instantánea, “ven sube” dije con una sonrisa en mis labios; ella también sonrió sabiendo lo que quería de ella, con cuidado se puso en posición para cabalgar mi boca, tomó mi cabello con su mano derecha para dirigir el ritmo, saque mi lengua un poco para saborearla, la bese con cuidado, hasta que dejo que el contacto fuera pleno, permitiéndome introducir mi lengua en su interior, saboreandola, deleitándome con el vaivén vertiginoso de sus caderas, sentía como sus piernas empezaban a temblar, como su abdomen se contraía, levante mi vista para observarla acariciarse su seno derecho con su mano izquierda, su cabeza tirada atrás, gimiendo, para finalmente convulsionar en mi boca. Se dejó caer a un lado de la cama escondiendo su rostro en mi cuello, mientras daba dulce besos a mi cuello “debemos dejar de armar estas fantasías así, un día de estos me darás un infarto”- comentó preocupada.
  • Lo siento nena fue sin querer, pero, sé que te ha gustado, prometo para la próxima no involucrar tanta gente.- Respondí robandole un beso.
  • Ven bella te desataré, para darnos una rica ducha.- comentó desatándome.
  • ¿Podemos esperar unos minutos? no creo que mis piernas me aguanten. sonreí un poco extenuada.
Nos dormimos un rato, cuando despertamos ya el sol se había escondido, la desperté con un beso dulce en los labios, “vamos a bañarnos mi Cristina grey” le dije sonriendo plenamente  feliz de tener a la mujer que amo a mi lado.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Una nueva oportunidad de Amar

Capitana Efe, el señor Méndez está aquí, dice que la conoce ¿lo dejo entrar?
Si por favor, muéstrale el camino y luego nos traes un café.-
Carlos Méndez era mi mejor amigo, aunque no somos de hablar todos los días yo lo considero mi familia, mi hermano, sé que yo para él soy igual una hermana; luego de estudiar todo la preparatoria juntos y sobrevivir a los continuos maltratos en la preparatoria hicimos un gran vínculo, cuando finalmente saque de mi vida a mi padre y lo tomará como muerto, él fue el que evitó que destruyera mi vida con esa tragedia no sé si en verdad llegue a superarla o simplemente aprendí a vivir sin ella a mi lado.
¿Carlos cómo estás? Como ha pasado el tiempo ¿no? ¿Cómo está tu hermosa familia? .- lo abrace antes de que mi secretario saliera sorprendiéndolo ya que no era de mostrar cariño en público, soy conocida por ser bastante fría y dura con todos.-
Bien, mi esposa “bella” te manda saludos dice que te espera para el dia del trabajador en casa, que no aceptará ningún tipo de excusa y, Julia bueno, esta en esa edad en la que uno como padre se pregunta ¿que hice para merecer semejante castigo?. comentó algo preocupado por el comportamiento de su hija.-
Explícame qué sucede con Julia, la última vez que la vi quería estudiar algo referente a biología y con eso crear algo pro ambiental o algo así.- respondí algo perdida de la carrera de la niña y haciendo caso omiso del tono con el que se refería a Olga, tenía suficiente tiempo tratándolos y sabía que era un comportamiento casi normal su relación odio - amor.
Bueno esta estudiando eso, está en su último año de biología marina, pero resulta que tiene que  irse de la casa de su tía le va tocar vivir sola y eso no me gustaría, prefiero que esté en un lugar seguro,  tu sabes lo peligroso que está todo, ¿como ella va estar sola? a parte está con un grupo de amigas que nunca sé de qué están hablando, me da miedo que se esté metiendo en problemas.- Respondió mi amigo con voz baja con un tono de voz bastante preocupado.-
¿Y en qué te puedo ayudar yo? que necesitabas venir aquí para pedirme el favor - Respondí. Sospechaba que me iba a pedir que fuera la niñera de Julia. Algo que no me llamaba la atención para nada.-
Necesito que me alquiles una habitación en tu casa, sé que tú podrías saber en qué anda con poco tiempo en tu casa y, tus normas de militar la ayudarían a tener  disciplina, yo creo que es lo que le hace falta un poco de mano dura, sabes que Olga y yo no creemos en eso así que se crió explorando los límites y ahora no sabemos cómo implementarlos, por favor ayúdame.- Suplicó el padre.-
¿Dios pero qué puedo saber yo de ser madre Carlos, si sabes que se me mueren hasta  las plantas no? ¿Estás seguro que quieres que comparta conmigo?.
Claro que si Carol ¿por qué no iba a querer que compartiera contigo? Eres una de las mujeres más espectaculares que conozco, eres capitana de la marina del país, condecorada mil veces por todos tus logros e investigaciones, eres recta, leal, una excelente amiga, que podría estar mal en ti para alejar a  mi hija.- su comentario hizo que un rojo escarlata tiñera mi rostro, sé que éramos muy buenos amigos,  pero el hecho de que me confiara a su hija me sorprendía, siempre pensé que no me tenía tanta confianza.-
Carlos… Lo abracé antes de que mis lágrimas rodaran libre por mis mejillas, escondiendo mi rostro en su cuello. -Eres mi mejor amigo, sabes que haría lo que me pidieras, así sea darte mi hígado, te daría lo que me pidieras.-
Perfecto ella está afuera esperándote, sé que tienen mucho tiempo sin verse, pero seguro se llevaran bien.- Carlos se paró de la silla rápidamente antes de que su amiga cambiara de opinión. Su hija era tan contraria a lo que su amiga era, que sentía que estaba alterando el orden natural de las cosas a poner a esos dos seres a compartir, aunque obviamente su amiga conocía a su hija y a toda su familia, pero la había visto en contadas ocasiones. Carol era de las personas distantes, aunque siempre estuvo para los momentos importantes, aun cuando no estaba todos los días, él y su familia le debían tanto a ella que no sabían por dónde empezar a pagar todo lo que ella había hecho por ellos.-
Cuando Carol salió justo detrás de Carlos para encontrarse con la chica, se sorprendió de ver a una joven con un estilo totalmente rebelde, todo lo contrario a lo que se esperaba de la primogénita de su amigo, su amigo era un hombre de traje y corbata con estilo de hombre de los años cincuenta, organizado al punto de ser obsesivo, y la joven era una rebelde de sangre, el jean tenía huecos en las rodillas, los converse gritaban y suplicaban que dejaran de usarlos, la camisa roja resaltaba su color de piel blanca, el cabello lo tenía corto con unos mechones en la parte de adelante más largo, aún conservaba su color rubio y, sus ojos grises seguían igual de enérgicos. Carol se sorprendió de la imagen de la chica, aunque apenas tenía 20 años era una joven realmente hermosa, emanaba una energía embriagante propia de la juventud y se preguntó ¿qué había hecho para asustar a su padre?.-
Hola Julia ¿cómo estás? Tiempo sin verte.- la saludé acercándome a ella.- El color rojo de sus mejillas me dio ternura y a la vez un calor en mi pecho poco común en mí, arrugué mi entrecejo por la sensación nueva.-
Sabía que iría a esconderse detrás de ti, siempre te busca cuando empiezó a molestarlo.- respondió en tono agrio.-
Su papá iba a decir algo pero con un gesto se lo impedi, sabía que solo quería manipular a su padre, hacer que se sintiera mal para ella lograr lo que quería.-
Bueno tu padre me comentó que querías vivir sola, pero le da miedo, algo que apoyo. A mí también me daría miedo que mi hija se vaya a vivir sola en una ciudad tan peligrosa como está.- comenté cuando entramos a la oficina. Mi secretario estaba sorprendido por la visita y no me extrañaba, en los diez años que he estado aquí nunca nadie me había visitado.-
No soy una niña ya tengo 21 años, soy perfectamente capaz de cuidarme sola.- respondió segura.-
Eso no lo dudo pero estaremos más tranquilos así, pero si no quieres vivir conmigo puedo poner un batallón de mi gente a seguirte a todas partes y podrás vivir donde quieras.- me arriesgué apelando a su sentido de independencia y privacidad.
No hace falta eso, prefiero vivir contigo que con él.- dijo dándose la vuelta, pude observar desde mi puesto como se limpiaba una lágrima de su mejilla.-
Perfecto, entonces decidido de manera democrática, vivirás conmigo hasta que se considere necesario. Cuando lleguemos a casa te explicaré las normas, espero que las respetes. No tengo que explicarte mucho dado que me conoces, pero espero que entiendas por qué en mi caso hago todo esto.-  No quería sonar condescendiente con ella; ella inmediatamente supo que esta medida me tomó por sorpresa tanto a ella como a mi, aunque estoy segura que ella tuvo un poco más de tiempo para prepararse.-
Los dejé solos un momento para que hablaran, mientras que yo estaba hablando con mi asistente/secretario sobre cómo reprogramar todas mis reuniones ya que hoy no podía quedarme. Él estaba con humor extraño, pero siempre profesional - Ivan te explico mañana, en verdad no tengo paciencia para tus reclamos. Te explicaré por respeto, pero no porque tenga que hacerlo, tú estuviste claro en lo que yo quería y lo aceptaste, así que no quiero problemas.- Le dije al joven, aunque mis impulsos sexuales no eran muy frecuentes, había períodos que necesitaba la compañía de algún hombre para satisfacerlo, aunque casi nunca lo lograba, pero por lo menos lo intentaba, aun cuando en mi cabeza una voz gritaba “esto no es lo que quieres porque sigues negándote a vivir”.
Vamos, te mostraré tu nuevo hogar.- Nos dirigimos en silencio, no tenía nada que decirle y podía entender que ella estuviera molesta, yo todavía no sabía cómo equilibrar mi vida con su estadía en casa, lo único que esperaba era que su padre lograra conseguir la manera de comunicarse con ella.-
Cuando llegamos nos bajamos en silencio hasta que finalmente entramos a mi apartamento, era un pent house, de tres habitaciones, con terraza y áreas verdes mandadas a construir por mí, claro no era mucho, eran unos tres metros de grama y unas jardineras ubicadas en el borde de la terraza, en la pared izquierda a un costado, se podía disfrutar de una parrillera que nunca usaba y del lado derecho, se encontraban unas poltronas que utilizaba con mayor regularidad cuando quería pensar, al fondo había un pequeño jacuzzi suficientemente grande para dos personas adultas, el cual tenía el fin de conseguir que mis visitas se desvistieran mucho más rápido, aunque los hombres no tardaban por lo general en desvestirse.-
Julia, ésta será tu habitación, puedes tenerla como mejor te sientas con ella, pero por favor, nada de drogas, ni cigarros. Si no te gusta el color podemos salir a comprar lo que requieras y mañana se ambienta a tu gusto.- Dije mostrando una habitación bastante iluminada con baño propio, en la pared del fondo en sentido contrario a donde estaba la cama, había una ventana inmensa que ocupaba toda la pared, esta ventana la comunicaba con un pequeño balcón donde estaba una mesa redonda pequeña y dos sillas.-
La dejó en su cuarto para que se acomode y haga lo que quiera que vaya a hacer, pero cuando estoy llegando a la puerta la escucho decir “Carol, gracias por recibirme sin preguntar el motivo”
Siempre cuentas conmigo, toda tu familia cuenta conmigo, cuando quieras hablar de ello, estaré para escucharte, nunca fué mi intención molestarte con esto. conteste con una sonrisa de medio lado. Sentía un gran aprecio por ella y aunque tenía tiempo que no la veía hoy me había inspirado una ternura que hace años nadie me inspiraba.
Han pasado ya dos semanas desde que Julia se mudó conmigo, no es una mala inquilina, algo enérgica, pero yo soy proporcional a ella en lo inactiva cuando estoy en la casa.  Hoy me he retrasado bastante, la última reunión para trazar los lineamientos contra los ataques que hemos sufrido por la costa norte del país se extendió, sé que debo ir yo a investigar, no porque lo dicta el protocolo, sino porque lo siento como mi responsabilidad. En eso pensaba cuando finalmente abro la puerta de la casa y me sorprendo del delicioso aroma que sale de la cocina me dirijo sin pensarlo a allí para descubrir a Julia cocinando un pollo en una cama de vegetales, sin controlarme, abrí el horno robándome una rebanada de pimentón, llevándola a mi boca aún caliente, tan caliente que me quemé al morderla, causando una sonrisa tierna en Julia quien con cuidado, me limpió la comisura del labio donde se había derramado un poco del jugo de los vegetales. Sé que fue un gesto natural, no pensó en lo que yo podría pensar o sentir, pero me pareció tan sexy y dulce su gesto que mi cuerpo se tensó de expectación por ese simple roce. Se dio cuenta de la atmósfera que se había creado en la cocina al llenarse de energía y tensión sexual, “porque no te cambias mientras yo arreglo todo” me le quedé viendo a sus hermosos ojos azules, perdiéndome en ellos, sintiendo una necesidad inmensa de besarla, como si nuestros cuerpos fueras polos opuestos de un imán nos fuimos acercándonos hasta estar los suficientemente cerca como para sentir su calor, mi mano rozó su brazo derechos sintiendo su piel suave, embriagante, mis labios estaban casi rozando los suyos, cuando finalmente probé sus labios gemí de placer “lo siento” susurre separandome de ella.-
Me dirigí a mi cuarto a cambiarme para la cena, en verdad que lo que probé producto de mi robo, estaba realmente delicioso, así que cuando a los pocos minutos de estar en mi habitación me llamó para que fuera a comer, no lo dudé ni un minuto. La cena fue bastante agradable a pesar del momento tenso de antes, una conversación ligera,  divertida y que nos relajó por completo.
Bueno Julia, gracias por la cena estaba deliciosa pero debo salir.- dije con tristeza aunque no quería salir debía verme con Alfredo pues estaba un poco incómodo con la situación y no quería que se sintiera peor.-
Esta bien, tranquila, cuídate.- Su tono de voz triste me hizo entrecerrar los ojos.-
Estás bien Julia, en verdad lo siento por lo de la cocina, no volverá a suceder. Su rostro se volvió rojo pero no dijo nada, solo negó con la cabeza.-
Esta bien como quieras, sabes mi número, llama si necesitas algo ¿Seguro estás bien?- Volví a preguntar antes de salir de la casa.-
si estoy bien tranquila.- Respondió
Hola Alfredo ¿cómo estás? Lo saludé dándole un beso suave en los labios, aunque sabía que no era el hombre de mi vida, era una excelente persona y un gran amigo, así que aunque estaba clara que no lo amaba, si lo quería mucho.-
Bien linda ¿y tú?.- respondió intensificando el beso, sentí como sus manos tomaron mi cintura y me pegaban más a él, no íbamos a hablar mucho, por el beso sé lo que quiso decir con “necesitamos hablar”. Me dejé hacer por él, dejé que tomara el control de la situación conduciéndome a la recamara, quitó mi blusa para seguir con el pantalón, disfrutando de la vista de mi cuerpo blanco y definido por el ejercicio. Tenía ropa interior de seda elástica color verde esmeralda, su color favorito, inmediatamente me quitó el sujetador y comenzó a acariciar de manera delicada uno de mis senos, sus dedos delicados acariciando mi pezón derecho mientras su boca jugaba con mi pezón izquierdo. Comencé a gemir sin poder controlarlo, él sabía cómo tocarme para que mi cuerpo respondiera a él, me gustaba su rudeza y lo delicado que podía ser al mismo tiempo.
Me separé un poco de él para comenzar a desvestirlo y deleitarme con su cuerpo. Era un subordinado, nos conocimos cuando me tocó entrenarlo, así que me esmeré en hacer que tuviera un cuerpo de envidia con el cual deleitarme, aunque al principio no estaba segura de si lo podría lograr. Besé cada uno de los cuadritos de su six pack, luego quitándole su jean y su bóxer juntos, jugué con su miembro ya erecto, era grande y algo venoso, pero muy delicioso. Besé su glande deleitándome de su sabor para luego,  introducirlo en mi boca chupándolo, rodeándolo con mi lengua, jugando con él presionándolo con mis labios para volver a chuparlo como si fuera un helado. Sentí como su miembro se volvía más duro y como sus piernas empezaron a temblar y antes de que pudiera protestar, apreté con mi mano la base de su pene, me separé de él “Respira que hoy probaré algo que estoy segura te encantará”. Hice que apoyara sus manos en la cama y mi cabeza reposando en la cama mientras él embestía con fuerza su pene en mi boca, con mis jugos moje mi dedo índice y comencé lentamente a jugar en su ano con cuidado, no quería que se arrepintiera y se echara para atrás. Presioné un poco introduciendo la punta de mi dedo, escuché su gemido con una liga de dolor y placer, su pene creció aún más si podía y aunque me dolía la boca de abrirla para que entrara todos sus 18 cm, lo comencé a chupar con fuerza apretándolo cuando lo retiraba y empujaba mi dedo más adentro en su ano. No pasó mucho tiempo antes de sentir que empujó su pene aun más adentro dándome arcadas que me costaron controlar y sentí como su pene explotó en mi boca.  Se tiró en la cama respirando forzadamente, me excitaba saber que tenía el control hasta cierto punto de su cuerpo, me monté sobre él, rozando mi sexo sobre su pene semi erecto, simplemente para torturarlo, mientras con mis manos sostenía sobre su cabeza sus manos, comenzó a besarme mordiendo mis labios, luego chupando mi cuello, sabía que mañana tendría que ingeniármelas para tapar el chupón que seguro me dejaría solo para satisfacer su ego.-
Comencé a moverme con más fuerza, moviendo mis caderas en todos los sentidos mientras que le decía palabras soeces en el oído excitándolo y llevándolo al límite, cuando sentí que levantó sus caderas y me penetró con fuerza grité, un grito lleno de placer con un poco de dolor, el se dio la vuelta quedando sobre mí, sabía que quería poseerme y comenzó a penetrarme en ese ritmo que tanto me encanta, lento y profundo, sintiendo como su pene invadía todo mi interior. Paró unos segundos colocando mis piernas en sus hombros para penetrarme con fuerza, me gustaba y él lo sabía, sabía que esa era la manera más rápida de llevarme al orgasmo, mis manos jugaban con mis senos, sentí como su pene creció poniéndose más duro y apreté mis músculos vaginales provocando que el orgasmo nos invadiera a ambos al mismo tiempo, transportándonos a un delicioso estado de relajación, aunque mi cuerpo pedía, sabía que debía dejarlo descansar para poder lograr que hiciera lo que yo quería. Estábamos acostados cada uno en su lado de la cama, cuando empiezo nuevamente a besar su pene flácido, cuando está semi erecto, mi celular suena, lo dejo sonar sin importarme realmente quien era pero cuando suena una tercera vez, decido que lo mejor es que atienda.-
Aló ¿quién es?.- Contesté en tono brusco por la interrupción.-
Carol, soy Julia, es que estamos sin energía, sé que es tonto y suena infantil pero realmente le tengo miedo a la oscuridad ¿podrías venir?.- comentó Julia con la voz temblorosa.-
Respirando hondo contesté - Voy en camino. Métete en mi cuarto y busca debajo de la cama, hay una lámpara de emergencia que te ayudará mientras llego.- Antes de trancar escuché como trataba de luchar con las ganas de llorar, escuchar eso fue suficiente para hacerme saber que debía regresar a casa.-
Lo siento me debo ir.- dije dándole un beso a Alfredo para comenzar a vestirme.-
¿Cómo? ¿Me dejarás así? No puedes hacerlo, aun tengo ganas.- respondió algo frustrado.-
Lo se, yo también pero debo irme lo siento.- Dije saliendo de la habitación para buscar el resto de mis cosas. Salí de la habitación antes de que se volviera una discusión fuera de control, era solo sexo él lo sabe, no sé por qué tiene que tratar de convertirlo en algo más, no me sentía bien completamente con él ni con el sexo con los hombres pero era lo más seguro. Llegué antes de darme cuenta a la casa, todo el camino iba pensando en que tal vez la relación con Alfredo deba terminar, me gustaba porque era fácil, él era un chico dócil que hacía lo que yo quería, pero no entiende que es solo sexo de desahogo, unos cuantos encuentros al mes y listo. Entré a la casa buscando a Julia directo en la habitación.-
¿Julia cómo estás?.- pregunté acercándome a ella con cuidado.-
Ella al escucharme se colocó de rodilla en la cama y me abrazó pasando sus brazos por mi cuello, yo la abracé pasando mis brazos por la espalda, tratando de entender por qué lloraba. No pregunté qué sucedía, la empujé con delicadeza para que se acostara en la cama mientras yo me quitaba los zapatos para acostarme también, ella inmediatamente  apoyó su cabeza en mi hombro y montó una pierna sobre mí, descansando medio cuerpo de ella sobre el mío, me sorprendió lo cómoda que resultaba la posición.-
No sé a qué hora regresó la luz, me desperté con el sonido del despertador a lo lejos y cuando me moví para apagarlo, me doy cuenta que me había puesto sobre Julia apoyando totalmente mi cuerpo sobre ella. Ella me veía con un brillo extraño en los ojos y sus manos estaban en mi cadera, nos quedamos unos segundos viéndonos y poco a poco mi boca se fue acercando a la suya, pero justo cuando estábamos a escasos centímetros de besarnos sonó el timbre de la casa, me paré como un relámpago separándome de ella, salí técnicamente huyendo de la habitación, abrí la puerta y me sorprendió ver a Carlos ahí.
Hola Carlos ¿qué pasó?- Pregunté un tanto nerviosa.-
¿Cómo estás Carol? siempre directa al grano.- Sonrió.- Vine a visitar a mi hija, ayer se fue la luz y se pone algo nerviosa, espero que no te haya ocasionado problemas.- comentó pasando para sentarse en la sala.-
No para nada, solo interrumpió algo con Alfredo pero ya se le pasará.- Carlos sabía de todas mis aventuras sexuales y mi debilidad por los hombres más jóvenes, siempre me decía que tenía que sentar cabeza, que no podía seguir perdiendo el tiempo, que ya debía formar mi familia.-
¿Dejaste a Alfredo o Alfredo está aquí?- preguntó curioso.-
Sabes que nunca los traigo a casa, además no es serio, es solo sexo lo sabes, no me hagas decirlo en voz alta. Julia me llamó avisándome que se había ido la luz y lo nerviosa que estaba, así que no podía dejarla sola.- Respondí poniéndome roja de repente.- ¿quieres café?.-  Complementé antes que él pudiera decir algo más.-
Carol sabes que serías una excelente madre, no te vas a parecer en nada a tu mamá, ¿Lo sabes verdad? Podrías intentarlo de nuevo Carolina, no tienes que seguir culpándote- me abrazó antes de que yo pudiera responder. Lo abracé también y sin darme cuenta, unas cuantas lágrimas se derramaron por mis mejillas.-
Siento interrumpir la escena de amor.- el tono de voz de Julia era serio y una vena se marcaba en su frente, era primera vez que la veía así en todo el tiempo que la conozco.-
Me di la vuelta antes que ella pudiera ver que había llorado, ¿quieres café Julia?.- le pregunté dirigiéndole una mirada insegura, mi voz sonó algo ronca y mis ojos estaban aún algo llorosos.-
Sí gracias.- Respondió ella levantando una ceja cuando nuestras miradas se cruzaron, inmediatamente desvié mi mirada. Les serví el café y los dejé solos para que hablaran, yo debía ir a la oficina y ya iba retrasada.-
Cuando llegué a la oficina estaba hecha un caos; no era un caos por la actividad errática anómala de los funcionarios. Continúo a mi oficina a esperar que me informen qué sucede, no puedo aparecer así por así solamente porque sería una intromisión a los deberes de mis compañeros, por lo que lo mejor es esperar. No pasó mucho tiempo para que mi compañero de división pidiera hablar conmigo, luego de explicarme todo lo que sucedía me dio un sobre, sabía que estábamos frente a un problema de Estado, ya que es lo único que hace que todo lo que se diga o haga se convierta en confidencial. Perdí la noción del tiempo, las investigaciones no avanzaban y eso me estaba frustrando, se que teníamos que actuar rápido pero con mucha cautela, no queríamos que supieran que sabíamos de ellos y convertirnos en un país en ruinas como había pasado con varios países de Europa. A las nueve de la noche decido irme a la casa, ya no se podía hacer mucho más, mañana comenzaríamos con el proceso de infiltración de los funcionarios en la célula del grupo madre.
Entré a la casa y noto que todo está tranquilo, algo sorprendentemente extraño porque Julia generalmente suele estar activa haciendo algo en la computadora portátil. Dirijo mis pasos a la habitación sorprendiéndome de los gemidos que escucho en la suya, me sonreí imaginándola tocándose. Un estremecimiento recorrió todo mi cuerpo, el calor que tomó mi entrepierna me sorprendió, tenía muchos años que no sentía esa necesidad casi animal de estar con alguién  y el hecho de que haya sido por escuchar a la joven que fácilmente podría ser mi hija me asusto mucho; una cosa era estar con hombres menores pero estar con la hija de mi mejor amigo era traspasar la línea de lo aceptable, aunque el besarla y desearla ya de por sí era una violación al código de amistad.-
* *  * *
“No puedo creer que mi padre me haya mandado con una niñera, es insólito” pensé cuando estaba entrando al complejo militar donde mi papá me había citado, llegué al edificio y quedé sorprendida del ambiente de poder que estaba en ese piso, me sentí insegura de estar rodeada de tantas personas con uniforme. Estaba tratando de controlar mis nervios por toda la disciplina que había en la sala.-
Cuando vi a la  mujer que salió de las puertas dobles de madera maciza que se encontraban justo al frente del ascensor, estaba vestida con una falda negra y chaqueta, un traje femenino militar, pero quedé impresionada con la fuerza que emanaba de ella, todos los hombres y mujeres que estaban pasando voltearon a verla, ella sonrió y dirigió su mirada a mi, sentí como si fuera la única mujer de la sala, vi el cambio de azul claro a un azul intenso, su cara se contrajo para luego relajarse y sonreírme con una dulzura que recordaba de pequeña.
Estaba perdida en sus ojos hasta que me dijo que ahora viviría con ella, se me ocurrieron varias tantas cosas que hacer con ella en su casa que el calor en mi entrepierna creció. Traté de alejar esos pensamientos de mi cabeza, ella era la mejor amiga de mi padre, sabía que si intentaba algo con ella mis padres me matarían y finalmente estaba el hecho que no sabía nada de su vida privada, podría ser gay o ser la mujer más heterosexual del planeta pero definitivamente me encantaría estar en sus brazos y ser objeto de toda esa energía que gritaban sus ojos.-
Ya tengo un mes viviendo con Carol, hoy se fue la luz y me da pavor, me recuerda la vez que me quedé encerrada en un ascensor toda la noche porque hubo un corte de luz, desde esa vez quedé aterrada de estar sola sin luz, claro apenas tenía unos quince años pero es algo que no he podido superar.-
La llamé pidiéndole que por favor regresará antes de que el pánico me controlara, me sorprendió que llegara tan rápido, cuando la vi parada justo a un lado de la cama me tiré a sus brazos sintiendo su cuerpo fuerte abrazarme, nos quedamos dormida ella abrazándome y yo apoyando la mitad de mi cuerpo sobre el suyo; sentir sus brazos rodeando mi cuerpo me hizo sentir tan segura, su olor dulce me hacía sentir de una forma totalmente nueva, inexplicable como sí estuviera destinada a estar en sus brazos.
Nos despertamos con el sonido del despertador y ella se giró colocándose sobre mí, me excité sin poder controlarme como una adolescente sin experiencia cuando sentí que su pierna se ubicó entre mis piernas, pude ver de nuevo ese fuego en su mirada que me quemó, y mi vientre se contrajo de expectación. Por un momento me imaginé besándola, probando sus labios, acariciando su cuerpo, tocando sus senos, nos quedamos en silencio viéndonos a los ojos mutuamente, para ese momento ya yo tenía más que claro que me estaba enamorando de ella, me gustaba, me gustaba su energía magnética, la dulzura con la que me trataba, el hecho que su mirada me hablará, una vez que veía sus hermosos ojos color marrón me perdía en ellos, con esa mezcla entre miedo, deseo y energía que la hacía inexplicable; cuando siento que finalmente mis labios van a rozar los suyos suena el timbre de la casa, ambas nos separamos algo alteradas por la tensión  que existió entre las dos, sé que ella sintió el calor que de repente surgió entre nosotras pero no dijo nada.-
Cuando salgo a ver quien era la persona que había tocado el timbre me sorprendo de ver a mi padre abrazándola a ella, por un momento me dieron celos, pero ¿por qué?,  no lo sé o mejor dicho aunque ya le estaba dando vueltas a esa idea desde hace tiempo no estaba lista para admitir que a lo mejor todo lo que mi mamá gritaba era cierto y ella era la amante de mi padre; se que por un beso no la convierte en mi pareja o algo por el estilo, pero el hecho de que nos hayamos besado en una oportunidad y hace unos minutos casi vuelve a ocurrir me da una idea de que tal vez es bisexual no elimina el hecho de que es amiga de mi familia desde hace años y por lo tanto una mujer prohibida. Observó cómo se limpia una lágrima de su cara, levantó una ceja intrigada por su conducta, pero ella solo sonríe tratando de calmarme, pero al observar su mirada confundida me encogió el corazón, en este tiempo que hemos estado viviendo juntas he llegado a conocerla a reconocer su mirada triste detrás de una sonrisa o el hecho de que por segundos su mirada se pierda mirando al vacío.
Dime padre ¿Qué te trae por aquí?.- Pregunté en tono fuerte, más fuerte de lo que había pensado utilizar, al final el no tenía la culpa de mis sentimientos hacía su amiga.-
Hija no estés molesta conmigo, tu sabes que no puedo hacer mucho, era la hija de la amiga de tu mamá y tu mamá está muy pendiente de lo que dirán hija debes entenderla, yo no opino sobre tu vida privada pero, tu mamá es distinta para ella es importante vivir como ella cree que se debe.- dijo su papá en tono conciliador.-
Si, si, si y yo debo entenderla pero ella no puede entenderme a mí, era mi pareja o bueno algo parecido y ella simplemente me ocultó que mi pareja se iba a casar con mi primo, ¡ustedes lo sabían! esto es ridículo en verdad, no entiendo por qué me esfuerzo con ella papá, ella desde que se enteró que soy lesbiana no me acepta me tolera porque sabe que no puede rechazarme abiertamente por ti pero no porque me entienda.- dije sentándome frustrada en el sofá.-
No digas eso hija tu sabes que tu mamá te quiere a su manera lo hace, esa chica no te merecía.- Dijo su padre con cariño. ¿Cómo te va viviendo con Carolina?.- Preguntó cambiando de tema.
Un rojo brillante se extendió por mi cara y me quede sin palabras por unos segundos hasta que con un poco de esfuerzo pude responderle “bien, aun acostumbrándonos a esto de convivir” recordé la escena de la mañana y el tirón de excitación que sentí en mi entrepierna al recordar el cuerpo firme y duro de Carolina, cómo el muslo chocó contra mi entrepierna en la mañana haciendo que me excitara de forma automática, los senos grandes de ella, sus brazos fuertes que la sostenían sobre ella, todo el cuerpo de Carolina invitaba a tocarlo y recorrerlo con cuidado, lujuria y perderse entre sus piernas.- Recordé que mi padre aún estaba ahí conmigo y volví a la realidad.-
Padre bien, durante este tiempo nos hemos ido conociendo, es una buena persona y muy dulce, ¿sabes que hace dos noches me trajo de cena comida china deliciosa?.- El rubor volvió a mi al recordar ese miércoles que ella llegó con la cena, le había dicho que me sentía un poco mal, estaba de mal humor algo deprimida había tenido varios problemas en la universidad y llegue a casa con un humor super bajo.
Hola Julia ¿cómo te sientes? Mira te traje comida china, me imaginé que te gustaban los vegetales así que traje una serie de ellos, tallarines, vegetales con pollo, arroz clásico, arroz especial  y cantonés ... tienes para escoger.-
No tenías que molestarte Carolina, yo me podía cocinar cualquier cosa.- Respondí con algo de pena.-
No es ninguna molestia, además con la caída que te diste en clase no deberías esforzarte mucho, tus compañeros me dijeron que te golpeaste la espalda. Si quieres después que comamos y te bañes te pongo una crema que ayuda con los golpes, aunque arde mucho ¿aguantarás?.- comentó en tono de broma.-
Gracias Caro, eres muy linda.- dije sin pensarlo, pero pude observar cómo se tensó y su cuerpo se puso firme.- Lo siento no quise incomodarte.- completé al ver su reacción.-
Ella tomó un poco de agua antes de contestarme “no me incomodas Julia, sólo que no estoy acostumbrada a esto” se paró de la silla y se dirigió al cuarto; había pasado  unos diez minutos cuando me indicó que regresaba a la oficina porque tenía que adelantar trabajo.-
Me quedé pensando, ella por un lado podía ser tan dulce pero por el otro se comportaba como una insensible autómata me sacaba de quicio, aunque igual siempre trataba de colaborar lo máximo en la casa,  siempre le dejaba el desayuno listo con una nota pegada a la cafetera o en el microondas, la nota decía “ya me he ido, espero que tengas un excelente día”, no se que pensaba de eso, pero como a la semana de estar haciéndolo noto en mi cuarto un pequeño taco de notas autoadhesivas eran cuadradas de colores amarillo, rojo brillante, verde y un fucsia bastante escandaloso, detrás del blog estaba firmado con una nota en forma de buque que decía “no quiero que te quedes sin post it para mis desayunos, gracias son muy ricos”.-
Así fueron pasando las semanas y nos comunicábamos a través de notas las mías de manera natural eran más dulces las suyas generalmente eran bastantes inexpresivas, había descubierto recientemente que cuando una nota la sonrojaba la letra se hacía más chiquita. últimamente había tenido mas valor y en las notas de forma muy sutil le hacía saber que ella me gustaba, se que estaba jugando con fuego pero no podia controlarme necesitaba estar con ella y no solo sexualmente necesitaba estar con ella en todos los sentidos.-
Hija te conozco sé que la chica no era tan importante que lo que te molestó fue tu madre pero ella es tu mamá y debemos quererla así, con Carolina por favor no le des dolores de cabeza, sé que ella trata de ser responsable de ti por mí, no vayas a hacer nada que pueda perjudicarla.- dijo el padre tratando de que Julia entendiera que su comportamiento debía ser intachable por el bien de la carrera de su amiga. Estoy hablando con tu madre para comprarte un apartamento, ahí podrás ser libre y ella no tendrá que aguantar a tus amigas.- comentó con una sonrisa. ese fue  el alegato que usó para venderle la idea a su esposa.-
Eran las once de la noche cuando Julia escuchó la puerta de la casa se paró para verla, habían estado distante desde la visita de su padre y ya no quería seguir así, sabía que tenía sentimientos hacia a ella o al menos creía causarle cierta curiosidad no podían seguir evitándose y comportándose como adolescentes. “hola Carolina ¿cómo te fue hoy?” - le pregunté preocupada. Su rostro lucia gris, sus ojos estaban algo desubicados y su paso vacilante me alertó. ¿Te sientes bien? pregunté acercándome a ella.-
No me respondió, sólo se sentó en el sofá. Se notaba realmente agotada, me coloqué detrás de ella, comencé a hacerle un masaje en los hombros sorprendiéndome de lo duro que tenía sus músculos, “siéntate Julia “ me senté a su lado aun preocupada por su cara.-
Carol habla conmigo, tenemos cinco meses viviendo juntas, hemos pasado muchas cosas, habla conmigo.- Dije realmente preocupada, nunca la había visto llegar tan cansada y en ese estado.
No sé qué está pasando conmigo, me siento agotada, este problema en la oficina me tiene algo desubicada, hoy en unos ejercicios de entrenamiento deje que un novato me pateara en la costilla se que no me lastimó mucho, seguro un hematoma nada más pero pudo haber sido peor.-
Yo sé que el hecho de las notas, la vez que se colocó sobre mí en la cama  y la creciente tensión sexual que se generaba cuando estábamos a solas la estaba afectando, sé que su sentido del deber con mi papá la hacía sentir mal, como si estuviera fallándole. Me le quedé viendo a los ojos vi la tormenta que crecía en su ser, mi corazón se encogió con su pesar sin controlarme me acerqué a ella con delicadeza y lentamente la besé, apenas rozando sus labios.
No te alejes de mi Carolina ya hemos pasado por esto antes dame una oportunidad, vamos date la oportunidad.- Dije suplicante, durante días habíamos estado en un ir y venir de emociones, cuando sentía que por fin se daría la oportunidad de aceptar intentarlo conmigo ella retrocedía; había algo que la hacía parar al momento de plantearse lo que sucedía como algo más que unos simples besos a veces pensaba que era por mi papá, pero luego me despertaba con los gritos de sus pesadillas y me preguntaba ¿Qué estaba pasando por su cabeza?.- Me acerqué a ella, colocando mi frente contra su frente, la besé con cuidado temblando internamente por temor a que volviera a huir de mí, me sorprendí mucho de que me respondiera el beso y mucho más, lo que me dijo cuando se dio cuenta que se había dejado llevar y estaba sobre mí besándome “ No quiero que te pase lo mismo que a ella, no soy buena para ti”.- Dijo agonizantemente, se separó de mí y salió de la casa.
Me quedé frustrada en el sofá teníamos casi un mes con estos mismos episodios ella correspondía mis besos, mis caricias pero de repente salía huyendo espantada. Cuando regresaba, trataba de hablar con ella, pero era imposible actuaba como si nada sucediera, yo me sentía impotente porque muchas veces ella no regresaba hasta el día siguiente, seguramente por haberse ido con algún amigo de cama. De esos ella tiene muchos, algo que me hacía sentir muchos celos, nunca he sido una persona celosa pero ella hacía que los sintiera.- Me quedé esperándola en el sofá hasta que casi amaneció, me rendí ya sabía que no aparcería por el resto del día.
Manuela no se que hacer en verdad creo que me volverá loca, hay momentos en que se deja llevar por lo que siente pero luego me mira con esa cara de miedo que me parte el corazón.- mi mirada estaba fija en la taza de café Cappuccino que me había entregado la joven que atendía el pequeño café italiano ubicado a unas tres cuadras de la universidad, siempre íbamos a ahí cuando queríamos hablar pero no podíamos alejarnos por mucho tiempo de la universidad.
No sé porque sigues empeñada en ella no es tu manera de actuar, no es que te haga falta eso es más, siempre te han gustado las chicas que acuden a ti y aceptan tu cláusulas de “sin compromiso” ¿por qué cambió eso? ¿No crees que se detenga porque es amiga de tu papá? Tú misma has dicho que es una versión heterosexual de ti, claro con más carácter y un toque endemoniadamente sexy.- Respondió su amiga notando como la camarera que hace unos minutos las había atendido, veía con detenimiento a Julia.- Sabes, no sé cómo haces para volver locas a las mujeres con un simple hola.- completó notando el hambre sexual en la mirada de la joven camarera, no estaba mal era morena, delgada con un tatuaje que se se veia por debajo de su manga, su estilo de vestir algo roquero aun con el uniforme de pantalon caqui y franela verde se notaba que cuando se vestía era con un estilo salvaje.-
Julia y Manuela habían sido amigas desde que tenían memoria eran como el blanco y el negro, Manuela una heterosexual empedernida adoraba todo lo que era tener sexo con un hombre y Julia, lesbiana declarada desde que tenía uso de razón pero por algún sentido irónico del destino, se habían convertido en amigas inseparables. Manuela de piel morena, pasada de peso ligeramente, el cabello negro azabache, con un ojo marrón y otro gris, le daba un toque exótico. Durante años Manuela se había sentido un mutante por el color de sus ojos, hasta que entendió que era algo muy llamativo: Había estado ahí para Julia más veces de las que podía recordar y Julia la había ayudado a superar el hecho de enterarse que era adoptada cuando se enteró odió al mundo, odió a su mamá, pero luego comprendió y agradeció haber caído en una familia que la quería y la trataba sin diferencias aun y cuando tenían tres hijos de sangre, para todos ella era una más de la familia.- Julia le hizo entender eso, llevándola a albergues donde había jóvenes que nunca fueron adoptados luchando por sobrevivir un día a la vez, tratando de no perderse en ese mundo de indolencia, carencias y burocracia que se convierten los albergues. Desde esa vez, ambas iban una vez al mes a colaborar con un albergue, le llevaban ropa, comida y un poco de apoyo a los más jóvenes.-
No se que me pasa con ella Manuela pero en verdad siento esta necesidad de estar con ella, tanto así que por momentos, he dejado de fijarme en otras mujeres, ella no sé, me hace sentir tan única claro cuando no está huyendo de mí.- Respondí tristemente
Dices que no habla mucho de su pasado ¿no? A lo mejor quedó traumatizada por algo que vivió y por eso se niega. Me dices que responde a tus caricias, puede ser que no seas su única mujer, pero que la última que estuvo con ella la haya marcado.- comentó distraídamente Manuela, ya que estaba concentrada haciéndole ojitos a un joven que llegó a la cafetería y que estaba viéndola sin discreción alguna.-
Me despedí de mi amiga pensando en todo lo que dijo, podría ser eso. Llegué a la casa pensando en mil motivos que le den sentido a la negativa de Carolina de darse una oportunidad si no es conmigo con otra persona, pero no es justo que siga escondida en su juego de solo “es sexo”. Me esforcé por dejar de pensar en ella, tenía unos trabajos de la universidad que entregar mañana y si raspaba una materia, me iba a ver en problemas porque ahí si mi mamá diría que ando en malos pasos. ¡Ahh! no pueden entender que no soy una niña.
Ivan te he dicho mil veces que no puedes dejarme papeles aquí con una nota simplemente, tú has visto la cantidad de papeles que tengo, ese puto papelito amarillo se pierde en este mar.- Grité fúrica y frustrada por lo que estaba pasando con Julia y con la idea cada día más cercana, de que tenía que ir a alta mar a investigar la desaparición de dos submarinos y toda su tripulación.-
Sí Jefa, porque no sale un momento y cuando llegue yo tendré todo organizado.- respondió en tono conciliador.-
Arrugando la piel de mi frente lo vi con severidad, déjalo por hoy Iván son las siete de la noche y debo ir a casa mañana me indicas sino sácale una copia y me lo das, deja un hueco en la agenda por si debo viajar para final de semana.-
Sí señora.-  respondió sabiamente haciendo el saludo militar clásico. Respondí el saludo observando cómo salía de la oficina con una calma que estaba muy lejana a sentir, recogí todas mis cosas sintiéndome emocional y físicamente agotada, las noches eran un suplicio las pesadillas eran cada vez peor, pensé que había enterrado ese desastre.- Me quedé congelada viendo como si fuera una película  la vez que la vi por primera vez, estaba  de vacaciones en la escuela militar apenas diecinueve años, no tenía mi uniforme pero mi comportamiento era de militar, ella me sonrió cuando la saludé para realizar mi pedido, estaba cubriendo el turno a una amiga, eso me lo dijo horas más tarde, era la tienda de su mamá.
Me llamo Maite.- dijo presentándose.-
Yo Carolina.- Respondí sintiendo como mi rostro se volvía rojo.
Capitana tiene una llamada por la línea dos.- me interrumpe Iván.-
Buenas noches Capitana efe al habla.- Contesté duramente
Hija, tu padre acaba de morir, el velorio es mañana a partir de las 10 de la mañana me gustaría poder verte.- Dijo la mujer con voz insegura al otro lado de la línea.-
Yo no pude contestar nada, me quedé segundos o minutos en silencio, recordando rápidamente porque estábamos en esta situación, tranqué el teléfono con calma sin responder a la mujer al otro extremo de la línea, sentía que estaba viendo todo en tercera persona. No sé cómo llegué hasta la casa, apenas pude caminar hasta el sofá antes de caer como autómata viendo a la nada sin hablar.-  
Mi cabeza era un mar de confusiones ¿cómo podía ser tan tonta? luego de veinte años yo todavía me sentía mal por él, luego de todo lo que me hizo. Me senté ida en el sofá de la casa, absorta en mis pensamientos, no sé en qué momento lloré, tenía tantos años que no pensaba en eso, por unos minutos me di la oportunidad de pensar, de imaginarme cómo sería mi hija, cómo sería mi vida si mi padre no me hubiese sacado así esa noche tal vez… Dejé un momento la cabeza en blanco tratando de revivir los buenos momentos con mi padre, pero me costaba conseguir alguno que no estuviera ligado a un sentimiento triste, o algún acto violento o controlador de su parte.- La imagen de mi hija  me atormentaba, no tenía cara obviamente, pero la figura algo difusa corría en los parques, en la yerba o simplemente me daba un abrazo. El día que mi padre vino llegó a mi mente atemorizándome, recordé cada una de sus palabras “Carolina ¿Cómo que estás embarazada?.- Gritó fúrico cuando entró a la casa.-
“cálmate padre estás muy alterado, no quiero problemas con los vecinos”.- respondí levantando las manos para tratar de calmarlo.-
“¿cómo quieres que me calme, si me entero que mi hija esta embarazada y para completar viviendo con una mujer? Escúchame bien no permitiré que traigas un hijo para criarlo con esa degenerada que te pervirtió y te alejó del camino de Dios”. Exclamó cada vez más molesto.-
“No es tu problema con quien yo arme mi familia y sí, estoy embarazada y lo tendré con ella, seremos una familia te guste o no”.-  Grité molesta.-
No me dio tiempo de protegerme solo sentí su golpe en mi cara, por unos segundos quedé desubicada por la fuerza con la que me había golpeado, cuando me ubiqué, él estaba parado frente a mí observándome con asco, me señaló con su mano y con todo lo que tenía albergado dentro de él me gritó “no lo tendrás Carolina, no permitiré que manches el nombre de mi familia”.- Salió de la casa azotando la puerta, quedé sentada en el piso aturdida por lo que había pasado..”
¿Carolina estas bien? ¿Cariño? Escucho a lo lejos, cuando vuelvo a la realidad, observo a Julia arrodillada entre mis piernas, parecía realmente asustada.-
La observé en silencio unos instantes incapaz de reaccionar, de manifestar todo lo que estaba sucediendo en mi mente, comprendí en ese momento que por un lado finalmente era libre, el hombre que hace cuarenta años me había dado la vida ahora yacía muerto en el nicho familiar, comprendí igualmente que estoy realmente sola. Supe, sentí y comprendí la magnitud del daño que me había hecho mi padre. Con mi mano temblorosa acaricié la mejilla izquierda de Julia, perdiéndome en la dulzura que reflejaba su mirada azul, podía finalmente amar sin  miedo que mi padre le hiciera daño.-
Ella no dijo nada, se acercó a mí y muy lentamente con cuidado, como si tuviera miedo de hacerme daño, me besó la frente con cuidado, tratando de consolarme en ese simple gesto; sentí el calor de sus labios y en todo mi cuerpo se extendió un escalofrío “Vamos a acostarte cariño” dijo ayudándome a parar, pase mis brazos por el alrededor de su cuello y la abrace atrayéndola a mí ella se sento en mis piernas compartiendo el abrazo, me deje llevar por la sensación de seguridad que sentía en sus brazos.-
Me desvistió con cuidado, preparó el baño y me ayudó a meterme en la bañera, yo la seguía como autómata, ella se metió en la bañera conmigo, rodeándome con sus brazos, apoyé la cabeza en su hombro, dejándome llevar por sus cuidados.-
No sé cuánto tiempo pasamos en la bañera, sentía todo mi cuerpo en una neblina que me impedía comunicarme con el mundo exterior completamente pero sentir sus brazos y sus caricias me calmaba. Me acostó en la cama y cuando se iba a ir le dije con voz quebrada “por favor no me dejes”.
“No me iré cariño”.- respondió metiéndose en la cama conmigo abrazándome.-
Sus brazos fueron un bálsamo para mi mente tormentosa. Hicieron que aunque fuese por unos minutos, dejara de pensar en mi padre y en lo sucedido años atrás. Pude sentir la calidez de su piel, su suavidad y la ternura con la que me arropaba en su abrazo protector. Sentí su caricia tranquilizadora en mi espalda y sus besos en mi cabeza intentando darme consuelo aunque ignoraba la razón de mi estado. Debía decirle, no podía seguir haciéndola a un lado sin explicarle la razón; debía saber que no era un capricho para mí. Debía saber que más allá de lo complicado que podía ser por el vínculo que me unía a su padre, estaba el terror que me embargaba al pensar en dejarme llevar por ese sentimiento que había nacido durante estos meses y que hoy, justo entre sus brazos, ya no lo podía seguir negando. La amaba. Amaba a esa pequeña. Amaba todo de ella y ya no quería dejarla ir. Quería dejarla entrar y que me llenara de su ternura, de su energía, de sus ganas de vivir. Esas ganas que murieron cuando mi hijo falleció. Quería que me enseñara a amar de esa manera desenfrenada, sin prejuicios y sin barreras. Un amor donde sólo existiéramos ella y yo y donde el mundo exterior, sólo nos sirviera de telón para nuestra amor. Simplemente quería amarla y ahora no había nada que pudiera evitar que la ame.
Mi padre falleció.- dije al fin con voz un poco más ronca de lo normal.
¿Qué? - preguntó sorprendida.
Mi madre me llamó avisándome.
¡Oh cariño, cuánto lo siento! - ajustó su abrazo para apretarme más hacia ella.
La verdad es ... que no sé qué sentir al respecto.- le confesé _ No sé si me entristece o si ... - me cohibí de terminar la oración pues no quería parecer insensible ante ella.
¿Qué cariño? Habla conmigo _ la instó _ Puedes contarme lo que sea. Julia intuía que algo muy malo le debía haber pasado para sentir esa confusión ante la muerte de su padre, pero fuese lo que fuese, quería estar allí para ella. Quería hacerle sentir que podía contar con ella y la apoyaría en todo lo que necesitara. Sabía que era una niña aún y que no tenía nada más allá de su amor para ofrecer, pero no por ello renunciaría sin luchar. Por primera vez, sentía que estaba enamorada y haría todo lo que estuviese en sus manos para ganarse el amor de Carolina.
Me hizo mucho daño Julia; hizo algo que aún hoy no le puedo perdonar _ Dijo con la voz quebrada. Respiró hondo para disminuir el nudo en su garganta y así tomar valor para contarle el horror que vivió. Esa tormenta en la que se convirtió su vida cuando su padre se enteró de su relación, con quien era el amor de su vida en ese entonces y el abismo en el que cayó cuando perdió a su bebé.
Cuando tenía un par de años más que tú, conocí a una chica que me cautivó desde el mismo momento en que la vi, sus ojos fueron mi perdición y no tuve oportunidad de escapar _ hice una pausa recordando ese momento embarazoso en el que me había quedado embobada viéndola con el dinero en la mano. Sonreí al recrear su sonrisa tierna. - Era un ángel, yo estaba de vacaciones y ella también; sólo que atendía la tienda de su madre para ayudarla en esos días de temporada alta. Sin explicarnos el por qué conectamos de inmediato, pero no fue sino hasta el día siguiente que volví a su tienda y le dije para vernos fuera y pasar el rato. Así lo hicimos, salimos y la pasamos genial ... yo ya había sentido atracción por otras chicas antes pero lo de ella fue tan rápido, tan inesperado que no me dio tiempo de asimilarlo sino cuando estaba perdidamente enamorada de ella. Afortunadamente me correspondía así que dejamos fluir nuestra relación. Queríamos comernos el mundo las dos juntas, yo en mi carrera militar y ella con el derecho; nos hicimos tan amigas a ojos de nuestros padres que cuando planteamos la idea de irnos a vivir juntas no se opusieron, nos ayudaron hasta que comenzamos a trabajar y a sustentarnos nosotras mismas. Todo iba de maravilla hasta que un día mi padre llegó de imprevisto y nos vio en condiciones que no dejaban mucho a la imaginación ... ahí comenzó el infierno. Mi padre nunca lo aceptó e hizo todo lo posible por hacernos la vida de cuadritos. Los padres de Maite, aunque no era lo que querían para su hija, terminaron por aceptar que yo era su felicidad, pero eso enfureció más a mi padre y la guerra fue peor _ hice una pausa al recordar una de las tantas discusiones que había tenido con él y donde me había dicho cosas tan hirientes que aún hoy, me hacían un nudo en la garganta - En nuestra búsqueda de aligerar las cosas y de que entendiera que nuestra relación no era una experimentación o algo pasajero, decidimos tener un hijo por inseminación ... hicimos todo con ayuda de los padres de Maite y resultó, salí embarazada. Pensamos que al ser yo, mi padre lo aceptaría pero - sonreí con ironía - fue peor. No le dije sino hasta que estaba en mi sexto mes y ya no podía ocultar la barriga. Me insultó y a mi bebé también, decía que era producto del pecado y que jamás lo tendría ... nunca imaginé que hablaba en serio _ se me quebró la voz - Cuando me le enfrenté él ... me pegó una cachetada tan fuerte que me aturdió, pero cuando pude reaccionar me nubló la rabia y me le fui encima también ... forcejeamos y ... _ ya un par de lágrimas recorrían mis mejillas - me tiró al piso tan fuerte que al rebotar, pegué de la mesa de centro _ me limpié las mejillas con impotencia - perdí a mi hija ... era una niña y la perdí _ hice una pausa tratando de agarrar valor para terminar de contar mi historia - Después de eso quedamos devastadas, yo dejé de hablarme con mis padres y Maite ... ella lo intentó, de verdad que lo hizo, pero no pudo con aquello y se fue. Se fue del país con sus padres y nunca más la vi, no supe cuanto me afectó su partida sino hasta después de haber pasado tres años, fue cuando acepte ayuda psicológica pero ya había pasado muchos años no podía buscarla, no después de todo lo que había pasado asi que aprendí a vivir con eso y jure que no sentiría nada por nadie.
Carolina se separó del abrazo de Julia para poder verla a los ojos.
Por eso no sé qué siento respecto a su muerte - negaba ligeramente - quisiera poder ser una hija normal y lamentarlo pero _ ya no pude aguantar más y comencé a sollozar - ¡dios! Siento que por fin se hizo justicia. gemí separandome apenada de Julia.
Entre su llanto, concientizó que por primera vez lo había expresado con palabras, por primera vez había dejado salir toda la rabia, la impotencia y la frustración que le causó el rechazo de sus padres. Por primera vez, había verbalizado todo el dolor y el resentimiento albergado hacia el hombre que le había dado la vida, pero que a su vez, le había quitado parte de su corazón. Por primera vez, dejó salir a la mujer indefensa, triste y sola que mantuvo encerrada durante tantos años, dejándose proteger y consolar por aquella niña que sin querer, se había convertido en su red de salvación. Una red que no esperaba, pero que estaba allí y que ahora no quería dejar ir. Julia no sabía que decir, no sabíasabía cómocómo aliviar mi dolor, así que simplemente me abrazó. Sus manos acariciaban mi espalda con cuidado y amor, me dejé llevar por esa sensación que ella me inspiraba y me dormí sin darme cuenta.
Al despertar al día siguiente sentí la protección que me brindaban sus brazos, sintiéndome pequeña e incapaz,  me autocensure por los pensamientos que estaba teniendo. Julia me había cuidado la noche anterior, haciendo posible que luego de tantos años pudiera finalmente hablar del horror que viví, un horror que ni su padre sabía aunque sospechaba que el tenía cierto conocimiento de lo que había sucedido, solo que yo nunca tuve el valor para decirle por mi misma lo que había sucedido. Supo de mi separación con una pareja misteriosa que nunca conoció, se enteró de los maltratos de mi padre en la preparatoria antes que entrara a la academia militar y religiosamente me visitó durante mi estadía en el hospital cuando perdí a la niña, pero nunca pude decirle quién había sido mi pareja y qué había sucedido en verdad, todo murió con una simple frase: “Mi padre trató de controlarme nuevamente, pero esta vez me defendí”.-
Me sobresalté por el hilo de mis pensamientos, los cuales estaban empeñados en sacar del baúl del olvido de mi memoria todos los eventos que viví con mi padre, por más que trataba de conseguir un momento bueno y agradable, se me hacía imposible. Abrazándome al cuerpo de Julia me resguardé en  sus brazos sorprendiéndome de la sensación de protección y seguridad que sentía con ella.- observé su cuerpo juvenil y por un momento la culpa me invadió,era técnicamente una niña y estaba a mi lado ¿qué podía ofrecerle yo? Se merecía a alguien de su edad, que no esté marcada y dañada alguien que la llenara de vida. Como si leyera mis pensamientos, levantó la cara con ternura infinita en sus ojos “no puedo creer que él te haya hecho eso, lo siento tanto cariño”… me besó con dulzura, comenzando primero con un roce sutil de nuestros labios, para luego besarme con más seguridad. Con la primera caricia ya me tenía entregada a ella, me dejé llevar por lo que me hacía sentir, permitiendo que tomará mi cuerpo, entregándome completamente de forma sincera como tenía años que no lo hacía.. Nuestros cuerpos se volvieron uno mis manos recorriendo su piel deleitándose con su cuerpo. “Déjame amarte, no me saques de tu vida”  - La oí decirme antes de besarme con más intensidad. Ante aquellas palabras y su manera de besarme, me abandoné a su merced deseando únicamente perderme en ella. Mis manos acariciaban sus mejillas aún insegura de que todo lo que estaba pasando fuera real y sin poder controlarlo le dije “no podría sacarte de mi vida porque te has adueñado de mi corazón”. En mis labios se formó una sonrisa sincera cuando vi el brillo en su mirada. Sabía que aunque nuestro amor para muchos sería incomprendido por la diferencia de edad, lo superaríamos juntas.-
Se separó un poco de mi cuerpo para dejar libre una de sus manos y acariciar con la yema de sus dedos el contorno de mi rostro, bajando lentamente por mi cuello hasta llegar al valle de mis senos. Con el dorso de sus dedos, acarició la base de cada pecho justo antes de acercar su boca y tomar uno de mis pezones con sus labios. Humedeció sus labios para luego acariciar suavemente con ellos mi pico sensible. Sentir esa caricia cálida robó un pequeño gemido de mi boca, los movimientos suaves y delicados que hacía me encantaban. Rodeó con su lengua todo mi pezón, culminando con una pequeña presión sobre mi pico, acción que provocó de manera inevitable un pequeño jadeo de mi parte. Repitió su atención sobre su gemelo, haciendo que un corrientazo de excitación recorriera todo mi cuerpo. Hizo un camino de besos por todo mi cuerpo hasta llegar a mi centro, un camino que se grabó a fuego a su paso al encender mi piel y mi deseo. Con sus labios cálidos, comenzó a hacer movimientos circulares en la piel lisa de mi monte de venus, al principio sólo acariciando la piel pero luego, comenzó a besarme como si fueran mis labios brindándome una sensación tan divina que la humedad en mi entrepierna se hizo más copiosa. Su boca prometía el cielo y a penas comenzaba, así que junté todo mi autocontrol para no dejarme llevar por esa explosión que que estaba segura arrasaría con mi ser.
Me instó a abrir un poco más mis piernas y dejar al descubierto la reacción más básica de mi cuerpo, la vi observarme con deseo, la vi humedecer sus labios con la punta de su lengua justo antes de acercar su rostro a mi centro y lamer lentamente mi clítoris desde la base hasta su punta. El gemido de mi boca fue incontenible, estaba tan sensible y tan necesitada de sus caricias que al primer contacto fue un cortocircuito en mis terminaciones nerviosas y cuando la sentí tomar toda mi intimidad con su boca, perdí la noción de todo. Sólo existían sus labios, su lengua juguetona y sus dedos que me exploraban con curiosidad. Definitivamente no era primeriza en lo que hacía, pero podía notar que cada movimiento o caricia que me regalaba, lo hacía con mucho cuidado para no hacerme daño. Ese pequeño detalle me hizo amarla más, pues estaba segura que luchaba con sus hormonas para no actuar de manera desenfrenada y sin control como se solía hacer a esa edad. Para hacerle saber que me encantaba lo que hacía, me agarré de su cabeza y dejé salir sin freno alguno el placer que me propinaba, sintiendo como poco a poco su delicadeza fue abriendo paso a la pasión, dejándome completamente sin aliento y sin control,
El orgasmo llegó a mí de forma sublime, transportándome a otro mundo, haciendo que todo mi cuerpo temblara, que mis músculos, mis piernas y mis brazos se volvieran a  la vez pesados y livianos. Ella dejó dio un último beso luego de dejar de lamer y tomar todo lo que salía de mi intimidad antes de subir y acostarse sobre mi costado cubriéndome con su brazo y su pierna- – Te quiero- Logré murmurar cuando palabras coherentes se formaron en mi boca. - Yo también te quiero- respondió antes de darme un beso con sabor a mí y a ella, haciéndolo un beso delicioso.- Mi cuerpo respondió a su abrazo ajustándose más a él antes de quedar durante un par de horas, en una semiinconsciencia.   

¿Crees que mi padre se enfade mucho cuando le digamos?- Preguntó Julia bastante preocupada cuando estábamos terminando de preparar el almuerzo.-
No le agradará mucho, más que todo por ser yo a quien has escogido, pero no dejaré que te lastime.- respondí sinceramente abrazándola por la espalda colocando mis manos alrededor de su cintura.-
Yo no quiero que te lastime a ti.- contestó girándose y mirándome con preocupación
No lo hará - le aseguré - Haré lo que tenga que hacer para que entienda que te quiero bien - bajó mi cabeza con sus manos hasta lograr besarme con suavidad.
Sus labios eran tan exquisitos que de inmediato mi cuerpo respondió a su beso. No era el momento oportuno, pero desde que nos habíamos levantado el deseo de hacerle el amor me estaba consumiendo, así que sin pensarlo mucho más, profundicé el beso haciéndolo más intenso y urgente.
En cuestión de segundos, la llama de la pasión se encendió, la cargué y sentándola en el desayunador, hice que me rodeara con sus piernas; besé y mordisquié su cuello y sus hombros. Besé sus senos, me deleité con esas dos pequeñas montañas blancas con pico rosado claro. Besé uno de sus pezones erguidos exigiendo atención perdiéndome en su textura y en cómo Julia se tensaba y gemía las veces que lo succionaba; con esfuerzo, me separé de él para darle atención a su gemelo, pasando mis labios por el contorno del seno acariciándolo y finalmente succionándolo también. Bajé por su abdomen delineando el borde de su ombligo hasta llegar a su hermosa entrepierna, estaba totalmente depilada a excepción de una pequeña línea de  vellos rubios que invitaba a perderse en ellos; besé sus muslos, los acaricié grabando en mi mente cada pequeño detalle de ella.- “No me hagas sufrir más cariño” dijo tomando suavemente mi cabeza y dirigiéndola al punto exacto donde me quería sentir. Me dejé guiar, tomé su clítoris hinchado entre mis labios y lo besé suavemente, luego mi lengua lo acarició reconociéndolo y sintiendo su sabor. Mis manos tomaron sus piernas y mi boca tomó vida propia en su entrepierna, saboreando todo su ser, pero no me bastaba, quería más de ella así que tomé prisionero su clítoris en mis labios y lo acaricié con mi lengua suavemente mientras un dedo entraba inseguro en ella. No quería lastimarla así que me guié por sus gemidos y sus movimientos; introduje dos dedos dentro de ella y pude sentir como cada vez más su vagina apretaba mis dedos. Su orgasmo los tomó como prisioneros; no me moví dejando que sus músculos se relajaran antes volver a iniciar el vaivén de mis dedos hasta que otra vez llegó conmigo en su interior. La besé haciendo que se probará de mis labios. _ Te quiero beba.-  Murmuré en sus labios. Ella no respondió con palabras pues aún jadeaba del orgasmo que había tenido, pero rodeó mi cuello con sus manos y me abrazó fuerte hacia ella.
Comencé a notar un fuerte olor a quemado - huele a que… -en ese momento recordé que mi necesidad de Julia había interrumpido la preparación de la comida, así que de un salto me separé de ella para apagar las hornillas encendidas y comenzar a disipar con un paño el humo concentrado en la cocina.- Julia no hizo más que reír a carcajadas al tiempo que arreglaba su ropa  y se bajaba del desayunador para ayudarme.
¡No te rías que esto es por ti! - le dije también riendo.
¿Por mí? - Fingió inocencia - Pero si yo estaba cocinando muy tranquila y vino usted a interrumpir mis labores - agregó sin dejar de sonreír.
Cierto - admitió sonriendo también sin remordimientos. Trató de ver si podía rescatar algo de lo que en momentos atrás, iba a ser una deliciosa pasta con vegetales y pollo.- Creo que debemos cambiar el menú, no creo que ésto se pueda salvar.- Dije mostrándole con un tenedor unos hilos de pasta de color café totalmente pegados y duros.- ¿Quieres pedir algo de comida china?
Me parece bien. Comida china será - Cuando Carolina se disponía a ir hasta la sala  para llamar, Julia la tomó por un brazo y la hizo devolver - Yo también te quiero.- Le dijo antes de darle un beso tierno en los labios.- Ahora ve, pide la comida porque muero de hambre - Dijo mordiéndose el labio inferior.
¿Sí? - respondió una Carolina hipnotizada con ese gesto.
Sí - sonrió pícaramente.
Ya ... - se le fue la voz y tuvo que aclararla - Ya vuelvo.- Sacudió la cabeza ligeramente y salió de la cocina.
Mientras tanto, Julia se quedó con una gran sonrisa en sus labios recogiendo el desastre de la cocina.
Cariño ¿Qué harás hoy? – Pregunté desde la puerta del baño.. Hace dos semanas Julia se había mudado a mi cuarto, igual pasaba todas las noche en él, así que me pareció ilógico que aún sus cosas permanecieran en el otro cuarto.-
Debo hacer unos trabajos de la universidad, en realidad son unas investigaciones para mi tesis.. Seminario es la única materia que estoy viendo, hablaré con Manuela para irnos a la playa y poder tomar muestras del suelo, lo necesito para poder medir el impacto del hombre en este.- Respondió Julia saliendo con una diminuta toalla del baño, su cabello rubio estaba mojado y su piel un poco sonrojada por el calor del agua le daba una imagen bastante sexy.-
Su toalla accidentalmente se cayó cuando me pasó por un lado “sorry, creo que debemos empezar a comprar batas de baño”- comenté acercándome a ella. Mi uniforme quedó mojado por ella, alzándola hice que me rodeara la cintura con sus piernas, la llevé cargada hasta la cama y la coloqué con cuidado en ella. La necesidad me nubló la razón. Ella me desvistió con una rapidez sorprendente y de repente, la urgencia había tomado el control de nuestros cuerpos. Se colocó de rodilla sobre mi boca, era claro lo que quería que hiciera así que sujetándola de sus glúteos, me perdí entre los pliegues de su vagina saboreando cada centímetro de su piel, sintiendo como vibraba al toque de mi lengua; sentía sus músculos tensarse cuando sentí su cuerpo vibrar llegando al orgasmo. Abrí los ojos deleitándome con la imagen de ella sobre mí, su mirada azul eléctrico turbulenta por la pasión por todas las sensaciones que sentía en ese momento, su mano derecha acariciaba su seno derecho y su mano izquierda sujetaba delicadamente mi cabello pegándome más a ella. Cayó a un costado de la cama con la respiración irregular.- la abracé rodeándola con mis brazos, besándola dulcemente.- “Debo irme, ya voy tarde a una reunión” .- me arreglé rápidamente porque efectivamente iba con mucho retraso.

Hola Manuela ¿Cómo estás?.- Saludó Julia a su amiga.-
Bien amiga ¿y tú ? aunque mejor ni pregunto, ya se nota en tu cara de enamorada, que estás bien.- Respondió alegre la amiga.-
Payasa, pero sí, estoy bien y muy feliz. Ven.- Dijo con una gran sonrisa en sus labios.-Vamos, tenemos que pedir el permiso de investigación en la playa en dirección y luego irnos a hacer la investigación.- Agregó Julia caminando.
Oye ya tienen varias semanas ¿cuándo le dirán a tu padre?.- Preguntó seria Manuela.
Sé que debemos decirle, pero no he conseguido el momento. Debe ser pronto, porque no quiero que se entere por otro lado, aunque Carolina dice que sólo se puede enterar porque yo le diga algo.- contestó preocupada.-
Pues deberían hacerlo pronto, porque si las detalla al estar juntas de seguro se dará cuenta de lo que sucede y por más que sea la mejor amiga de tu papá el hecho de que hasta hace unos meses, ella era heterosexual y tú eres la niña de los ojos de tu papá, no les jugará a favor.- Contestó Manuela en el mismo tono que su amiga. Ambas sabían que su papá reaccionaría mal, por eso Julia había evitado comentarle sobre su nueva relación, pero no podía vivir a escondidas y mucho menos con Carolina.-
Hola Cariño ¿cómo va tu día?- Preguntó Julia al contestar el teléfono.-
Bien, bastante complicado, he tenido varias reuniones, una tras de otra. Tu padre me invitó a cenar hoy, y, me dijo que quería hablar conmigo ¿le dijiste lo de nosotras?- Pregunté seria.-
No,cariño. Hablamos hace unos días pero nada del otro mundo. Preguntó lo de siempre y me invitó a la casa el domingo próximo a comer pero la esquivé sutilmente la invitación.- contestó Julia algo nerviosa.-
Tranquila beba, déjame ver déjame ver qué quiere y cualquier cosa te llamo. Si desaparezco, sabrás que se enteró y se encargó del asunto.- Respondí en broma haciendo referencia a la ascendencia Italiana que tenía mi amigo y por ende, Julia.-
Me he separado de mi esposa, hoy me he mudado de la casa.- dijo con pesar.
¿Qué pasó Carlos? ¿Es tan grave como para irte de la casa?_ No podía creer que mi amigo luego de veinticinco años de matrimonio se esté separando.
No puedo tolerarlo más, el hecho que Julia sea lesbiana la ha trastocado, esta hablando con el grupo de su iglesia para un retiro espiritual donde le prometen que se curará, yo he escuchado lo que sucede en ellos y no es bueno, se ha vuelto insostenible. Después de hablarlo mucho he decidido irme de la casa, por lo menos así tendré la esperanza de mantener un poco alejada a Julia de ella, al menos hasta que entre en razón. Su voz se fue apagando hasta que llegó a un susurro. Me costó mucho entender lo que decía, pero supe que su matrimonio sólo tenía dos caminos; Olga aceptaba a su hija como era o Carlos terminaría divorciándose de ella…
Sentí un inmenso orgullo por él amor que le profesa a su hija, sentí un poco de envidia también, me habría gustado que mi padre hubiese sido un poco como Carlos, estoy segura que las cosas serían totalmente distintas a como son ahorita, pero entonces, no estaría con Julia. Solo pensar en ella hizo que una sonrisa de pura felicidad naciera sin control en mis labios.
¿Y tú por qué sonríes si te estoy contando mi tragedia? Preguntó Carlos.
“Estaba recordando a una persona” Contesté de forma esquiva sonriendo nuevamente por la imagen de Julia que vino a mi cabeza.
Jum pues debe ser bastante especial para tenerte sonriendo cuando te cuento mi drama._ contestó él con indignación fingida.
Es muy especial, en poco tiempo se ha hecho un lugar en mi vida al punto en que me cuesta imaginarla de otra manera ahora. Fui cuidadosa de obviar el sexo de la persona a la que me refería, a lo mejor estaba siendo paranoica pero sentía que cualquier referencia a su sexo le indicaría que era su hija.
Me alegro por ti Carolina, te mereces ser feliz y si este joven ha logrado eso en este tiempo, debe ser un buen muchacho._ contestó feliz.
Puede ser una persona mayor ¿cómo estás seguro que es menor que yo?- Pregunté fingiendo indignación por decirme que solo me gustaban los menores.
Riéndo con plenitud “porque desde que te conozco querida amiga, has atacado las cunas masculinas de la ciudad”.
Cuando llegué a la casa, me sorprendí de conseguir a Julia sentada leyendo en la sala, noté que arrugaba su cejo cuando vio que venía algo mareada por el licor, yo no estaba acostumbrada a beber y el hecho que haya tomado casi dos botellas de vino con su papá para mí significaba una inmensa ingesta de licor.
Hola bebe. sonreí al verla_ ¿cómo te fue hoy? completé acercándome para bersarla, necesitaba sentir su cuerpo cerca del mío.
Bien amor, resulta que no estoy tan atrasada como pensé en la tesis, solo me falta un poco mas de investigación de campo y estaré lista en unos meses, ¿Dónde estabas con mi padre que vienes bebida?
Sonreí al notar el tono controlado de su pregunta y revisar internamente que no me molestaba del todo que ella me preguntará, en casos anteriores, una sola pregunta de mis parejas hacía que saliera por la puerta, en esta ocasión, quise explicarle todo respetando la confidencialidad con mi amigo._ Me llevó al restaurante español y nos pusimos a beber un vino mientras conversabamos y el vino me afectó más de lo que debía. Tu papá bebió igual, pero como su sangre es mitad alcohol ni le pegó. Quiso regresarme lo suficientemente “feliz” a casa como para que mañana domingo lo pase en la cama._ contesté besándola descansando mis manos en sus caderas pegándola más a mí.
mmm no me digas que mi padre será ese tipo de amigo que toda novia odia porque es una mala influencia para su pareja._ Comentó acariciando mi espalda entre mi camisa.
Se escucha bien eso de ser tu novia, estoy más preocupada por que sea la clase de suegro celoso que no le gusta ninguna pareja de su hija. Dije divertida, observando la respuesta irreverente en su mirada. No perdí más tiempo y saqué su camisa por su cabeza, disfrutando de la visión de sus senos, los acaricié con mi pulgar notando como sus pezones se iban colocando cada vez más duros, besé su pezón derecho chupándolo, deleitándome al sentir como me pegaba más a ella, nos acostamos en el sofá dejándonos llevar por la necesidad de nuestros cuerpo por el cuerpo de la otra, la desnudé colocándome entre sus piernas disfrutando de su sabor, mi lengua jugando con su clítoris lamiéndola lentamentamente sintiendo la convulsión que le ocasionaba cada vez que mi lengua pasaba lento y duro sobre él, lentamente introduje un dedo dentro de ella deleitándome con lo estrecha que es, “oh, sí bebé más rápido, así” gimió Julia. _ “vamos acaba para mi, amor”.Respondí penetrándola en esta ocasión con tres dedos, disfrutando de las convulsiones que sentía en mis dedos y notaba en todo su cuerpo, un cálido y delicioso líquido se deslizó por mis dedos, los cuales me apresuré a tomar llevándola a un nuevo orgasmo. Me quedé un rato apoyando mi cabeza en su vientre dándole suaves besos en él, me quedé sorprendida cuando la idea de tener un hijo con ella invadió mi cabeza, idea que me dejó congelada, sentí un frío bajar por mi espalda, no podía presionar tanto, ella era apenas una niña, estaba empezando a vivir y nosotras apenas unos meses de relación como para agregar la idea a la relación.
Amor están tocando ¿puedes abrir? no me quiero mover. Dije tapándome la cabeza con la almohada el dolor de cabeza sentía que eran miles de enanos martillando la cabeza. “Dios prometo no beber más” comenté a Julia quien sonreía divertida.
Que poco aguante tienes bebe._ comentó dándome un beso suave en los labios para ir a abrir la puerta. “me gusta que no bebas” dijo saliendo del cuarto. Mi respuesta fue un intento de gruñido.
Hola Papá._ Dijo una sorprendida Julia al abrir la puerta y verlo ahí.-
Hola hija ¿cómo estás? Vine a hablar contigo._ justificó su presencia el padre, arrugando un poco la cara por la vestimenta de su hija, ¿Te desperté? preguntó pasando a la casa.
Sí, ayer me acosté un poco tarde, pero me cambio y regreso ¿quieres café?_ Julia estaba visiblemente nerviosa.
Tranquila hija yo me lo preparo, Carolina siempre ha tenido el café en la segunda compuerta sobre la cafetera. Cámbiate, trataré de no hacer ruido, seguro Carolina está inconsciente, ayer la hice beber bastante. _ comentó divertido al recordar la noche anterior. No es por ser chismoso pero ayer me comentó que está bastante ilusionada con un joven ¿lo ha traído a la casa?_ preguntó curioso.
Julia se sonrojó y con voz nerviosa “no, no eh mejor me cambio” evitó responder directamente.
Bebé, mi papá está aquí_ dijo Julia levantando a Carolina con cuidado dándole un beso suave en los labios.
mmm Dios como pudo levantarse tan temprano, tu papá esta loco._ Respondió de mal humor enrollandose más en la cama.
Dime entonces padre ¿qué te trae por aquí tan temprano? preguntó Julia cuando regresó al encuentro con su padre.
¿Hija no puedo solo visitarte? respondió el padre sirviéndole un café a su hija.
Esta bien padre, solo que si ayer técnicamente embriagaste a Carolina y estuvieron los dos en un restaurante hasta bien entrada la noche, me imaginé que algo estaba pasando, pero sabes que siempre me gusta verte. Respondió en tono conciliador.
Padre e hija se quedaron en la cocina hablando de todo y nada, cuando Julia tomó el teléfono de la casa para pedir un desayuno tardío a un restaurante cercano, “si por favor tres desayunos, dame los dos de siempre y un desayuno americano, y un jugo natural de dos litros de naranja recién exprimida” el padre de Julia la miraba intrigado, en su interior seguía creciendo el sentimiento que se estaba perdiendo algo importante y que no lo estaba viendo.
Carolina apareció en la reunión justo en el momento que estaban recibiendo la comida, “hola Carlos es que no tienes piedad”. Saludo dándole un abrazo a su amigo.
Riendo, su amigo le contestó “no sabía que la edad te estaba pegando tanto, ¿Cuándo te convertiste en una vieja aburrida?”. La respuesta de Carolina fue un gruñido, faltaban exactamente siete días para su cumpleaños y al ver disimuladamente a Julia recordó que era algo de lo que no habían hablado, pasando a su lado le tocó el hombro y se sentó a su lado a tratar de comer algo, se dio cuenta que en su plato había dos pastillas para el dolor de cabeza y se las tomó con un trago de jugo de naranja,  “gracias be..” se detuvo justo a tiempo “gracias Julia” Carlos arrugó la cara pero lo atribuyó a las secuelas de la salida de la noche anterior.
Julia, saldré un momento a hacer unas diligencias, gracias por el desayuno._ Dijo Carolina cuando terminó de comer. El desayuno se había vuelto tenso y sin conversación aunque el malestar de Carolina por el vino, igual le habría impedido participar mucho en ella, de haber existido tema alguno.
Julia no comentó nada, aunque hizo la anotación de preguntar qué era eso tan urgente que había tenido que hacer un sábado en la tarde temprano, no le gustaba lo insegura que se sentía respecto a Carolina, pero el hecho de que durante veinte años estuviera acostumbrada a estar con varias personas a la vez, la hacía dudar de su fidelidad, era un punto que ella consideraba indispensable para cualquier relación, eso y que no podía soportar la idea de que alguien más tocará el cuerpo de Carolina, la quería solo para ella, idea que la tomó por sorpresa, aún se estaban conociendo y estaban en los meses iniciales de la relación donde todo es maravillosamente nuevo. “hija estoy hablando contigo, te pregunté si Carolina te ha dicho ¿qué va a hacer para su cumpleaños? Julia se había perdido en sus pensamientos luchando contra el miedo ocasionado por sus inseguridades que le había sobrevenido a la salida apresurada de Carolina de la casa.
No papá no me hemos hablado de qué hacer en su cumpleaños, pero le preguntaré. Me imagino que no hará mucho. Comentó algo distraída
Bueno hija en fin, vine porque quería decirte en persona que me estoy separando de tu mamá, ayer me mude a un apartamento nuevo y me gustaría que te mudaras conmigo, más ahora que Carolina está empezando con un joven. Comentó emocionado por la nueva felicidad de su amiga y nervioso por la reacción de Julia.
Padre yo yo no sé qué decir, déjame pensar no puedo con todo esto. Julia no sabía que hacer entre el divorcio de sus padres y el hecho de que probablemente tendría que mudarse de la casa de Carolina, aunque eso era lo último que ella deseaba. No podía imaginarse viviendo sin Carolina, sin compartir como lo hacían hasta el momento, pero también sabía que apenas estaba comenzando con Carolina, cuatro meses es poco tiempo y Carolina no estaba acostumbrada a la monogamia, se terminaría cansando ¿Qué diría su papá cuando se enterara de lo que pasaba?.
Hija estoy hablando contigo, hoy estas mas distraída que de costumbre ¿Segura que estás bien?_ Preguntó Carlos preocupado.
Estoy bien, solo pensando _  respondió distraída.
Hija no quiero que mi separación con tu madre nos afecte, sabes que te quiero, eres mi hija._ Comentó preocupado Carlos pensando que su hija estaría tomando partido con su mamá.
Papá no te preocupes, yo también te quiero. El tono de voz seco de Julia dejó sorprendido a Carlos, quien decidió irse para hacer las diligencias que tenía que hacer. En la semana trataría de hablar nuevamente con Julia para que viviera con él y le diera un espacio a Carolina.
Cuando Carolina regresó unas horas más tarde con bolsas de mercado, ya que había aprovechado el tiempo para hacer varias diligencias, se sorprendió de conseguir a Julia sentada en la sala observando la nada. ¿Qué pasa? Preguntó Carolina acercándose a su novia.
Mi papá se está divorciando de mi madre y quiere que me vaya a vivir con él. Respondió Julia sin ver a Carolina.
¿Qué sientes tú con el divorcio? ¿te quieres ir a vivir con tu padre?. Pregunté tratando de sonar segura para que ella no notara que la simple idea de que ella se fuera, me llenaba de dolor y el estómago se convertía en cemento.
No respondió de inmediato a los segundos se volteó a mi “¿Es lo que quieres, que me vaya con mi padre?” -  
Bebé no es lo que quiero, pero seré sincera, soy veinte años mayor que tú, a parte, no soy muy divertida, no tengo muchas cosas en común con gente de tu edad así que no es loco pensar que puedes terminar por aburrirte. Solo quiero darte espacio para que tu elijas.- Dije besándola lentamente, no quería tener una discusión, pero tampoco era justo vivir paralelas a la realidad.
No digas eso que no es cierto, no eres aburrida y tal vez no tengas nada en común con mis amigas, pero es bueno porque yo no salgo con ninguno de ellos.- Respondió Julia divertida por la cara de Carolina de que no entendía nada.
Te amo.- Respondí besándola de nuevo, la agarre por su cintura y le indiqué que se sentara en mis piernas. Cuando lo hizo, sentí como el calor nos envolvía y la pasión era la fuerza que nos dominaba sin control alguno, le quité la camisa por su cabeza besando sus senos  recorriendo su pezón erecto, deleitándome por un tiempo con él. Besé su abdomen y le indiqué que se elevará un poco quedando su sexo caliente y húmedo a la altura de mi boca, ella se apoyó con sus manos del espaldar del sofá haciéndola tomar una posición inclinada. Recorrí sus labios húmedos con mi lengua, luego tomé prisionero su clítoris con mis labios para soltarlo y recorrerlo lentamente con mi lengua. Entré en ella saboreando su sabor dulce, un dedo se dirigió a su ano dándole masajes suaves solo acariciándolo, sentí como de su intimidad emanaba aún más fluidos, sus gemidos se hicieron más seguidos y más erráticos, cuando introduje mi dedo en su ano y mi lengua en su vagina ella se vino en mi boca, sentí como los espasmos musculares tomaron el control de sus piernas y terminó deslizándose sin fuerza por mi cuerpo hasta quedar de nuevo sentada sobre mis piernas y su cara escondida en mi cuello, tenía ganas de sentirla pero saber que estaba ahí y que la amaba, hicieron que mis ganas pasarán a un segundo lugar, la ayudé a llegar hasta nuestra habitación, eso suena tan bien  “nuestra habitación”. Pensé justo llegando a la cama.
Oh por dios ¿Quién en su sano juicio toca la puerta a esta hora?_ Dije de mal humor, había tenido mala noche y mi sueño había sido inconstante. “yo voy amor, no te pares, sigue durmiendo”_ dijo Julia parándose de la cama, se puso la bata de seda de Carolina color vinotinto, aunque le quedaba algo grande ya que Carolina media por lo menos veinte centímetros más que ella.
¿Hola amiga cómo estás?_ Saludó Julia tratando de activar su cerebro. Manuela estaba en el otro lado de la puerta, Julia no sabía exactamente por qué su amiga se encontraba en la puerta de su casa, pero no dijo nada, esperaría que su amiga le indicará el motivo, así no pasaría por descortés.
¿Julia no estás lista? habíamos quedado en ir a la playa a recoger las muestras que necesitamos. ¿Qué estabas haciendo que se te olvidó?- Preguntó divertida Manuela, pues era obvio que habían ocupado el tiempo de su amiga, aunque estaba muy feliz por Julia.
Pasa, me iré a cambiar.-Respondió sonrojada Julia, indicándole a Manuela que se sentará.
¡Hola! - Saludé sorprendida, me había despertado y no iba a poder dormir, salí a la sala con un intento de pijama, consistía en unos pantaloncillos cortos de hacer ejercicio y una franela sin mangas ajustada a mi cuerpo.
Julia volteó a  verme con cara de pena, regresando su atención inmediatamente a su amiga quien estaba detallando cada parte de mi cuerpo, bajo su escrutinio, solo fui capaz de ponerme roja y regresar al cuarto por algo más de ropa. Cuando regresé escuchè un fragmento de su conversación sin querer “amiga dios, yo soy hetero pero por una mujer así pensaría en cruzar la acera, por lo menos por un tiempo” comentó divertida Manuela. Irónicamente volví a ponerme roja, levantándole una ceja a Julia que no pudo controlarse y riéndose, le indicó a su amiga con la mano que yo estaba detrás de ella.
Me quedé conversando con Manuela y mi novia, entendí que tenía que formar parte de su círculo social por lo menos por instantes, para que ella pudiera sentir cierta seguridad de mí, para mi sorpresa fue agradable, una conversación ligera y divertida contando las historias divertida de la vida de Julia, quedamos en salir en otra oportunidad cuando Julia lo considerará pertinente.-

Amor recuerda que hoy tienes que venir temprano, es tu cumpleaños y he invitado a algunas personas a cenar._ Dijo Julia desde la puerta del baño.
Bebé lo sé, trataré de estar aquí alrededor de las siete. Sabes que hemos tenido un caos en la oficina, pero haré todo lo posible por estar aquí antes de las siete.- respondí dándole un beso juguetón en los labios, ya me había dado mi primer regalo de cumpleaños, algo que me tomó por sorpresa. Sentirla en la mitad de la noche recorriendo mi sexo con su lengua, pero fue delicioso.
¿Vendrán tu mamá y tu papá?- Pregunté aun abrazada a ella acariciando sus glúteos. “si, ambos dijeron que vendrían y prometieron que se comportarían mientras estén aquí”_ contestó besando la base de mis senos. “mmm delicioso, pero mejor salgo a la oficina pronto o no podré salir a tiempo”_ dije divertida por su cara.
“promete que regresarás rápido. Estoy nerviosa, no se como lo vaya a tomar”_ comentó al borde de las lágrimas.
No te preocupes, no dejaré que te pase nada. _ le respondí con confianza.

Hola llegaste! pensé que no te dejarían salir temprano._ Me dijo cuando vio que llegué, se notaba al borde de una crisis nerviosa.
Te dije que estaría aquí temprano, ¿Qué sucede?_ pregunté nerviosa también.
Mi papá no ha dejado de beber y mi madre no para de hablar que mi estilo de vida es un pecado, que debería estar con un hombre para poder quitarme estas ideas ridículas de la mente._ Explotó al borde del llanto.
Bueno cenaremos, cantamos cumpleaños y los dejamos ir, le diremos a tu papá en otra oportunidad, no creo que bebido sea la mejor manera de decirle. _No quería comentar nada de la ira explosiva que a veces tomaba el control de su padre, muchas veces tuve que intervenir para que Olga no sufriera las consecuencias, aunque una vez que nació Julia se controló, y eso me calmaba un poco.
Hola Carlos ¿cómo estás? _ Saludé quitándole la copa de whiskey y dándole un vaso de agua, iba a discutir, pero inmediatamente señalé a Julia, sabía que era su punto débil, no haría un escándalo frente a ella. La culpa se apoderó de mí, estaba traicionando la confianza de mi mejor amigo. Servimos la cena, tratando de mantener a Olga alejada de Carlos.
¿Olga cómo has estado? tenía tiempo sin verte_ comenté tratando de hacer conversación y el ambiente tenso que se había instaurado en la mesa se hiciera más tolerable.
No seas cínica Carolina, tu sabes bien lo que me hizo Carlos, no puedo creer que apoyes ese tipo de comportamiento_ Soltó ella, llevándose con esa frase todo el posible ambiente calmado que habíamos logrado tener.
Olga no digas cosas que no sabes, nunca he intentado meterme en su relación y tu sabes que nunca he apoyado a Carlos en algo que no deba, siempre he tratado de dejar que ustedes resuelvan sus diferencias, pero no podía dejar que te llevaras a Julia a uno de esos locos retiros donde exponen a las personas a cualquier tipo de abuso bajo la excusa de que “Dios los curará” Julia no está enferma, debes entenderlo._ Respondí algo molesta.
No puedo creerlo, apoyas esa conducta desviada de Julia._ Gritó ella parándose de la mesa.
No tengo que aprobarla o desaprobarla, porque es algo totalmente normal, es su sexualidad, es su vida privada y nadie tiene derecho a meterse en ella, entiéndelo_ Grité parandome de la mesa también.
No podía esperar menos de ti, me sorprende que Carlos no se haya venido a vivir contigo, “siempre tuvieron ese vínculo extraño que los unía”¿Dime te da placer ser la amante?”- Dijo con dolor.
Estás loca Olga, no puedo creer que te estoy escuchando decir esas cosas. Respondí sorprendida por su insinuación.
Carlos había vuelto agarrar la botella, esta vez era vino, yo solo podía observar como toda la reunión se estaba saliendo de control, “será mejor que todos nos acostemos, han bebido de más y están diciendo cosas sin sentido”_ dije levantando mi plato de la mesa. Julia seguía jugando con su comida en la mesa, Olga estaba molesta decidiendo si irse o quedarse a soltar más veneno, Carlos con su actitud distante como si no estuviera ahí, actitud que muchas veces me molestaba, pues cuando tenía que tomar el control e imponerse, defender en lo que él creía, simplemente no lo hacía.
Olga terminó por decidir quedarse a dormir estaba bastante bebida y sin permitir que nadie la llevara a casa término aceptando quedarse, pero antes de irse a la habitación de Julia, terminó de soltar todo su veneno “espero que lo disfrutes ahora que está soltero” dijo saliendo de la sala. Observé como Julia levantaba la cara observándome con dudas. Genial, ahora mi novia piensa que yo estuve involucrada con su padre, pensé mientras ayudaba a Carlos a llevar a Olga al cuarto de su hija.
Carlos ella sigue con su loca idea que tenemos algo no se como lo soportaste todos estos años, en verdad.-Dije abrazando a Carlos al cerrar la puerta del cuarto.
A veces por amor hacemos cosas sorprendentes.- contestó con pesar. El se fue al otro cuarto y yo fui a la sala, la discusión me parecía sin sentido y bastante tonta. “tu mamá ya se durmió, menos mal” comenté cansada sentándome en la sala, haciéndole señas a Julia que se sentará en mis piernas.
Sabes que te amo ¿no?- Dije en una explosión de franquesa. “Lo sé bebé y yo te amo a ti” - Respondió ella dándome un beso suave en los labios, le correspondí el beso acariciando su espalda con mis manos, pero por primera vez no era con una necesidad de sexo, sino más bien una necesidad de protección.
¿Sigues creyendo que lo mejor es decirle mañana?- Pregunté dudosa por el evento recién ocurrido.
Es lo mejor, no quiero mentirles, tu no quieres que mi papá se entere ¿por qué?- Preguntó ella con tono molesto.
No es eso, creo que lo mejor es decirles y por carlos no me preocupo mucho, se que se molestará porque eres su hija, pero somos amigos desde antes que tu naciera, Dios puedo ser tu madre.- Comenté con cierto tono de regaño en mi voz.
Ya hemos hablado de eso Carolina, no me importa la edad, te amo y como dices, en el corazón no se manda, quiero construir mi vida a tu lado.- Declaró Julia con franqueza.
Oh bebé yo también lo quiero, sabes que ultimamente he pensado en una idea loca.- comenté sonrojándome.
¿Si? ¿Y qué idea loca se te ocurrió?- Preguntó emocionada Julia.
Que podríamos casarnos y tener un hijo.- Dije asustada, aunque ella sabía lo que había pasado, nunca habíamos hablado de tener hijos. “Si no quieres no tienes que aceptar, no quiero presionarte”. completé cuando vi que se puso tensa.
No me estoy negando, solo me tomó por sorpresa ¿Por qué te da tanto miedo decirme lo que tu quieres?- Preguntó ella sujetando delicadamente mi cara entre sus manos. “no quiero presionarte y que termines yéndote de mi lado”. Admití insegura.
No lo haré Carolina, debes entenderlo, si quiero tener un hijo contigo pero mejor que sean dos, así no estará solito. Pero primero debemos casarnos, no quiero ser madre soltera.- Respondió ella en tono ligero mientras me daba un beso que significaba una nueva etapa para nuestra relación.
Julia sabes que durante mucho tiempo nunca me había dado la oportunidad de estar en una relación con nadie, pero debo confesarte que desde que te vi ese día en mi oficina sabía que cambiarías mi vida. No pensé que significarías para mi una nueva oportunidad para amar sinceramente y ser feliz._ Tomé la cadena que llevaba en  mi cuello y se la coloqué con delicadeza.
Te amo._ Respondió ella entendiendo el significado de lo que acaba de hacer.
Nos quedamos un ratos en silencio disfrutando del momento de tranquilidad, internalizando que le había propuesto muy a mi estilo, matrimonio. Estábamos en una nueva etapa y la idea de finalmente tener una familia y que ella formara parte fundamental de ésta, me llenaba de felicidad pura.
No sé en que momento nos quedamos dormidas, ella sobre mi acurrucada y yo protegiéndola con mis brazos, sentí el ruido de una puerta e inmediatamente me  pare notando mi cuerpo adolorido por la posición incómoda en la que dormí.
Buenos días_ Saludé aun desorientada a Carlos, gracias a dios había escuchado la puerta y me levanté, aunque Julia y yo dábamos la apariencia de no haber dormido nada, eso era mejor que tener dibujado en la frente que había pasado la noche acariciando a la hija de mi mejor amigo.  
Buenos días Caro, ¿como estas? _ Respondió él siguiendo el camino a la cocina, tenemos la suficiente confianza como para andar por la casa del otro como si fuera nuestra, él sabe que para poder conseguir más de dos palabras de mí debe darme café. “Siento mucho lo de Olga, sabes que siempre ha tenido esa idea”_ Comentó apenado por el comportamiento de su ex esposa.
No te preocupes, eso lo sé. Me preocupa un poco Julia no quiero que piense que yo tuve nada que ver en su divorcio- Me dije a mi misma que Julia confiaba en mí y no creería las acusaciones de su madre.
Me dirigí al pequeño balcón para tomarme el café en compañía de Carlos, las matas siempre nos habían producido un ambiente relajante, ¿Qué crees que vaya a hacer Olga? no aceptará fácilmente que Julia es gay.
No lo sé, solo quiero que la deje ser feliz_ Respondió Carlos con un tono triste.
Lo hará, dale tiempo, eres un excelente padre Carlos a veces me gustaría que mi padre se hubiese parecido a ti por lo menos un poco _ Comenté con pesar, no hablo de mi padre y frente a carlos lo hecho en contadas ocasiones.
Siento su muerte, siento que no hayas podido recibir una disculpa o una explicación de él _ Contestó Carlos abrazándome, un abrazo lleno de cariño fratenal y de apoyo.
Vaya y yo que pensé que me tendrían un poco más de respeto _ Reclamó Olga con voz venenosa.
No es lo que piensas Olga, Carlos estaba solo consolándome por la muerte de mi padre._ Dije tratando de aclarar el momento que ella estaba tergiversando.
Si me imagino como te consoló, yo sé cómo te consuela. ¿Crees que no me di cuenta de todas las veces que él se iba contigo y regresaba en la madrugada oliendo a tu perfume?._ Su tono calmado pero venenoso me estaba alterando.
¡Pues nunca he estado con él! Lo conozco desde la preparatoria y eres una idiota si piensas que tu marido te ha engañado durante 20 años y aún seguías con él, no te valoras como mujer y en eso no podemos hacer nada ni Carlos y  ni yo._ Respondí.
Olga no digas cosas que no sabes, no compliques las cosas, te lo he dicho mil veces durante todo el matrimonio, Carolina y yo somos amigos nada más, ¿Por qué te empeñas en ver cosas que no son?._ El tono calmado y conciliador de Carlos hizo que ella pensara mejor la situación, pero su veneno ya estaba ahí, pude ver a Julia atrás de su madre con la espalda erguida y tensa. No sabía cuanto había visto u oído y no quería que tuviera dudas, siendo justas, ella también debió ser consciente de que su padre salía conmigo hasta bien entrada la noche.
Olga yo estoy enamorada de alguien y quiero esa persona con todo mi ser, hemos pensando en formalizar nuestra relación y finalmente tener mi familia a su lado._ comenté en voz baja sujetando el brazo de Carlos buscando apoyo.
No me imagino que clase de hombre podría estar con una mujer como tú, has estado con todos los hombres de la naval y ni contar a los que conocías en las discotecas, que clase de ejemplo darás._ el ataque de Olga no se detenía aunque sabía que lo hacía para herirme y no debía hacerle caso, estaba empezando a creer que era verdad.
¡Ya basta mamá! Desde que llegaste no has dejado de atacar a Carolina y no te lo permitiré más, ella no tiene la culpa de lo que sucedió en tu matrimonio, la tienes tú, por tu idea de que yo vivo en pecado y que tu eres la salvadora del mundo y no es así, Carolina es una mujer con la cual cualquier persona estaría orgullosa de estar._ Dijo Julia acercándose a mi entrelanzando los dedos conmigo, por un momento pensé que mis piernas no me sostendrían más.
No te atrevas a atacarlas Olga, he tenido mucha paciencia pero ya basta, deja ser feliz a tu hija, no ha hecho nada malo. Basta._ Dijo Carlos con voz firme agarrando a Olga por un brazo y llevándola a su cuarto.
Gracias, pero no tenías  que exponerte así, al final podía soportarlo._ Agradecí besando su frente.
Te amo, no podía seguir escuchando como te atacaba por cosas que solo están en su cabeza._ Respondió dándome un beso suave en los labios. “mi padre no parecía sorprendido para nada” comentó acurrucándose más en mis brazos.
No, no lo parecía. Hablaré con él, explicarle lo que sucedió._ Respondí sería.   
Carlos se fue con Olga, ninguno de los dos se despidió, algo que nos pareció extraño pero con el disgusto de la mañana, preferimos acostarnos antes de que otra cosa volviera a tensar nuestras vidas.
¿En verdad quieres hacerlo? ¿Quieres casarte conmigo?_ Pregunté dudosa cuando ella salía del baño.
Sí, sí quiero y quiero tener uno o dos niños, preferiblemente gemelos para que sea un solo dolor._ Respondió acercándose a mí y dándome un beso suave en los labios.
Por dios santo es que nadie puede venir a hora decente a visitar._ dije gruñonamente parándome de la cama.
Bebé no seas así anda, yo me iré vistiendo. _ Respondió Julia dándome un beso rico en los labios.
Hola Carlos ¿Qué haces aquí?_ Pregunté nerviosa.
Necesitaba hablar contigo antes de que te fueras a trabajar._ Su tono serio me hizo sentir que era una niña de preescolar a la cual la habían mandado a dirección.
¿Desde cuándo estás saliendo con mi hija? ¿es cierto que piensas formar tu familia con ella?_ Preguntó  serio sentándose en el sofa.
Sí. Desde hace un año. Pensamos en decirte pero siempre había algo que lo impedía. La amo y quiero formar mi familia con ella. Quiero que sepas que no le haré daño, con ella es distinto, con ella quiero pasar mi vida._ Dije sinceramente, para mi era importante que él entendiera y me comprendiera.
Lo sé, lo vi en tus ojos el día de la cena cuando me hablaste del joven, siempre dije que alguien te haría sentar cabeza, solo que nunca pensé que fuera mi hija. Después de lo que te hizo tu padre, yo solo quería que te dieras la oportunidad, para mí es difícil, ella es mi hija y tu mi mejor amiga, mi hermana._ Comentó pensantivo. “promete que la harás feliz” Completo con la mirada puesta al vacío.
Lo haré. La haré feliz.-Dije con un nudo en la garganta.
No quiero que esto afecte nuestra amistad, se que has pasado muchas cosas, siempre sospeché los maltratos de tu padre hacia a ti, pero te fallé cuando no pude cuidarte. Luego cuando fui al hospital y supe lo que había pasado, verla ahí cuidándote supe que por eso es que nunca me presentaste a tu “novio”, no tenías que ocultarme eso, eres mi mejor amiga, te quiero como una hermana pero respeté que no estabas lista para incluirme en esa parte de tu vida y que eso no tenía que significar que no confiabas en mí, solo que era algo que no querías compartir. Cuando ella finalmente se fue vi como cambiaste, como tu mirada simplemente cambió, te volviste cerrada y pasabas de un hombre a otro como si su función era solo complacerte. Tardé un tiempo en entender que simplemente no estabas lista para recuperar lo que habías perdido; no lo negaré, me molestó un poco saber lo que pasaba con mi hija. Es mi hija, mi niña y tu le duplicas la edad, luego sin querer escuché una conversación que ustedes tenían y comprendí entonces que mi hija no es una niña, aun y cuando la vea siempre de cinco años que necesita mis cuidados y de mi protección; por otro lado, tú la quieres y es una decisión de ustedes._ Carlos se había confesado con Carolina, le estaba brindando su apoyo y demostrando que a lo largos de los años había podido leer los silencios de Carolina. “Te mereces ser feliz Carolina, después de todos estos años te lo mereces, me alegro por ustedes”._ Carlos me abrazó y se fue. Yo me quedé pensando en todo lo que había dicho Carlos, pero agradecida en que aceptara nuestra relación.

Epílogo
Hola papá ¿como estas?. Lo abrace sonriendo de que finalmente estuviera solucionado el divorcio con mi madre.
Bien hija, hoy por fin hemos firmado los papeles no puedo creer que haya tardado tres años en poder divorciarme de ella, gracias a Dios hoy acepto.
Hace unos años cuando mis padres descubrieron que yo estaba teniendo una relación con Carolina no reaccionaron bien,  sobre todo mi mamá que nunca pudo superar su idea de que mi padre tenía una relación con Carolina, ahi las cosas se pusieron feas mi mamá introdujo la solicitud de divorcio alegando engaños y maltrato físico - psicológico por parte de mi papá, iba todos los días a nuestro apartamento a rezar por nuestra salvación; finalmente Carolina pidió una orden de restricción donde le impedían que se acerca a nosotras sin embargo, esto no ayudó mucho unos meses más tarde  ya para navidad ella se presentó en la casa para la mala suerte de todos mi papá también estaba con nosotras.
¿Qué haces aquí Olga?- preguntó mi padre evidentemente molesto.
Vengo a ver a mi hija no permitiré que la dejes perderse en este mundo de perversión, yo la salvaré así sea lo último que haga… Salió de la casa indignada, dejando detrás de ella un ambiente lleno de incertidumbre, la confusión reinaba en la mente de todos.
Bebé no te preocupes pondré a unos cadetes a cuidar la zona por lo menos hasta que resolvamos con el juez internarla, no dejaré que se acerque a tí.- sentí los brazos de Carolina rodearme apretando mi cuerpo contra el suyo, por un momento el miedo por las declaraciones de mi madre pasaron a un segundo lugar.
No se porque simplemente no puede dejarnos ser feliz, porque se empeña en hacernos daños.- mi voz se quebró finalmente la velada había acabado.
Carlos ¿Qué vamos hacer?. pregunto Carolina sentándose en la sala nuevamente, había acompañado a Julia a la habitación todo el evento la había puesto muy nerviosa.
Hablaré mañana con el juez pediré una audiencia con él explicare el caso, así, el podrá ordenar que un centro de ayuda psiquiátrico la acepte aun en contra de su voluntad hasta que se determine que sucede, no puedo creer que haya todo terminado en esto… Carlos afligido se fue sin escuchar a su amiga que se negaba a que se fuera.
Cinco días más tarde finalmente el juez emitió la sentencia con el exhorto al hospital psiquiátrico de Caracas para que atendieran de forma obligatoria a la Señora Olga, emitiendo igualmente la sentencia de divorcio de Carlos quien, a puertas cerradas había narrados todos los hechos violentos y brotes psicóticos que había tenido Olga a lo largo de su matrimonio nunca intentó hacer algo primero para proteger a Julia y segundo siempre pensó que era consecuencia de la personalidad de Olga.-
Papá quiero hablar contigo. Dijo Julia entrando a la oficina de su papá.
Claro hija pasa, ¿Carolina no viene contigo?. El tono en su voz era de incredulidad, estaba acostumbrado a ver a las dos mujeres juntas, algo que le gustaba porque se notaba a simple vista el amor que se tenían entre ellas.
Quiero empezar dándote las gracias por todo el apoyo que me diste cuando mi mamá se negó a aceptarme, no creo haber podido soportarlo sin tu apoyo constante, gracias por aceptar mi relación con Carolina se que en su momento debió ser difícil por ser tu amiga y la diferencia de edad pero gracias.-
No sigas hija yo solo quiero tu felicidad lo sabes, es lo único que me importa solo quiero verte feliz.- Su padre luchando por controlar la emoción se paró a abrazar a su hija, el abrazo duró unos segundos antes que ambos decidieron que ya habían solucionado el tema a su manera.
Hola bebe ¿Cómo te fue con tu padre?- Pregunto Carolina entrando a la habitación donde estaba acostada Julia con los pies en alto sobre unas almohadas.
Bien amor, estaba extrañado porque no me acompañaste, lo invite a comer el sábado a la casa ¿Te parece bien?- Preguntó Julia algo insegura.
Claro amor, aunque pediremos comida a un restaurante no quiero que cocines, recuerda que el doctor dijo que debías tener reposo por unas semanas para evitar complicaciones.- Respondí dándole un beso suave en los labios y luego acariciando su barriga donde estaban nuestros gemelos de cuatro meses de edad. me sentí feliz y plena por fin podía tener una familia como la que había desea y tenía una nueva oportunidad de amar y ser feliz.

Capitana Efe, el señor Méndez está aquí, dice que la conoce ¿lo dejo entrar?
Si por favor, muéstrale el camino y luego nos traes un café.-
Carlos Méndez era mi mejor amigo, aunque no somos de hablar todos los días yo lo considero mi familia, mi hermano, sé que yo para él soy igual una hermana; luego de estudiar todo la preparatoria juntos y sobrevivir a los continuos maltratos en la preparatoria hicimos un gran vínculo, cuando finalmente saque de mi vida a mi padre y lo tomará como muerto, él fue el que evitó que destruyera mi vida con esa tragedia no sé si en verdad llegue a superarla o simplemente aprendí a vivir sin ella a mi lado.
¿Carlos cómo estás? Como ha pasado el tiempo ¿no? ¿Cómo está tu hermosa familia? .- lo abrace antes de que mi secretario saliera sorprendiéndolo ya que no era de mostrar cariño en público, soy conocida por ser bastante fría y dura con todos.-
Bien, mi esposa “bella” te manda saludos dice que te espera para el dia del trabajador en casa, que no aceptará ningún tipo de excusa y, Julia bueno, esta en esa edad en la que uno como padre se pregunta ¿que hice para merecer semejante castigo?. comentó algo preocupado por el comportamiento de su hija.-
Explícame qué sucede con Julia, la última vez que la vi quería estudiar algo referente a biología y con eso crear algo pro ambiental o algo así.- respondí algo perdida de la carrera de la niña y haciendo caso omiso del tono con el que se refería a Olga, tenía suficiente tiempo tratándolos y sabía que era un comportamiento casi normal su relación odio - amor.
Bueno esta estudiando eso, está en su último año de biología marina, pero resulta que tiene que  irse de la casa de su tía le va tocar vivir sola y eso no me gustaría, prefiero que esté en un lugar seguro,  tu sabes lo peligroso que está todo, ¿como ella va estar sola? a parte está con un grupo de amigas que nunca sé de qué están hablando, me da miedo que se esté metiendo en problemas.- Respondió mi amigo con voz baja con un tono de voz bastante preocupado.-
¿Y en qué te puedo ayudar yo? que necesitabas venir aquí para pedirme el favor - Respondí. Sospechaba que me iba a pedir que fuera la niñera de Julia. Algo que no me llamaba la atención para nada.-
Necesito que me alquiles una habitación en tu casa, sé que tú podrías saber en qué anda con poco tiempo en tu casa y, tus normas de militar la ayudarían a tener  disciplina, yo creo que es lo que le hace falta un poco de mano dura, sabes que Olga y yo no creemos en eso así que se crió explorando los límites y ahora no sabemos cómo implementarlos, por favor ayúdame.- Suplicó el padre.-
¿Dios pero qué puedo saber yo de ser madre Carlos, si sabes que se me mueren hasta  las plantas no? ¿Estás seguro que quieres que comparta conmigo?.
Claro que si Carol ¿por qué no iba a querer que compartiera contigo? Eres una de las mujeres más espectaculares que conozco, eres capitana de la marina del país, condecorada mil veces por todos tus logros e investigaciones, eres recta, leal, una excelente amiga, que podría estar mal en ti para alejar a  mi hija.- su comentario hizo que un rojo escarlata tiñera mi rostro, sé que éramos muy buenos amigos,  pero el hecho de que me confiara a su hija me sorprendía, siempre pensé que no me tenía tanta confianza.-
Carlos… Lo abracé antes de que mis lágrimas rodaran libre por mis mejillas, escondiendo mi rostro en su cuello. -Eres mi mejor amigo, sabes que haría lo que me pidieras, así sea darte mi hígado, te daría lo que me pidieras.-
Perfecto ella está afuera esperándote, sé que tienen mucho tiempo sin verse, pero seguro se llevaran bien.- Carlos se paró de la silla rápidamente antes de que su amiga cambiara de opinión. Su hija era tan contraria a lo que su amiga era, que sentía que estaba alterando el orden natural de las cosas a poner a esos dos seres a compartir, aunque obviamente su amiga conocía a su hija y a toda su familia, pero la había visto en contadas ocasiones. Carol era de las personas distantes, aunque siempre estuvo para los momentos importantes, aun cuando no estaba todos los días, él y su familia le debían tanto a ella que no sabían por dónde empezar a pagar todo lo que ella había hecho por ellos.-
Cuando Carol salió justo detrás de Carlos para encontrarse con la chica, se sorprendió de ver a una joven con un estilo totalmente rebelde, todo lo contrario a lo que se esperaba de la primogénita de su amigo, su amigo era un hombre de traje y corbata con estilo de hombre de los años cincuenta, organizado al punto de ser obsesivo, y la joven era una rebelde de sangre, el jean tenía huecos en las rodillas, los converse gritaban y suplicaban que dejaran de usarlos, la camisa roja resaltaba su color de piel blanca, el cabello lo tenía corto con unos mechones en la parte de adelante más largo, aún conservaba su color rubio y, sus ojos grises seguían igual de enérgicos. Carol se sorprendió de la imagen de la chica, aunque apenas tenía 20 años era una joven realmente hermosa, emanaba una energía embriagante propia de la juventud y se preguntó ¿qué había hecho para asustar a su padre?.-
Hola Julia ¿cómo estás? Tiempo sin verte.- la saludé acercándome a ella.- El color rojo de sus mejillas me dio ternura y a la vez un calor en mi pecho poco común en mí, arrugué mi entrecejo por la sensación nueva.-
Sabía que iría a esconderse detrás de ti, siempre te busca cuando empiezó a molestarlo.- respondió en tono agrio.-
Su papá iba a decir algo pero con un gesto se lo impedi, sabía que solo quería manipular a su padre, hacer que se sintiera mal para ella lograr lo que quería.-
Bueno tu padre me comentó que querías vivir sola, pero le da miedo, algo que apoyo. A mí también me daría miedo que mi hija se vaya a vivir sola en una ciudad tan peligrosa como está.- comenté cuando entramos a la oficina. Mi secretario estaba sorprendido por la visita y no me extrañaba, en los diez años que he estado aquí nunca nadie me había visitado.-
No soy una niña ya tengo 21 años, soy perfectamente capaz de cuidarme sola.- respondió segura.-
Eso no lo dudo pero estaremos más tranquilos así, pero si no quieres vivir conmigo puedo poner un batallón de mi gente a seguirte a todas partes y podrás vivir donde quieras.- me arriesgué apelando a su sentido de independencia y privacidad.
No hace falta eso, prefiero vivir contigo que con él.- dijo dándose la vuelta, pude observar desde mi puesto como se limpiaba una lágrima de su mejilla.-
Perfecto, entonces decidido de manera democrática, vivirás conmigo hasta que se considere necesario. Cuando lleguemos a casa te explicaré las normas, espero que las respetes. No tengo que explicarte mucho dado que me conoces, pero espero que entiendas por qué en mi caso hago todo esto.-  No quería sonar condescendiente con ella; ella inmediatamente supo que esta medida me tomó por sorpresa tanto a ella como a mi, aunque estoy segura que ella tuvo un poco más de tiempo para prepararse.-
Los dejé solos un momento para que hablaran, mientras que yo estaba hablando con mi asistente/secretario sobre cómo reprogramar todas mis reuniones ya que hoy no podía quedarme. Él estaba con humor extraño, pero siempre profesional - Ivan te explico mañana, en verdad no tengo paciencia para tus reclamos. Te explicaré por respeto, pero no porque tenga que hacerlo, tú estuviste claro en lo que yo quería y lo aceptaste, así que no quiero problemas.- Le dije al joven, aunque mis impulsos sexuales no eran muy frecuentes, había períodos que necesitaba la compañía de algún hombre para satisfacerlo, aunque casi nunca lo lograba, pero por lo menos lo intentaba, aun cuando en mi cabeza una voz gritaba “esto no es lo que quieres porque sigues negándote a vivir”.
Vamos, te mostraré tu nuevo hogar.- Nos dirigimos en silencio, no tenía nada que decirle y podía entender que ella estuviera molesta, yo todavía no sabía cómo equilibrar mi vida con su estadía en casa, lo único que esperaba era que su padre lograra conseguir la manera de comunicarse con ella.-
Cuando llegamos nos bajamos en silencio hasta que finalmente entramos a mi apartamento, era un pent house, de tres habitaciones, con terraza y áreas verdes mandadas a construir por mí, claro no era mucho, eran unos tres metros de grama y unas jardineras ubicadas en el borde de la terraza, en la pared izquierda a un costado, se podía disfrutar de una parrillera que nunca usaba y del lado derecho, se encontraban unas poltronas que utilizaba con mayor regularidad cuando quería pensar, al fondo había un pequeño jacuzzi suficientemente grande para dos personas adultas, el cual tenía el fin de conseguir que mis visitas se desvistieran mucho más rápido, aunque los hombres no tardaban por lo general en desvestirse.-
Julia, ésta será tu habitación, puedes tenerla como mejor te sientas con ella, pero por favor, nada de drogas, ni cigarros. Si no te gusta el color podemos salir a comprar lo que requieras y mañana se ambienta a tu gusto.- Dije mostrando una habitación bastante iluminada con baño propio, en la pared del fondo en sentido contrario a donde estaba la cama, había una ventana inmensa que ocupaba toda la pared, esta ventana la comunicaba con un pequeño balcón donde estaba una mesa redonda pequeña y dos sillas.-
La dejó en su cuarto para que se acomode y haga lo que quiera que vaya a hacer, pero cuando estoy llegando a la puerta la escucho decir “Carol, gracias por recibirme sin preguntar el motivo”
Siempre cuentas conmigo, toda tu familia cuenta conmigo, cuando quieras hablar de ello, estaré para escucharte, nunca fué mi intención molestarte con esto. conteste con una sonrisa de medio lado. Sentía un gran aprecio por ella y aunque tenía tiempo que no la veía hoy me había inspirado una ternura que hace años nadie me inspiraba.
Han pasado ya dos semanas desde que Julia se mudó conmigo, no es una mala inquilina, algo enérgica, pero yo soy proporcional a ella en lo inactiva cuando estoy en la casa.  Hoy me he retrasado bastante, la última reunión para trazar los lineamientos contra los ataques que hemos sufrido por la costa norte del país se extendió, sé que debo ir yo a investigar, no porque lo dicta el protocolo, sino porque lo siento como mi responsabilidad. En eso pensaba cuando finalmente abro la puerta de la casa y me sorprendo del delicioso aroma que sale de la cocina me dirijo sin pensarlo a allí para descubrir a Julia cocinando un pollo en una cama de vegetales, sin controlarme, abrí el horno robándome una rebanada de pimentón, llevándola a mi boca aún caliente, tan caliente que me quemé al morderla, causando una sonrisa tierna en Julia quien con cuidado, me limpió la comisura del labio donde se había derramado un poco del jugo de los vegetales. Sé que fue un gesto natural, no pensó en lo que yo podría pensar o sentir, pero me pareció tan sexy y dulce su gesto que mi cuerpo se tensó de expectación por ese simple roce. Se dio cuenta de la atmósfera que se había creado en la cocina al llenarse de energía y tensión sexual, “porque no te cambias mientras yo arreglo todo” me le quedé viendo a sus hermosos ojos azules, perdiéndome en ellos, sintiendo una necesidad inmensa de besarla, como si nuestros cuerpos fueras polos opuestos de un imán nos fuimos acercándonos hasta estar los suficientemente cerca como para sentir su calor, mi mano rozó su brazo derechos sintiendo su piel suave, embriagante, mis labios estaban casi rozando los suyos, cuando finalmente probé sus labios gemí de placer “lo siento” susurre separandome de ella.-
Me dirigí a mi cuarto a cambiarme para la cena, en verdad que lo que probé producto de mi robo, estaba realmente delicioso, así que cuando a los pocos minutos de estar en mi habitación me llamó para que fuera a comer, no lo dudé ni un minuto. La cena fue bastante agradable a pesar del momento tenso de antes, una conversación ligera,  divertida y que nos relajó por completo.
Bueno Julia, gracias por la cena estaba deliciosa pero debo salir.- dije con tristeza aunque no quería salir debía verme con Alfredo pues estaba un poco incómodo con la situación y no quería que se sintiera peor.-
Esta bien, tranquila, cuídate.- Su tono de voz triste me hizo entrecerrar los ojos.-
Estás bien Julia, en verdad lo siento por lo de la cocina, no volverá a suceder. Su rostro se volvió rojo pero no dijo nada, solo negó con la cabeza.-
Esta bien como quieras, sabes mi número, llama si necesitas algo ¿Seguro estás bien?- Volví a preguntar antes de salir de la casa.-
si estoy bien tranquila.- Respondió
Hola Alfredo ¿cómo estás? Lo saludé dándole un beso suave en los labios, aunque sabía que no era el hombre de mi vida, era una excelente persona y un gran amigo, así que aunque estaba clara que no lo amaba, si lo quería mucho.-
Bien linda ¿y tú?.- respondió intensificando el beso, sentí como sus manos tomaron mi cintura y me pegaban más a él, no íbamos a hablar mucho, por el beso sé lo que quiso decir con “necesitamos hablar”. Me dejé hacer por él, dejé que tomara el control de la situación conduciéndome a la recamara, quitó mi blusa para seguir con el pantalón, disfrutando de la vista de mi cuerpo blanco y definido por el ejercicio. Tenía ropa interior de seda elástica color verde esmeralda, su color favorito, inmediatamente me quitó el sujetador y comenzó a acariciar de manera delicada uno de mis senos, sus dedos delicados acariciando mi pezón derecho mientras su boca jugaba con mi pezón izquierdo. Comencé a gemir sin poder controlarlo, él sabía cómo tocarme para que mi cuerpo respondiera a él, me gustaba su rudeza y lo delicado que podía ser al mismo tiempo.
Me separé un poco de él para comenzar a desvestirlo y deleitarme con su cuerpo. Era un subordinado, nos conocimos cuando me tocó entrenarlo, así que me esmeré en hacer que tuviera un cuerpo de envidia con el cual deleitarme, aunque al principio no estaba segura de si lo podría lograr. Besé cada uno de los cuadritos de su six pack, luego quitándole su jean y su bóxer juntos, jugué con su miembro ya erecto, era grande y algo venoso, pero muy delicioso. Besé su glande deleitándome de su sabor para luego,  introducirlo en mi boca chupándolo, rodeándolo con mi lengua, jugando con él presionándolo con mis labios para volver a chuparlo como si fuera un helado. Sentí como su miembro se volvía más duro y como sus piernas empezaron a temblar y antes de que pudiera protestar, apreté con mi mano la base de su pene, me separé de él “Respira que hoy probaré algo que estoy segura te encantará”. Hice que apoyara sus manos en la cama y mi cabeza reposando en la cama mientras él embestía con fuerza su pene en mi boca, con mis jugos moje mi dedo índice y comencé lentamente a jugar en su ano con cuidado, no quería que se arrepintiera y se echara para atrás. Presioné un poco introduciendo la punta de mi dedo, escuché su gemido con una liga de dolor y placer, su pene creció aún más si podía y aunque me dolía la boca de abrirla para que entrara todos sus 18 cm, lo comencé a chupar con fuerza apretándolo cuando lo retiraba y empujaba mi dedo más adentro en su ano. No pasó mucho tiempo antes de sentir que empujó su pene aun más adentro dándome arcadas que me costaron controlar y sentí como su pene explotó en mi boca.  Se tiró en la cama respirando forzadamente, me excitaba saber que tenía el control hasta cierto punto de su cuerpo, me monté sobre él, rozando mi sexo sobre su pene semi erecto, simplemente para torturarlo, mientras con mis manos sostenía sobre su cabeza sus manos, comenzó a besarme mordiendo mis labios, luego chupando mi cuello, sabía que mañana tendría que ingeniármelas para tapar el chupón que seguro me dejaría solo para satisfacer su ego.-
Comencé a moverme con más fuerza, moviendo mis caderas en todos los sentidos mientras que le decía palabras soeces en el oído excitándolo y llevándolo al límite, cuando sentí que levantó sus caderas y me penetró con fuerza grité, un grito lleno de placer con un poco de dolor, el se dio la vuelta quedando sobre mí, sabía que quería poseerme y comenzó a penetrarme en ese ritmo que tanto me encanta, lento y profundo, sintiendo como su pene invadía todo mi interior. Paró unos segundos colocando mis piernas en sus hombros para penetrarme con fuerza, me gustaba y él lo sabía, sabía que esa era la manera más rápida de llevarme al orgasmo, mis manos jugaban con mis senos, sentí como su pene creció poniéndose más duro y apreté mis músculos vaginales provocando que el orgasmo nos invadiera a ambos al mismo tiempo, transportándonos a un delicioso estado de relajación, aunque mi cuerpo pedía, sabía que debía dejarlo descansar para poder lograr que hiciera lo que yo quería. Estábamos acostados cada uno en su lado de la cama, cuando empiezo nuevamente a besar su pene flácido, cuando está semi erecto, mi celular suena, lo dejo sonar sin importarme realmente quien era pero cuando suena una tercera vez, decido que lo mejor es que atienda.-
Aló ¿quién es?.- Contesté en tono brusco por la interrupción.-
Carol, soy Julia, es que estamos sin energía, sé que es tonto y suena infantil pero realmente le tengo miedo a la oscuridad ¿podrías venir?.- comentó Julia con la voz temblorosa.-
Respirando hondo contesté - Voy en camino. Métete en mi cuarto y busca debajo de la cama, hay una lámpara de emergencia que te ayudará mientras llego.- Antes de trancar escuché como trataba de luchar con las ganas de llorar, escuchar eso fue suficiente para hacerme saber que debía regresar a casa.-
Lo siento me debo ir.- dije dándole un beso a Alfredo para comenzar a vestirme.-
¿Cómo? ¿Me dejarás así? No puedes hacerlo, aun tengo ganas.- respondió algo frustrado.-
Lo se, yo también pero debo irme lo siento.- Dije saliendo de la habitación para buscar el resto de mis cosas. Salí de la habitación antes de que se volviera una discusión fuera de control, era solo sexo él lo sabe, no sé por qué tiene que tratar de convertirlo en algo más, no me sentía bien completamente con él ni con el sexo con los hombres pero era lo más seguro. Llegué antes de darme cuenta a la casa, todo el camino iba pensando en que tal vez la relación con Alfredo deba terminar, me gustaba porque era fácil, él era un chico dócil que hacía lo que yo quería, pero no entiende que es solo sexo de desahogo, unos cuantos encuentros al mes y listo. Entré a la casa buscando a Julia directo en la habitación.-
¿Julia cómo estás?.- pregunté acercándome a ella con cuidado.-
Ella al escucharme se colocó de rodilla en la cama y me abrazó pasando sus brazos por mi cuello, yo la abracé pasando mis brazos por la espalda, tratando de entender por qué lloraba. No pregunté qué sucedía, la empujé con delicadeza para que se acostara en la cama mientras yo me quitaba los zapatos para acostarme también, ella inmediatamente  apoyó su cabeza en mi hombro y montó una pierna sobre mí, descansando medio cuerpo de ella sobre el mío, me sorprendió lo cómoda que resultaba la posición.-
No sé a qué hora regresó la luz, me desperté con el sonido del despertador a lo lejos y cuando me moví para apagarlo, me doy cuenta que me había puesto sobre Julia apoyando totalmente mi cuerpo sobre ella. Ella me veía con un brillo extraño en los ojos y sus manos estaban en mi cadera, nos quedamos unos segundos viéndonos y poco a poco mi boca se fue acercando a la suya, pero justo cuando estábamos a escasos centímetros de besarnos sonó el timbre de la casa, me paré como un relámpago separándome de ella, salí técnicamente huyendo de la habitación, abrí la puerta y me sorprendió ver a Carlos ahí.
Hola Carlos ¿qué pasó?- Pregunté un tanto nerviosa.-
¿Cómo estás Carol? siempre directa al grano.- Sonrió.- Vine a visitar a mi hija, ayer se fue la luz y se pone algo nerviosa, espero que no te haya ocasionado problemas.- comentó pasando para sentarse en la sala.-
No para nada, solo interrumpió algo con Alfredo pero ya se le pasará.- Carlos sabía de todas mis aventuras sexuales y mi debilidad por los hombres más jóvenes, siempre me decía que tenía que sentar cabeza, que no podía seguir perdiendo el tiempo, que ya debía formar mi familia.-
¿Dejaste a Alfredo o Alfredo está aquí?- preguntó curioso.-
Sabes que nunca los traigo a casa, además no es serio, es solo sexo lo sabes, no me hagas decirlo en voz alta. Julia me llamó avisándome que se había ido la luz y lo nerviosa que estaba, así que no podía dejarla sola.- Respondí poniéndome roja de repente.- ¿quieres café?.-  Complementé antes que él pudiera decir algo más.-
Carol sabes que serías una excelente madre, no te vas a parecer en nada a tu mamá, ¿Lo sabes verdad? Podrías intentarlo de nuevo Carolina, no tienes que seguir culpándote- me abrazó antes de que yo pudiera responder. Lo abracé también y sin darme cuenta, unas cuantas lágrimas se derramaron por mis mejillas.-
Siento interrumpir la escena de amor.- el tono de voz de Julia era serio y una vena se marcaba en su frente, era primera vez que la veía así en todo el tiempo que la conozco.-
Me di la vuelta antes que ella pudiera ver que había llorado, ¿quieres café Julia?.- le pregunté dirigiéndole una mirada insegura, mi voz sonó algo ronca y mis ojos estaban aún algo llorosos.-
Sí gracias.- Respondió ella levantando una ceja cuando nuestras miradas se cruzaron, inmediatamente desvié mi mirada. Les serví el café y los dejé solos para que hablaran, yo debía ir a la oficina y ya iba retrasada.-
Cuando llegué a la oficina estaba hecha un caos; no era un caos por la actividad errática anómala de los funcionarios. Continúo a mi oficina a esperar que me informen qué sucede, no puedo aparecer así por así solamente porque sería una intromisión a los deberes de mis compañeros, por lo que lo mejor es esperar. No pasó mucho tiempo para que mi compañero de división pidiera hablar conmigo, luego de explicarme todo lo que sucedía me dio un sobre, sabía que estábamos frente a un problema de Estado, ya que es lo único que hace que todo lo que se diga o haga se convierta en confidencial. Perdí la noción del tiempo, las investigaciones no avanzaban y eso me estaba frustrando, se que teníamos que actuar rápido pero con mucha cautela, no queríamos que supieran que sabíamos de ellos y convertirnos en un país en ruinas como había pasado con varios países de Europa. A las nueve de la noche decido irme a la casa, ya no se podía hacer mucho más, mañana comenzaríamos con el proceso de infiltración de los funcionarios en la célula del grupo madre.
Entré a la casa y noto que todo está tranquilo, algo sorprendentemente extraño porque Julia generalmente suele estar activa haciendo algo en la computadora portátil. Dirijo mis pasos a la habitación sorprendiéndome de los gemidos que escucho en la suya, me sonreí imaginándola tocándose. Un estremecimiento recorrió todo mi cuerpo, el calor que tomó mi entrepierna me sorprendió, tenía muchos años que no sentía esa necesidad casi animal de estar con alguién  y el hecho de que haya sido por escuchar a la joven que fácilmente podría ser mi hija me asusto mucho; una cosa era estar con hombres menores pero estar con la hija de mi mejor amigo era traspasar la línea de lo aceptable, aunque el besarla y desearla ya de por sí era una violación al código de amistad.-
* *  * *
“No puedo creer que mi padre me haya mandado con una niñera, es insólito” pensé cuando estaba entrando al complejo militar donde mi papá me había citado, llegué al edificio y quedé sorprendida del ambiente de poder que estaba en ese piso, me sentí insegura de estar rodeada de tantas personas con uniforme. Estaba tratando de controlar mis nervios por toda la disciplina que había en la sala.-
Cuando vi a la  mujer que salió de las puertas dobles de madera maciza que se encontraban justo al frente del ascensor, estaba vestida con una falda negra y chaqueta, un traje femenino militar, pero quedé impresionada con la fuerza que emanaba de ella, todos los hombres y mujeres que estaban pasando voltearon a verla, ella sonrió y dirigió su mirada a mi, sentí como si fuera la única mujer de la sala, vi el cambio de azul claro a un azul intenso, su cara se contrajo para luego relajarse y sonreírme con una dulzura que recordaba de pequeña.
Estaba perdida en sus ojos hasta que me dijo que ahora viviría con ella, se me ocurrieron varias tantas cosas que hacer con ella en su casa que el calor en mi entrepierna creció. Traté de alejar esos pensamientos de mi cabeza, ella era la mejor amiga de mi padre, sabía que si intentaba algo con ella mis padres me matarían y finalmente estaba el hecho que no sabía nada de su vida privada, podría ser gay o ser la mujer más heterosexual del planeta pero definitivamente me encantaría estar en sus brazos y ser objeto de toda esa energía que gritaban sus ojos.-
Ya tengo un mes viviendo con Carol, hoy se fue la luz y me da pavor, me recuerda la vez que me quedé encerrada en un ascensor toda la noche porque hubo un corte de luz, desde esa vez quedé aterrada de estar sola sin luz, claro apenas tenía unos quince años pero es algo que no he podido superar.-
La llamé pidiéndole que por favor regresará antes de que el pánico me controlara, me sorprendió que llegara tan rápido, cuando la vi parada justo a un lado de la cama me tiré a sus brazos sintiendo su cuerpo fuerte abrazarme, nos quedamos dormida ella abrazándome y yo apoyando la mitad de mi cuerpo sobre el suyo; sentir sus brazos rodeando mi cuerpo me hizo sentir tan segura, su olor dulce me hacía sentir de una forma totalmente nueva, inexplicable como sí estuviera destinada a estar en sus brazos.
Nos despertamos con el sonido del despertador y ella se giró colocándose sobre mí, me excité sin poder controlarme como una adolescente sin experiencia cuando sentí que su pierna se ubicó entre mis piernas, pude ver de nuevo ese fuego en su mirada que me quemó, y mi vientre se contrajo de expectación. Por un momento me imaginé besándola, probando sus labios, acariciando su cuerpo, tocando sus senos, nos quedamos en silencio viéndonos a los ojos mutuamente, para ese momento ya yo tenía más que claro que me estaba enamorando de ella, me gustaba, me gustaba su energía magnética, la dulzura con la que me trataba, el hecho que su mirada me hablará, una vez que veía sus hermosos ojos color marrón me perdía en ellos, con esa mezcla entre miedo, deseo y energía que la hacía inexplicable; cuando siento que finalmente mis labios van a rozar los suyos suena el timbre de la casa, ambas nos separamos algo alteradas por la tensión  que existió entre las dos, sé que ella sintió el calor que de repente surgió entre nosotras pero no dijo nada.-
Cuando salgo a ver quien era la persona que había tocado el timbre me sorprendo de ver a mi padre abrazándola a ella, por un momento me dieron celos, pero ¿por qué?,  no lo sé o mejor dicho aunque ya le estaba dando vueltas a esa idea desde hace tiempo no estaba lista para admitir que a lo mejor todo lo que mi mamá gritaba era cierto y ella era la amante de mi padre; se que por un beso no la convierte en mi pareja o algo por el estilo, pero el hecho de que nos hayamos besado en una oportunidad y hace unos minutos casi vuelve a ocurrir me da una idea de que tal vez es bisexual no elimina el hecho de que es amiga de mi familia desde hace años y por lo tanto una mujer prohibida. Observó cómo se limpia una lágrima de su cara, levantó una ceja intrigada por su conducta, pero ella solo sonríe tratando de calmarme, pero al observar su mirada confundida me encogió el corazón, en este tiempo que hemos estado viviendo juntas he llegado a conocerla a reconocer su mirada triste detrás de una sonrisa o el hecho de que por segundos su mirada se pierda mirando al vacío.
Dime padre ¿Qué te trae por aquí?.- Pregunté en tono fuerte, más fuerte de lo que había pensado utilizar, al final el no tenía la culpa de mis sentimientos hacía su amiga.-
Hija no estés molesta conmigo, tu sabes que no puedo hacer mucho, era la hija de la amiga de tu mamá y tu mamá está muy pendiente de lo que dirán hija debes entenderla, yo no opino sobre tu vida privada pero, tu mamá es distinta para ella es importante vivir como ella cree que se debe.- dijo su papá en tono conciliador.-
Si, si, si y yo debo entenderla pero ella no puede entenderme a mí, era mi pareja o bueno algo parecido y ella simplemente me ocultó que mi pareja se iba a casar con mi primo, ¡ustedes lo sabían! esto es ridículo en verdad, no entiendo por qué me esfuerzo con ella papá, ella desde que se enteró que soy lesbiana no me acepta me tolera porque sabe que no puede rechazarme abiertamente por ti pero no porque me entienda.- dije sentándome frustrada en el sofá.-
No digas eso hija tu sabes que tu mamá te quiere a su manera lo hace, esa chica no te merecía.- Dijo su padre con cariño. ¿Cómo te va viviendo con Carolina?.- Preguntó cambiando de tema.
Un rojo brillante se extendió por mi cara y me quede sin palabras por unos segundos hasta que con un poco de esfuerzo pude responderle “bien, aun acostumbrándonos a esto de convivir” recordé la escena de la mañana y el tirón de excitación que sentí en mi entrepierna al recordar el cuerpo firme y duro de Carolina, cómo el muslo chocó contra mi entrepierna en la mañana haciendo que me excitara de forma automática, los senos grandes de ella, sus brazos fuertes que la sostenían sobre ella, todo el cuerpo de Carolina invitaba a tocarlo y recorrerlo con cuidado, lujuria y perderse entre sus piernas.- Recordé que mi padre aún estaba ahí conmigo y volví a la realidad.-
Padre bien, durante este tiempo nos hemos ido conociendo, es una buena persona y muy dulce, ¿sabes que hace dos noches me trajo de cena comida china deliciosa?.- El rubor volvió a mi al recordar ese miércoles que ella llegó con la cena, le había dicho que me sentía un poco mal, estaba de mal humor algo deprimida había tenido varios problemas en la universidad y llegue a casa con un humor super bajo.
Hola Julia ¿cómo te sientes? Mira te traje comida china, me imaginé que te gustaban los vegetales así que traje una serie de ellos, tallarines, vegetales con pollo, arroz clásico, arroz especial  y cantonés ... tienes para escoger.-
No tenías que molestarte Carolina, yo me podía cocinar cualquier cosa.- Respondí con algo de pena.-
No es ninguna molestia, además con la caída que te diste en clase no deberías esforzarte mucho, tus compañeros me dijeron que te golpeaste la espalda. Si quieres después que comamos y te bañes te pongo una crema que ayuda con los golpes, aunque arde mucho ¿aguantarás?.- comentó en tono de broma.-
Gracias Caro, eres muy linda.- dije sin pensarlo, pero pude observar cómo se tensó y su cuerpo se puso firme.- Lo siento no quise incomodarte.- completé al ver su reacción.-
Ella tomó un poco de agua antes de contestarme “no me incomodas Julia, sólo que no estoy acostumbrada a esto” se paró de la silla y se dirigió al cuarto; había pasado  unos diez minutos cuando me indicó que regresaba a la oficina porque tenía que adelantar trabajo.-
Me quedé pensando, ella por un lado podía ser tan dulce pero por el otro se comportaba como una insensible autómata me sacaba de quicio, aunque igual siempre trataba de colaborar lo máximo en la casa,  siempre le dejaba el desayuno listo con una nota pegada a la cafetera o en el microondas, la nota decía “ya me he ido, espero que tengas un excelente día”, no se que pensaba de eso, pero como a la semana de estar haciéndolo noto en mi cuarto un pequeño taco de notas autoadhesivas eran cuadradas de colores amarillo, rojo brillante, verde y un fucsia bastante escandaloso, detrás del blog estaba firmado con una nota en forma de buque que decía “no quiero que te quedes sin post it para mis desayunos, gracias son muy ricos”.-
Así fueron pasando las semanas y nos comunicábamos a través de notas las mías de manera natural eran más dulces las suyas generalmente eran bastantes inexpresivas, había descubierto recientemente que cuando una nota la sonrojaba la letra se hacía más chiquita. últimamente había tenido mas valor y en las notas de forma muy sutil le hacía saber que ella me gustaba, se que estaba jugando con fuego pero no podia controlarme necesitaba estar con ella y no solo sexualmente necesitaba estar con ella en todos los sentidos.-
Hija te conozco sé que la chica no era tan importante que lo que te molestó fue tu madre pero ella es tu mamá y debemos quererla así, con Carolina por favor no le des dolores de cabeza, sé que ella trata de ser responsable de ti por mí, no vayas a hacer nada que pueda perjudicarla.- dijo el padre tratando de que Julia entendiera que su comportamiento debía ser intachable por el bien de la carrera de su amiga. Estoy hablando con tu madre para comprarte un apartamento, ahí podrás ser libre y ella no tendrá que aguantar a tus amigas.- comentó con una sonrisa. ese fue  el alegato que usó para venderle la idea a su esposa.-
Eran las once de la noche cuando Julia escuchó la puerta de la casa se paró para verla, habían estado distante desde la visita de su padre y ya no quería seguir así, sabía que tenía sentimientos hacia a ella o al menos creía causarle cierta curiosidad no podían seguir evitándose y comportándose como adolescentes. “hola Carolina ¿cómo te fue hoy?” - le pregunté preocupada. Su rostro lucia gris, sus ojos estaban algo desubicados y su paso vacilante me alertó. ¿Te sientes bien? pregunté acercándome a ella.-
No me respondió, sólo se sentó en el sofá. Se notaba realmente agotada, me coloqué detrás de ella, comencé a hacerle un masaje en los hombros sorprendiéndome de lo duro que tenía sus músculos, “siéntate Julia “ me senté a su lado aun preocupada por su cara.-
Carol habla conmigo, tenemos cinco meses viviendo juntas, hemos pasado muchas cosas, habla conmigo.- Dije realmente preocupada, nunca la había visto llegar tan cansada y en ese estado.
No sé qué está pasando conmigo, me siento agotada, este problema en la oficina me tiene algo desubicada, hoy en unos ejercicios de entrenamiento deje que un novato me pateara en la costilla se que no me lastimó mucho, seguro un hematoma nada más pero pudo haber sido peor.-
Yo sé que el hecho de las notas, la vez que se colocó sobre mí en la cama  y la creciente tensión sexual que se generaba cuando estábamos a solas la estaba afectando, sé que su sentido del deber con mi papá la hacía sentir mal, como si estuviera fallándole. Me le quedé viendo a los ojos vi la tormenta que crecía en su ser, mi corazón se encogió con su pesar sin controlarme me acerqué a ella con delicadeza y lentamente la besé, apenas rozando sus labios.
No te alejes de mi Carolina ya hemos pasado por esto antes dame una oportunidad, vamos date la oportunidad.- Dije suplicante, durante días habíamos estado en un ir y venir de emociones, cuando sentía que por fin se daría la oportunidad de aceptar intentarlo conmigo ella retrocedía; había algo que la hacía parar al momento de plantearse lo que sucedía como algo más que unos simples besos a veces pensaba que era por mi papá, pero luego me despertaba con los gritos de sus pesadillas y me preguntaba ¿Qué estaba pasando por su cabeza?.- Me acerqué a ella, colocando mi frente contra su frente, la besé con cuidado temblando internamente por temor a que volviera a huir de mí, me sorprendí mucho de que me respondiera el beso y mucho más, lo que me dijo cuando se dio cuenta que se había dejado llevar y estaba sobre mí besándome “ No quiero que te pase lo mismo que a ella, no soy buena para ti”.- Dijo agonizantemente, se separó de mí y salió de la casa.
Me quedé frustrada en el sofá teníamos casi un mes con estos mismos episodios ella correspondía mis besos, mis caricias pero de repente salía huyendo espantada. Cuando regresaba, trataba de hablar con ella, pero era imposible actuaba como si nada sucediera, yo me sentía impotente porque muchas veces ella no regresaba hasta el día siguiente, seguramente por haberse ido con algún amigo de cama. De esos ella tiene muchos, algo que me hacía sentir muchos celos, nunca he sido una persona celosa pero ella hacía que los sintiera.- Me quedé esperándola en el sofá hasta que casi amaneció, me rendí ya sabía que no aparcería por el resto del día.
Manuela no se que hacer en verdad creo que me volverá loca, hay momentos en que se deja llevar por lo que siente pero luego me mira con esa cara de miedo que me parte el corazón.- mi mirada estaba fija en la taza de café Cappuccino que me había entregado la joven que atendía el pequeño café italiano ubicado a unas tres cuadras de la universidad, siempre íbamos a ahí cuando queríamos hablar pero no podíamos alejarnos por mucho tiempo de la universidad.
No sé porque sigues empeñada en ella no es tu manera de actuar, no es que te haga falta eso es más, siempre te han gustado las chicas que acuden a ti y aceptan tu cláusulas de “sin compromiso” ¿por qué cambió eso? ¿No crees que se detenga porque es amiga de tu papá? Tú misma has dicho que es una versión heterosexual de ti, claro con más carácter y un toque endemoniadamente sexy.- Respondió su amiga notando como la camarera que hace unos minutos las había atendido, veía con detenimiento a Julia.- Sabes, no sé cómo haces para volver locas a las mujeres con un simple hola.- completó notando el hambre sexual en la mirada de la joven camarera, no estaba mal era morena, delgada con un tatuaje que se se veia por debajo de su manga, su estilo de vestir algo roquero aun con el uniforme de pantalon caqui y franela verde se notaba que cuando se vestía era con un estilo salvaje.-
Julia y Manuela habían sido amigas desde que tenían memoria eran como el blanco y el negro, Manuela una heterosexual empedernida adoraba todo lo que era tener sexo con un hombre y Julia, lesbiana declarada desde que tenía uso de razón pero por algún sentido irónico del destino, se habían convertido en amigas inseparables. Manuela de piel morena, pasada de peso ligeramente, el cabello negro azabache, con un ojo marrón y otro gris, le daba un toque exótico. Durante años Manuela se había sentido un mutante por el color de sus ojos, hasta que entendió que era algo muy llamativo: Había estado ahí para Julia más veces de las que podía recordar y Julia la había ayudado a superar el hecho de enterarse que era adoptada cuando se enteró odió al mundo, odió a su mamá, pero luego comprendió y agradeció haber caído en una familia que la quería y la trataba sin diferencias aun y cuando tenían tres hijos de sangre, para todos ella era una más de la familia.- Julia le hizo entender eso, llevándola a albergues donde había jóvenes que nunca fueron adoptados luchando por sobrevivir un día a la vez, tratando de no perderse en ese mundo de indolencia, carencias y burocracia que se convierten los albergues. Desde esa vez, ambas iban una vez al mes a colaborar con un albergue, le llevaban ropa, comida y un poco de apoyo a los más jóvenes.-
No se que me pasa con ella Manuela pero en verdad siento esta necesidad de estar con ella, tanto así que por momentos, he dejado de fijarme en otras mujeres, ella no sé, me hace sentir tan única claro cuando no está huyendo de mí.- Respondí tristemente
Dices que no habla mucho de su pasado ¿no? A lo mejor quedó traumatizada por algo que vivió y por eso se niega. Me dices que responde a tus caricias, puede ser que no seas su única mujer, pero que la última que estuvo con ella la haya marcado.- comentó distraídamente Manuela, ya que estaba concentrada haciéndole ojitos a un joven que llegó a la cafetería y que estaba viéndola sin discreción alguna.-
Me despedí de mi amiga pensando en todo lo que dijo, podría ser eso. Llegué a la casa pensando en mil motivos que le den sentido a la negativa de Carolina de darse una oportunidad si no es conmigo con otra persona, pero no es justo que siga escondida en su juego de solo “es sexo”. Me esforcé por dejar de pensar en ella, tenía unos trabajos de la universidad que entregar mañana y si raspaba una materia, me iba a ver en problemas porque ahí si mi mamá diría que ando en malos pasos. ¡Ahh! no pueden entender que no soy una niña.
Ivan te he dicho mil veces que no puedes dejarme papeles aquí con una nota simplemente, tú has visto la cantidad de papeles que tengo, ese puto papelito amarillo se pierde en este mar.- Grité fúrica y frustrada por lo que estaba pasando con Julia y con la idea cada día más cercana, de que tenía que ir a alta mar a investigar la desaparición de dos submarinos y toda su tripulación.-
Sí Jefa, porque no sale un momento y cuando llegue yo tendré todo organizado.- respondió en tono conciliador.-
Arrugando la piel de mi frente lo vi con severidad, déjalo por hoy Iván son las siete de la noche y debo ir a casa mañana me indicas sino sácale una copia y me lo das, deja un hueco en la agenda por si debo viajar para final de semana.-
Sí señora.-  respondió sabiamente haciendo el saludo militar clásico. Respondí el saludo observando cómo salía de la oficina con una calma que estaba muy lejana a sentir, recogí todas mis cosas sintiéndome emocional y físicamente agotada, las noches eran un suplicio las pesadillas eran cada vez peor, pensé que había enterrado ese desastre.- Me quedé congelada viendo como si fuera una película  la vez que la vi por primera vez, estaba  de vacaciones en la escuela militar apenas diecinueve años, no tenía mi uniforme pero mi comportamiento era de militar, ella me sonrió cuando la saludé para realizar mi pedido, estaba cubriendo el turno a una amiga, eso me lo dijo horas más tarde, era la tienda de su mamá.
Me llamo Maite.- dijo presentándose.-
Yo Carolina.- Respondí sintiendo como mi rostro se volvía rojo.
Capitana tiene una llamada por la línea dos.- me interrumpe Iván.-
Buenas noches Capitana efe al habla.- Contesté duramente
Hija, tu padre acaba de morir, el velorio es mañana a partir de las 10 de la mañana me gustaría poder verte.- Dijo la mujer con voz insegura al otro lado de la línea.-
Yo no pude contestar nada, me quedé segundos o minutos en silencio, recordando rápidamente porque estábamos en esta situación, tranqué el teléfono con calma sin responder a la mujer al otro extremo de la línea, sentía que estaba viendo todo en tercera persona. No sé cómo llegué hasta la casa, apenas pude caminar hasta el sofá antes de caer como autómata viendo a la nada sin hablar.-  
Mi cabeza era un mar de confusiones ¿cómo podía ser tan tonta? luego de veinte años yo todavía me sentía mal por él, luego de todo lo que me hizo. Me senté ida en el sofá de la casa, absorta en mis pensamientos, no sé en qué momento lloré, tenía tantos años que no pensaba en eso, por unos minutos me di la oportunidad de pensar, de imaginarme cómo sería mi hija, cómo sería mi vida si mi padre no me hubiese sacado así esa noche tal vez… Dejé un momento la cabeza en blanco tratando de revivir los buenos momentos con mi padre, pero me costaba conseguir alguno que no estuviera ligado a un sentimiento triste, o algún acto violento o controlador de su parte.- La imagen de mi hija  me atormentaba, no tenía cara obviamente, pero la figura algo difusa corría en los parques, en la yerba o simplemente me daba un abrazo. El día que mi padre vino llegó a mi mente atemorizándome, recordé cada una de sus palabras “Carolina ¿Cómo que estás embarazada?.- Gritó fúrico cuando entró a la casa.-
“cálmate padre estás muy alterado, no quiero problemas con los vecinos”.- respondí levantando las manos para tratar de calmarlo.-
“¿cómo quieres que me calme, si me entero que mi hija esta embarazada y para completar viviendo con una mujer? Escúchame bien no permitiré que traigas un hijo para criarlo con esa degenerada que te pervirtió y te alejó del camino de Dios”. Exclamó cada vez más molesto.-
“No es tu problema con quien yo arme mi familia y sí, estoy embarazada y lo tendré con ella, seremos una familia te guste o no”.-  Grité molesta.-
No me dio tiempo de protegerme solo sentí su golpe en mi cara, por unos segundos quedé desubicada por la fuerza con la que me había golpeado, cuando me ubiqué, él estaba parado frente a mí observándome con asco, me señaló con su mano y con todo lo que tenía albergado dentro de él me gritó “no lo tendrás Carolina, no permitiré que manches el nombre de mi familia”.- Salió de la casa azotando la puerta, quedé sentada en el piso aturdida por lo que había pasado..”
¿Carolina estas bien? ¿Cariño? Escucho a lo lejos, cuando vuelvo a la realidad, observo a Julia arrodillada entre mis piernas, parecía realmente asustada.-
La observé en silencio unos instantes incapaz de reaccionar, de manifestar todo lo que estaba sucediendo en mi mente, comprendí en ese momento que por un lado finalmente era libre, el hombre que hace cuarenta años me había dado la vida ahora yacía muerto en el nicho familiar, comprendí igualmente que estoy realmente sola. Supe, sentí y comprendí la magnitud del daño que me había hecho mi padre. Con mi mano temblorosa acaricié la mejilla izquierda de Julia, perdiéndome en la dulzura que reflejaba su mirada azul, podía finalmente amar sin  miedo que mi padre le hiciera daño.-
Ella no dijo nada, se acercó a mí y muy lentamente con cuidado, como si tuviera miedo de hacerme daño, me besó la frente con cuidado, tratando de consolarme en ese simple gesto; sentí el calor de sus labios y en todo mi cuerpo se extendió un escalofrío “Vamos a acostarte cariño” dijo ayudándome a parar, pase mis brazos por el alrededor de su cuello y la abrace atrayéndola a mí ella se sento en mis piernas compartiendo el abrazo, me deje llevar por la sensación de seguridad que sentía en sus brazos.-
Me desvistió con cuidado, preparó el baño y me ayudó a meterme en la bañera, yo la seguía como autómata, ella se metió en la bañera conmigo, rodeándome con sus brazos, apoyé la cabeza en su hombro, dejándome llevar por sus cuidados.-
No sé cuánto tiempo pasamos en la bañera, sentía todo mi cuerpo en una neblina que me impedía comunicarme con el mundo exterior completamente pero sentir sus brazos y sus caricias me calmaba. Me acostó en la cama y cuando se iba a ir le dije con voz quebrada “por favor no me dejes”.
“No me iré cariño”.- respondió metiéndose en la cama conmigo abrazándome.-
Sus brazos fueron un bálsamo para mi mente tormentosa. Hicieron que aunque fuese por unos minutos, dejara de pensar en mi padre y en lo sucedido años atrás. Pude sentir la calidez de su piel, su suavidad y la ternura con la que me arropaba en su abrazo protector. Sentí su caricia tranquilizadora en mi espalda y sus besos en mi cabeza intentando darme consuelo aunque ignoraba la razón de mi estado. Debía decirle, no podía seguir haciéndola a un lado sin explicarle la razón; debía saber que no era un capricho para mí. Debía saber que más allá de lo complicado que podía ser por el vínculo que me unía a su padre, estaba el terror que me embargaba al pensar en dejarme llevar por ese sentimiento que había nacido durante estos meses y que hoy, justo entre sus brazos, ya no lo podía seguir negando. La amaba. Amaba a esa pequeña. Amaba todo de ella y ya no quería dejarla ir. Quería dejarla entrar y que me llenara de su ternura, de su energía, de sus ganas de vivir. Esas ganas que murieron cuando mi hijo falleció. Quería que me enseñara a amar de esa manera desenfrenada, sin prejuicios y sin barreras. Un amor donde sólo existiéramos ella y yo y donde el mundo exterior, sólo nos sirviera de telón para nuestra amor. Simplemente quería amarla y ahora no había nada que pudiera evitar que la ame.
Mi padre falleció.- dije al fin con voz un poco más ronca de lo normal.
¿Qué? - preguntó sorprendida.
Mi madre me llamó avisándome.
¡Oh cariño, cuánto lo siento! - ajustó su abrazo para apretarme más hacia ella.
La verdad es ... que no sé qué sentir al respecto.- le confesé _ No sé si me entristece o si ... - me cohibí de terminar la oración pues no quería parecer insensible ante ella.
¿Qué cariño? Habla conmigo _ la instó _ Puedes contarme lo que sea. Julia intuía que algo muy malo le debía haber pasado para sentir esa confusión ante la muerte de su padre, pero fuese lo que fuese, quería estar allí para ella. Quería hacerle sentir que podía contar con ella y la apoyaría en todo lo que necesitara. Sabía que era una niña aún y que no tenía nada más allá de su amor para ofrecer, pero no por ello renunciaría sin luchar. Por primera vez, sentía que estaba enamorada y haría todo lo que estuviese en sus manos para ganarse el amor de Carolina.
Me hizo mucho daño Julia; hizo algo que aún hoy no le puedo perdonar _ Dijo con la voz quebrada. Respiró hondo para disminuir el nudo en su garganta y así tomar valor para contarle el horror que vivió. Esa tormenta en la que se convirtió su vida cuando su padre se enteró de su relación, con quien era el amor de su vida en ese entonces y el abismo en el que cayó cuando perdió a su bebé.
Cuando tenía un par de años más que tú, conocí a una chica que me cautivó desde el mismo momento en que la vi, sus ojos fueron mi perdición y no tuve oportunidad de escapar _ hice una pausa recordando ese momento embarazoso en el que me había quedado embobada viéndola con el dinero en la mano. Sonreí al recrear su sonrisa tierna. - Era un ángel, yo estaba de vacaciones y ella también; sólo que atendía la tienda de su madre para ayudarla en esos días de temporada alta. Sin explicarnos el por qué conectamos de inmediato, pero no fue sino hasta el día siguiente que volví a su tienda y le dije para vernos fuera y pasar el rato. Así lo hicimos, salimos y la pasamos genial ... yo ya había sentido atracción por otras chicas antes pero lo de ella fue tan rápido, tan inesperado que no me dio tiempo de asimilarlo sino cuando estaba perdidamente enamorada de ella. Afortunadamente me correspondía así que dejamos fluir nuestra relación. Queríamos comernos el mundo las dos juntas, yo en mi carrera militar y ella con el derecho; nos hicimos tan amigas a ojos de nuestros padres que cuando planteamos la idea de irnos a vivir juntas no se opusieron, nos ayudaron hasta que comenzamos a trabajar y a sustentarnos nosotras mismas. Todo iba de maravilla hasta que un día mi padre llegó de imprevisto y nos vio en condiciones que no dejaban mucho a la imaginación ... ahí comenzó el infierno. Mi padre nunca lo aceptó e hizo todo lo posible por hacernos la vida de cuadritos. Los padres de Maite, aunque no era lo que querían para su hija, terminaron por aceptar que yo era su felicidad, pero eso enfureció más a mi padre y la guerra fue peor _ hice una pausa al recordar una de las tantas discusiones que había tenido con él y donde me había dicho cosas tan hirientes que aún hoy, me hacían un nudo en la garganta - En nuestra búsqueda de aligerar las cosas y de que entendiera que nuestra relación no era una experimentación o algo pasajero, decidimos tener un hijo por inseminación ... hicimos todo con ayuda de los padres de Maite y resultó, salí embarazada. Pensamos que al ser yo, mi padre lo aceptaría pero - sonreí con ironía - fue peor. No le dije sino hasta que estaba en mi sexto mes y ya no podía ocultar la barriga. Me insultó y a mi bebé también, decía que era producto del pecado y que jamás lo tendría ... nunca imaginé que hablaba en serio _ se me quebró la voz - Cuando me le enfrenté él ... me pegó una cachetada tan fuerte que me aturdió, pero cuando pude reaccionar me nubló la rabia y me le fui encima también ... forcejeamos y ... _ ya un par de lágrimas recorrían mis mejillas - me tiró al piso tan fuerte que al rebotar, pegué de la mesa de centro _ me limpié las mejillas con impotencia - perdí a mi hija ... era una niña y la perdí _ hice una pausa tratando de agarrar valor para terminar de contar mi historia - Después de eso quedamos devastadas, yo dejé de hablarme con mis padres y Maite ... ella lo intentó, de verdad que lo hizo, pero no pudo con aquello y se fue. Se fue del país con sus padres y nunca más la vi, no supe cuanto me afectó su partida sino hasta después de haber pasado tres años, fue cuando acepte ayuda psicológica pero ya había pasado muchos años no podía buscarla, no después de todo lo que había pasado asi que aprendí a vivir con eso y jure que no sentiría nada por nadie.
Carolina se separó del abrazo de Julia para poder verla a los ojos.
Por eso no sé qué siento respecto a su muerte - negaba ligeramente - quisiera poder ser una hija normal y lamentarlo pero _ ya no pude aguantar más y comencé a sollozar - ¡dios! Siento que por fin se hizo justicia. gemí separandome apenada de Julia.
Entre su llanto, concientizó que por primera vez lo había expresado con palabras, por primera vez había dejado salir toda la rabia, la impotencia y la frustración que le causó el rechazo de sus padres. Por primera vez, había verbalizado todo el dolor y el resentimiento albergado hacia el hombre que le había dado la vida, pero que a su vez, le había quitado parte de su corazón. Por primera vez, dejó salir a la mujer indefensa, triste y sola que mantuvo encerrada durante tantos años, dejándose proteger y consolar por aquella niña que sin querer, se había convertido en su red de salvación. Una red que no esperaba, pero que estaba allí y que ahora no quería dejar ir. Julia no sabía que decir, no sabíasabía cómocómo aliviar mi dolor, así que simplemente me abrazó. Sus manos acariciaban mi espalda con cuidado y amor, me dejé llevar por esa sensación que ella me inspiraba y me dormí sin darme cuenta.
Al despertar al día siguiente sentí la protección que me brindaban sus brazos, sintiéndome pequeña e incapaz,  me autocensure por los pensamientos que estaba teniendo. Julia me había cuidado la noche anterior, haciendo posible que luego de tantos años pudiera finalmente hablar del horror que viví, un horror que ni su padre sabía aunque sospechaba que el tenía cierto conocimiento de lo que había sucedido, solo que yo nunca tuve el valor para decirle por mi misma lo que había sucedido. Supo de mi separación con una pareja misteriosa que nunca conoció, se enteró de los maltratos de mi padre en la preparatoria antes que entrara a la academia militar y religiosamente me visitó durante mi estadía en el hospital cuando perdí a la niña, pero nunca pude decirle quién había sido mi pareja y qué había sucedido en verdad, todo murió con una simple frase: “Mi padre trató de controlarme nuevamente, pero esta vez me defendí”.-
Me sobresalté por el hilo de mis pensamientos, los cuales estaban empeñados en sacar del baúl del olvido de mi memoria todos los eventos que viví con mi padre, por más que trataba de conseguir un momento bueno y agradable, se me hacía imposible. Abrazándome al cuerpo de Julia me resguardé en  sus brazos sorprendiéndome de la sensación de protección y seguridad que sentía con ella.- observé su cuerpo juvenil y por un momento la culpa me invadió,era técnicamente una niña y estaba a mi lado ¿qué podía ofrecerle yo? Se merecía a alguien de su edad, que no esté marcada y dañada alguien que la llenara de vida. Como si leyera mis pensamientos, levantó la cara con ternura infinita en sus ojos “no puedo creer que él te haya hecho eso, lo siento tanto cariño”… me besó con dulzura, comenzando primero con un roce sutil de nuestros labios, para luego besarme con más seguridad. Con la primera caricia ya me tenía entregada a ella, me dejé llevar por lo que me hacía sentir, permitiendo que tomará mi cuerpo, entregándome completamente de forma sincera como tenía años que no lo hacía.. Nuestros cuerpos se volvieron uno mis manos recorriendo su piel deleitándose con su cuerpo. “Déjame amarte, no me saques de tu vida”  - La oí decirme antes de besarme con más intensidad. Ante aquellas palabras y su manera de besarme, me abandoné a su merced deseando únicamente perderme en ella. Mis manos acariciaban sus mejillas aún insegura de que todo lo que estaba pasando fuera real y sin poder controlarlo le dije “no podría sacarte de mi vida porque te has adueñado de mi corazón”. En mis labios se formó una sonrisa sincera cuando vi el brillo en su mirada. Sabía que aunque nuestro amor para muchos sería incomprendido por la diferencia de edad, lo superaríamos juntas.-
Se separó un poco de mi cuerpo para dejar libre una de sus manos y acariciar con la yema de sus dedos el contorno de mi rostro, bajando lentamente por mi cuello hasta llegar al valle de mis senos. Con el dorso de sus dedos, acarició la base de cada pecho justo antes de acercar su boca y tomar uno de mis pezones con sus labios. Humedeció sus labios para luego acariciar suavemente con ellos mi pico sensible. Sentir esa caricia cálida robó un pequeño gemido de mi boca, los movimientos suaves y delicados que hacía me encantaban. Rodeó con su lengua todo mi pezón, culminando con una pequeña presión sobre mi pico, acción que provocó de manera inevitable un pequeño jadeo de mi parte. Repitió su atención sobre su gemelo, haciendo que un corrientazo de excitación recorriera todo mi cuerpo. Hizo un camino de besos por todo mi cuerpo hasta llegar a mi centro, un camino que se grabó a fuego a su paso al encender mi piel y mi deseo. Con sus labios cálidos, comenzó a hacer movimientos circulares en la piel lisa de mi monte de venus, al principio sólo acariciando la piel pero luego, comenzó a besarme como si fueran mis labios brindándome una sensación tan divina que la humedad en mi entrepierna se hizo más copiosa. Su boca prometía el cielo y a penas comenzaba, así que junté todo mi autocontrol para no dejarme llevar por esa explosión que que estaba segura arrasaría con mi ser.
Me instó a abrir un poco más mis piernas y dejar al descubierto la reacción más básica de mi cuerpo, la vi observarme con deseo, la vi humedecer sus labios con la punta de su lengua justo antes de acercar su rostro a mi centro y lamer lentamente mi clítoris desde la base hasta su punta. El gemido de mi boca fue incontenible, estaba tan sensible y tan necesitada de sus caricias que al primer contacto fue un cortocircuito en mis terminaciones nerviosas y cuando la sentí tomar toda mi intimidad con su boca, perdí la noción de todo. Sólo existían sus labios, su lengua juguetona y sus dedos que me exploraban con curiosidad. Definitivamente no era primeriza en lo que hacía, pero podía notar que cada movimiento o caricia que me regalaba, lo hacía con mucho cuidado para no hacerme daño. Ese pequeño detalle me hizo amarla más, pues estaba segura que luchaba con sus hormonas para no actuar de manera desenfrenada y sin control como se solía hacer a esa edad. Para hacerle saber que me encantaba lo que hacía, me agarré de su cabeza y dejé salir sin freno alguno el placer que me propinaba, sintiendo como poco a poco su delicadeza fue abriendo paso a la pasión, dejándome completamente sin aliento y sin control,
El orgasmo llegó a mí de forma sublime, transportándome a otro mundo, haciendo que todo mi cuerpo temblara, que mis músculos, mis piernas y mis brazos se volvieran a  la vez pesados y livianos. Ella dejó dio un último beso luego de dejar de lamer y tomar todo lo que salía de mi intimidad antes de subir y acostarse sobre mi costado cubriéndome con su brazo y su pierna- – Te quiero- Logré murmurar cuando palabras coherentes se formaron en mi boca. - Yo también te quiero- respondió antes de darme un beso con sabor a mí y a ella, haciéndolo un beso delicioso.- Mi cuerpo respondió a su abrazo ajustándose más a él antes de quedar durante un par de horas, en una semiinconsciencia.   


¿Crees que mi padre se enfade mucho cuando le digamos?- Preguntó Julia bastante preocupada cuando estábamos terminando de preparar el almuerzo.-
No le agradará mucho, más que todo por ser yo a quien has escogido, pero no dejaré que te lastime.- respondí sinceramente abrazándola por la espalda colocando mis manos alrededor de su cintura.-
Yo no quiero que te lastime a ti.- contestó girándose y mirándome con preocupación
No lo hará - le aseguré - Haré lo que tenga que hacer para que entienda que te quiero bien - bajó mi cabeza con sus manos hasta lograr besarme con suavidad.
Sus labios eran tan exquisitos que de inmediato mi cuerpo respondió a su beso. No era el momento oportuno, pero desde que nos habíamos levantado el deseo de hacerle el amor me estaba consumiendo, así que sin pensarlo mucho más, profundicé el beso haciéndolo más intenso y urgente.
En cuestión de segundos, la llama de la pasión se encendió, la cargué y sentándola en el desayunador, hice que me rodeara con sus piernas; besé y mordisquié su cuello y sus hombros. Besé sus senos, me deleité con esas dos pequeñas montañas blancas con pico rosado claro. Besé uno de sus pezones erguidos exigiendo atención perdiéndome en su textura y en cómo Julia se tensaba y gemía las veces que lo succionaba; con esfuerzo, me separé de él para darle atención a su gemelo, pasando mis labios por el contorno del seno acariciándolo y finalmente succionándolo también. Bajé por su abdomen delineando el borde de su ombligo hasta llegar a su hermosa entrepierna, estaba totalmente depilada a excepción de una pequeña línea de  vellos rubios que invitaba a perderse en ellos; besé sus muslos, los acaricié grabando en mi mente cada pequeño detalle de ella.- “No me hagas sufrir más cariño” dijo tomando suavemente mi cabeza y dirigiéndola al punto exacto donde me quería sentir. Me dejé guiar, tomé su clítoris hinchado entre mis labios y lo besé suavemente, luego mi lengua lo acarició reconociéndolo y sintiendo su sabor. Mis manos tomaron sus piernas y mi boca tomó vida propia en su entrepierna, saboreando todo su ser, pero no me bastaba, quería más de ella así que tomé prisionero su clítoris en mis labios y lo acaricié con mi lengua suavemente mientras un dedo entraba inseguro en ella. No quería lastimarla así que me guié por sus gemidos y sus movimientos; introduje dos dedos dentro de ella y pude sentir como cada vez más su vagina apretaba mis dedos. Su orgasmo los tomó como prisioneros; no me moví dejando que sus músculos se relajaran antes volver a iniciar el vaivén de mis dedos hasta que otra vez llegó conmigo en su interior. La besé haciendo que se probará de mis labios. _ Te quiero beba.-  Murmuré en sus labios. Ella no respondió con palabras pues aún jadeaba del orgasmo que había tenido, pero rodeó mi cuello con sus manos y me abrazó fuerte hacia ella.
Comencé a notar un fuerte olor a quemado - huele a que… -en ese momento recordé que mi necesidad de Julia había interrumpido la preparación de la comida, así que de un salto me separé de ella para apagar las hornillas encendidas y comenzar a disipar con un paño el humo concentrado en la cocina.- Julia no hizo más que reír a carcajadas al tiempo que arreglaba su ropa  y se bajaba del desayunador para ayudarme.
¡No te rías que esto es por ti! - le dije también riendo.
¿Por mí? - Fingió inocencia - Pero si yo estaba cocinando muy tranquila y vino usted a interrumpir mis labores - agregó sin dejar de sonreír.
Cierto - admitió sonriendo también sin remordimientos. Trató de ver si podía rescatar algo de lo que en momentos atrás, iba a ser una deliciosa pasta con vegetales y pollo.- Creo que debemos cambiar el menú, no creo que ésto se pueda salvar.- Dije mostrándole con un tenedor unos hilos de pasta de color café totalmente pegados y duros.- ¿Quieres pedir algo de comida china?
Me parece bien. Comida china será - Cuando Carolina se disponía a ir hasta la sala  para llamar, Julia la tomó por un brazo y la hizo devolver - Yo también te quiero.- Le dijo antes de darle un beso tierno en los labios.- Ahora ve, pide la comida porque muero de hambre - Dijo mordiéndose el labio inferior.
¿Sí? - respondió una Carolina hipnotizada con ese gesto.
Sí - sonrió pícaramente.
Ya ... - se le fue la voz y tuvo que aclararla - Ya vuelvo.- Sacudió la cabeza ligeramente y salió de la cocina.
Mientras tanto, Julia se quedó con una gran sonrisa en sus labios recogiendo el desastre de la cocina.
Cariño ¿Qué harás hoy? – Pregunté desde la puerta del baño.. Hace dos semanas Julia se había mudado a mi cuarto, igual pasaba todas las noche en él, así que me pareció ilógico que aún sus cosas permanecieran en el otro cuarto.-
Debo hacer unos trabajos de la universidad, en realidad son unas investigaciones para mi tesis.. Seminario es la única materia que estoy viendo, hablaré con Manuela para irnos a la playa y poder tomar muestras del suelo, lo necesito para poder medir el impacto del hombre en este.- Respondió Julia saliendo con una diminuta toalla del baño, su cabello rubio estaba mojado y su piel un poco sonrojada por el calor del agua le daba una imagen bastante sexy.-
Su toalla accidentalmente se cayó cuando me pasó por un lado “sorry, creo que debemos empezar a comprar batas de baño”- comenté acercándome a ella. Mi uniforme quedó mojado por ella, alzándola hice que me rodeara la cintura con sus piernas, la llevé cargada hasta la cama y la coloqué con cuidado en ella. La necesidad me nubló la razón. Ella me desvistió con una rapidez sorprendente y de repente, la urgencia había tomado el control de nuestros cuerpos. Se colocó de rodilla sobre mi boca, era claro lo que quería que hiciera así que sujetándola de sus glúteos, me perdí entre los pliegues de su vagina saboreando cada centímetro de su piel, sintiendo como vibraba al toque de mi lengua; sentía sus músculos tensarse cuando sentí su cuerpo vibrar llegando al orgasmo. Abrí los ojos deleitándome con la imagen de ella sobre mí, su mirada azul eléctrico turbulenta por la pasión por todas las sensaciones que sentía en ese momento, su mano derecha acariciaba su seno derecho y su mano izquierda sujetaba delicadamente mi cabello pegándome más a ella. Cayó a un costado de la cama con la respiración irregular.- la abracé rodeándola con mis brazos, besándola dulcemente.- “Debo irme, ya voy tarde a una reunión” .- me arreglé rápidamente porque efectivamente iba con mucho retraso.


Hola Manuela ¿Cómo estás?.- Saludó Julia a su amiga.-
Bien amiga ¿y tú ? aunque mejor ni pregunto, ya se nota en tu cara de enamorada, que estás bien.- Respondió alegre la amiga.-
Payasa, pero sí, estoy bien y muy feliz. Ven.- Dijo con una gran sonrisa en sus labios.-Vamos, tenemos que pedir el permiso de investigación en la playa en dirección y luego irnos a hacer la investigación.- Agregó Julia caminando.
Oye ya tienen varias semanas ¿cuándo le dirán a tu padre?.- Preguntó seria Manuela.
Sé que debemos decirle, pero no he conseguido el momento. Debe ser pronto, porque no quiero que se entere por otro lado, aunque Carolina dice que sólo se puede enterar porque yo le diga algo.- contestó preocupada.-
Pues deberían hacerlo pronto, porque si las detalla al estar juntas de seguro se dará cuenta de lo que sucede y por más que sea la mejor amiga de tu papá el hecho de que hasta hace unos meses, ella era heterosexual y tú eres la niña de los ojos de tu papá, no les jugará a favor.- Contestó Manuela en el mismo tono que su amiga. Ambas sabían que su papá reaccionaría mal, por eso Julia había evitado comentarle sobre su nueva relación, pero no podía vivir a escondidas y mucho menos con Carolina.-
Hola Cariño ¿cómo va tu día?- Preguntó Julia al contestar el teléfono.-
Bien, bastante complicado, he tenido varias reuniones, una tras de otra. Tu padre me invitó a cenar hoy, y, me dijo que quería hablar conmigo ¿le dijiste lo de nosotras?- Pregunté seria.-
No,cariño. Hablamos hace unos días pero nada del otro mundo. Preguntó lo de siempre y me invitó a la casa el domingo próximo a comer pero la esquivé sutilmente la invitación.- contestó Julia algo nerviosa.-
Tranquila beba, déjame ver déjame ver qué quiere y cualquier cosa te llamo. Si desaparezco, sabrás que se enteró y se encargó del asunto.- Respondí en broma haciendo referencia a la ascendencia Italiana que tenía mi amigo y por ende, Julia.-
Me he separado de mi esposa, hoy me he mudado de la casa.- dijo con pesar.
¿Qué pasó Carlos? ¿Es tan grave como para irte de la casa?_ No podía creer que mi amigo luego de veinticinco años de matrimonio se esté separando.
No puedo tolerarlo más, el hecho que Julia sea lesbiana la ha trastocado, esta hablando con el grupo de su iglesia para un retiro espiritual donde le prometen que se curará, yo he escuchado lo que sucede en ellos y no es bueno, se ha vuelto insostenible. Después de hablarlo mucho he decidido irme de la casa, por lo menos así tendré la esperanza de mantener un poco alejada a Julia de ella, al menos hasta que entre en razón. Su voz se fue apagando hasta que llegó a un susurro. Me costó mucho entender lo que decía, pero supe que su matrimonio sólo tenía dos caminos; Olga aceptaba a su hija como era o Carlos terminaría divorciándose de ella…
Sentí un inmenso orgullo por él amor que le profesa a su hija, sentí un poco de envidia también, me habría gustado que mi padre hubiese sido un poco como Carlos, estoy segura que las cosas serían totalmente distintas a como son ahorita, pero entonces, no estaría con Julia. Solo pensar en ella hizo que una sonrisa de pura felicidad naciera sin control en mis labios.
¿Y tú por qué sonríes si te estoy contando mi tragedia? Preguntó Carlos.
“Estaba recordando a una persona” Contesté de forma esquiva sonriendo nuevamente por la imagen de Julia que vino a mi cabeza.
Jum pues debe ser bastante especial para tenerte sonriendo cuando te cuento mi drama._ contestó él con indignación fingida.
Es muy especial, en poco tiempo se ha hecho un lugar en mi vida al punto en que me cuesta imaginarla de otra manera ahora. Fui cuidadosa de obviar el sexo de la persona a la que me refería, a lo mejor estaba siendo paranoica pero sentía que cualquier referencia a su sexo le indicaría que era su hija.
Me alegro por ti Carolina, te mereces ser feliz y si este joven ha logrado eso en este tiempo, debe ser un buen muchacho._ contestó feliz.
Puede ser una persona mayor ¿cómo estás seguro que es menor que yo?- Pregunté fingiendo indignación por decirme que solo me gustaban los menores.
Riéndo con plenitud “porque desde que te conozco querida amiga, has atacado las cunas masculinas de la ciudad”.
Cuando llegué a la casa, me sorprendí de conseguir a Julia sentada leyendo en la sala, noté que arrugaba su cejo cuando vio que venía algo mareada por el licor, yo no estaba acostumbrada a beber y el hecho que haya tomado casi dos botellas de vino con su papá para mí significaba una inmensa ingesta de licor.
Hola bebe. sonreí al verla_ ¿cómo te fue hoy? completé acercándome para bersarla, necesitaba sentir su cuerpo cerca del mío.
Bien amor, resulta que no estoy tan atrasada como pensé en la tesis, solo me falta un poco mas de investigación de campo y estaré lista en unos meses, ¿Dónde estabas con mi padre que vienes bebida?
Sonreí al notar el tono controlado de su pregunta y revisar internamente que no me molestaba del todo que ella me preguntará, en casos anteriores, una sola pregunta de mis parejas hacía que saliera por la puerta, en esta ocasión, quise explicarle todo respetando la confidencialidad con mi amigo._ Me llevó al restaurante español y nos pusimos a beber un vino mientras conversabamos y el vino me afectó más de lo que debía. Tu papá bebió igual, pero como su sangre es mitad alcohol ni le pegó. Quiso regresarme lo suficientemente “feliz” a casa como para que mañana domingo lo pase en la cama._ contesté besándola descansando mis manos en sus caderas pegándola más a mí.
mmm no me digas que mi padre será ese tipo de amigo que toda novia odia porque es una mala influencia para su pareja._ Comentó acariciando mi espalda entre mi camisa.
Se escucha bien eso de ser tu novia, estoy más preocupada por que sea la clase de suegro celoso que no le gusta ninguna pareja de su hija. Dije divertida, observando la respuesta irreverente en su mirada. No perdí más tiempo y saqué su camisa por su cabeza, disfrutando de la visión de sus senos, los acaricié con mi pulgar notando como sus pezones se iban colocando cada vez más duros, besé su pezón derecho chupándolo, deleitándome al sentir como me pegaba más a ella, nos acostamos en el sofá dejándonos llevar por la necesidad de nuestros cuerpo por el cuerpo de la otra, la desnudé colocándome entre sus piernas disfrutando de su sabor, mi lengua jugando con su clítoris lamiéndola lentamentamente sintiendo la convulsión que le ocasionaba cada vez que mi lengua pasaba lento y duro sobre él, lentamente introduje un dedo dentro de ella deleitándome con lo estrecha que es, “oh, sí bebé más rápido, así” gimió Julia. _ “vamos acaba para mi, amor”.Respondí penetrándola en esta ocasión con tres dedos, disfrutando de las convulsiones que sentía en mis dedos y notaba en todo su cuerpo, un cálido y delicioso líquido se deslizó por mis dedos, los cuales me apresuré a tomar llevándola a un nuevo orgasmo. Me quedé un rato apoyando mi cabeza en su vientre dándole suaves besos en él, me quedé sorprendida cuando la idea de tener un hijo con ella invadió mi cabeza, idea que me dejó congelada, sentí un frío bajar por mi espalda, no podía presionar tanto, ella era apenas una niña, estaba empezando a vivir y nosotras apenas unos meses de relación como para agregar la idea a la relación.
Amor están tocando ¿puedes abrir? no me quiero mover. Dije tapándome la cabeza con la almohada el dolor de cabeza sentía que eran miles de enanos martillando la cabeza. “Dios prometo no beber más” comenté a Julia quien sonreía divertida.
Que poco aguante tienes bebe._ comentó dándome un beso suave en los labios para ir a abrir la puerta. “me gusta que no bebas” dijo saliendo del cuarto. Mi respuesta fue un intento de gruñido.
Hola Papá._ Dijo una sorprendida Julia al abrir la puerta y verlo ahí.-
Hola hija ¿cómo estás? Vine a hablar contigo._ justificó su presencia el padre, arrugando un poco la cara por la vestimenta de su hija, ¿Te desperté? preguntó pasando a la casa.
Sí, ayer me acosté un poco tarde, pero me cambio y regreso ¿quieres café?_ Julia estaba visiblemente nerviosa.
Tranquila hija yo me lo preparo, Carolina siempre ha tenido el café en la segunda compuerta sobre la cafetera. Cámbiate, trataré de no hacer ruido, seguro Carolina está inconsciente, ayer la hice beber bastante. _ comentó divertido al recordar la noche anterior. No es por ser chismoso pero ayer me comentó que está bastante ilusionada con un joven ¿lo ha traído a la casa?_ preguntó curioso.
Julia se sonrojó y con voz nerviosa “no, no eh mejor me cambio” evitó responder directamente.
Bebé, mi papá está aquí_ dijo Julia levantando a Carolina con cuidado dándole un beso suave en los labios.
mmm Dios como pudo levantarse tan temprano, tu papá esta loco._ Respondió de mal humor enrollandose más en la cama.
Dime entonces padre ¿qué te trae por aquí tan temprano? preguntó Julia cuando regresó al encuentro con su padre.
¿Hija no puedo solo visitarte? respondió el padre sirviéndole un café a su hija.
Esta bien padre, solo que si ayer técnicamente embriagaste a Carolina y estuvieron los dos en un restaurante hasta bien entrada la noche, me imaginé que algo estaba pasando, pero sabes que siempre me gusta verte. Respondió en tono conciliador.
Padre e hija se quedaron en la cocina hablando de todo y nada, cuando Julia tomó el teléfono de la casa para pedir un desayuno tardío a un restaurante cercano, “si por favor tres desayunos, dame los dos de siempre y un desayuno americano, y un jugo natural de dos litros de naranja recién exprimida” el padre de Julia la miraba intrigado, en su interior seguía creciendo el sentimiento que se estaba perdiendo algo importante y que no lo estaba viendo.
Carolina apareció en la reunión justo en el momento que estaban recibiendo la comida, “hola Carlos es que no tienes piedad”. Saludo dándole un abrazo a su amigo.
Riendo, su amigo le contestó “no sabía que la edad te estaba pegando tanto, ¿Cuándo te convertiste en una vieja aburrida?”. La respuesta de Carolina fue un gruñido, faltaban exactamente siete días para su cumpleaños y al ver disimuladamente a Julia recordó que era algo de lo que no habían hablado, pasando a su lado le tocó el hombro y se sentó a su lado a tratar de comer algo, se dio cuenta que en su plato había dos pastillas para el dolor de cabeza y se las tomó con un trago de jugo de naranja,  “gracias be..” se detuvo justo a tiempo “gracias Julia” Carlos arrugó la cara pero lo atribuyó a las secuelas de la salida de la noche anterior.
Julia, saldré un momento a hacer unas diligencias, gracias por el desayuno._ Dijo Carolina cuando terminó de comer. El desayuno se había vuelto tenso y sin conversación aunque el malestar de Carolina por el vino, igual le habría impedido participar mucho en ella, de haber existido tema alguno.
Julia no comentó nada, aunque hizo la anotación de preguntar qué era eso tan urgente que había tenido que hacer un sábado en la tarde temprano, no le gustaba lo insegura que se sentía respecto a Carolina, pero el hecho de que durante veinte años estuviera acostumbrada a estar con varias personas a la vez, la hacía dudar de su fidelidad, era un punto que ella consideraba indispensable para cualquier relación, eso y que no podía soportar la idea de que alguien más tocará el cuerpo de Carolina, la quería solo para ella, idea que la tomó por sorpresa, aún se estaban conociendo y estaban en los meses iniciales de la relación donde todo es maravillosamente nuevo. “hija estoy hablando contigo, te pregunté si Carolina te ha dicho ¿qué va a hacer para su cumpleaños? Julia se había perdido en sus pensamientos luchando contra el miedo ocasionado por sus inseguridades que le había sobrevenido a la salida apresurada de Carolina de la casa.
No papá no me hemos hablado de qué hacer en su cumpleaños, pero le preguntaré. Me imagino que no hará mucho. Comentó algo distraída
Bueno hija en fin, vine porque quería decirte en persona que me estoy separando de tu mamá, ayer me mude a un apartamento nuevo y me gustaría que te mudaras conmigo, más ahora que Carolina está empezando con un joven. Comentó emocionado por la nueva felicidad de su amiga y nervioso por la reacción de Julia.
Padre yo yo no sé qué decir, déjame pensar no puedo con todo esto. Julia no sabía que hacer entre el divorcio de sus padres y el hecho de que probablemente tendría que mudarse de la casa de Carolina, aunque eso era lo último que ella deseaba. No podía imaginarse viviendo sin Carolina, sin compartir como lo hacían hasta el momento, pero también sabía que apenas estaba comenzando con Carolina, cuatro meses es poco tiempo y Carolina no estaba acostumbrada a la monogamia, se terminaría cansando ¿Qué diría su papá cuando se enterara de lo que pasaba?.
Hija estoy hablando contigo, hoy estas mas distraída que de costumbre ¿Segura que estás bien?_ Preguntó Carlos preocupado.
Estoy bien, solo pensando _  respondió distraída.
Hija no quiero que mi separación con tu madre nos afecte, sabes que te quiero, eres mi hija._ Comentó preocupado Carlos pensando que su hija estaría tomando partido con su mamá.
Papá no te preocupes, yo también te quiero. El tono de voz seco de Julia dejó sorprendido a Carlos, quien decidió irse para hacer las diligencias que tenía que hacer. En la semana trataría de hablar nuevamente con Julia para que viviera con él y le diera un espacio a Carolina.
Cuando Carolina regresó unas horas más tarde con bolsas de mercado, ya que había aprovechado el tiempo para hacer varias diligencias, se sorprendió de conseguir a Julia sentada en la sala observando la nada. ¿Qué pasa? Preguntó Carolina acercándose a su novia.
Mi papá se está divorciando de mi madre y quiere que me vaya a vivir con él. Respondió Julia sin ver a Carolina.
¿Qué sientes tú con el divorcio? ¿te quieres ir a vivir con tu padre?. Pregunté tratando de sonar segura para que ella no notara que la simple idea de que ella se fuera, me llenaba de dolor y el estómago se convertía en cemento.
No respondió de inmediato a los segundos se volteó a mi “¿Es lo que quieres, que me vaya con mi padre?” -  
Bebé no es lo que quiero, pero seré sincera, soy veinte años mayor que tú, a parte, no soy muy divertida, no tengo muchas cosas en común con gente de tu edad así que no es loco pensar que puedes terminar por aburrirte. Solo quiero darte espacio para que tu elijas.- Dije besándola lentamente, no quería tener una discusión, pero tampoco era justo vivir paralelas a la realidad.
No digas eso que no es cierto, no eres aburrida y tal vez no tengas nada en común con mis amigas, pero es bueno porque yo no salgo con ninguno de ellos.- Respondió Julia divertida por la cara de Carolina de que no entendía nada.
Te amo.- Respondí besándola de nuevo, la agarre por su cintura y le indiqué que se sentara en mis piernas. Cuando lo hizo, sentí como el calor nos envolvía y la pasión era la fuerza que nos dominaba sin control alguno, le quité la camisa por su cabeza besando sus senos  recorriendo su pezón erecto, deleitándome por un tiempo con él. Besé su abdomen y le indiqué que se elevará un poco quedando su sexo caliente y húmedo a la altura de mi boca, ella se apoyó con sus manos del espaldar del sofá haciéndola tomar una posición inclinada. Recorrí sus labios húmedos con mi lengua, luego tomé prisionero su clítoris con mis labios para soltarlo y recorrerlo lentamente con mi lengua. Entré en ella saboreando su sabor dulce, un dedo se dirigió a su ano dándole masajes suaves solo acariciándolo, sentí como de su intimidad emanaba aún más fluidos, sus gemidos se hicieron más seguidos y más erráticos, cuando introduje mi dedo en su ano y mi lengua en su vagina ella se vino en mi boca, sentí como los espasmos musculares tomaron el control de sus piernas y terminó deslizándose sin fuerza por mi cuerpo hasta quedar de nuevo sentada sobre mis piernas y su cara escondida en mi cuello, tenía ganas de sentirla pero saber que estaba ahí y que la amaba, hicieron que mis ganas pasarán a un segundo lugar, la ayudé a llegar hasta nuestra habitación, eso suena tan bien  “nuestra habitación”. Pensé justo llegando a la cama.
Oh por dios ¿Quién en su sano juicio toca la puerta a esta hora?_ Dije de mal humor, había tenido mala noche y mi sueño había sido inconstante. “yo voy amor, no te pares, sigue durmiendo”_ dijo Julia parándose de la cama, se puso la bata de seda de Carolina color vinotinto, aunque le quedaba algo grande ya que Carolina media por lo menos veinte centímetros más que ella.
¿Hola amiga cómo estás?_ Saludó Julia tratando de activar su cerebro. Manuela estaba en el otro lado de la puerta, Julia no sabía exactamente por qué su amiga se encontraba en la puerta de su casa, pero no dijo nada, esperaría que su amiga le indicará el motivo, así no pasaría por descortés.
¿Julia no estás lista? habíamos quedado en ir a la playa a recoger las muestras que necesitamos. ¿Qué estabas haciendo que se te olvidó?- Preguntó divertida Manuela, pues era obvio que habían ocupado el tiempo de su amiga, aunque estaba muy feliz por Julia.
Pasa, me iré a cambiar.-Respondió sonrojada Julia, indicándole a Manuela que se sentará.
¡Hola! - Saludé sorprendida, me había despertado y no iba a poder dormir, salí a la sala con un intento de pijama, consistía en unos pantaloncillos cortos de hacer ejercicio y una franela sin mangas ajustada a mi cuerpo.
Julia volteó a  verme con cara de pena, regresando su atención inmediatamente a su amiga quien estaba detallando cada parte de mi cuerpo, bajo su escrutinio, solo fui capaz de ponerme roja y regresar al cuarto por algo más de ropa. Cuando regresé escuchè un fragmento de su conversación sin querer “amiga dios, yo soy hetero pero por una mujer así pensaría en cruzar la acera, por lo menos por un tiempo” comentó divertida Manuela. Irónicamente volví a ponerme roja, levantándole una ceja a Julia que no pudo controlarse y riéndose, le indicó a su amiga con la mano que yo estaba detrás de ella.
Me quedé conversando con Manuela y mi novia, entendí que tenía que formar parte de su círculo social por lo menos por instantes, para que ella pudiera sentir cierta seguridad de mí, para mi sorpresa fue agradable, una conversación ligera y divertida contando las historias divertida de la vida de Julia, quedamos en salir en otra oportunidad cuando Julia lo considerará pertinente.-


Amor recuerda que hoy tienes que venir temprano, es tu cumpleaños y he invitado a algunas personas a cenar._ Dijo Julia desde la puerta del baño.
Bebé lo sé, trataré de estar aquí alrededor de las siete. Sabes que hemos tenido un caos en la oficina, pero haré todo lo posible por estar aquí antes de las siete.- respondí dándole un beso juguetón en los labios, ya me había dado mi primer regalo de cumpleaños, algo que me tomó por sorpresa. Sentirla en la mitad de la noche recorriendo mi sexo con su lengua, pero fue delicioso.
¿Vendrán tu mamá y tu papá?- Pregunté aun abrazada a ella acariciando sus glúteos. “si, ambos dijeron que vendrían y prometieron que se comportarían mientras estén aquí”_ contestó besando la base de mis senos. “mmm delicioso, pero mejor salgo a la oficina pronto o no podré salir a tiempo”_ dije divertida por su cara.
“promete que regresarás rápido. Estoy nerviosa, no se como lo vaya a tomar”_ comentó al borde de las lágrimas.
No te preocupes, no dejaré que te pase nada. _ le respondí con confianza.


Hola llegaste! pensé que no te dejarían salir temprano._ Me dijo cuando vio que llegué, se notaba al borde de una crisis nerviosa.
Te dije que estaría aquí temprano, ¿Qué sucede?_ pregunté nerviosa también.
Mi papá no ha dejado de beber y mi madre no para de hablar que mi estilo de vida es un pecado, que debería estar con un hombre para poder quitarme estas ideas ridículas de la mente._ Explotó al borde del llanto.
Bueno cenaremos, cantamos cumpleaños y los dejamos ir, le diremos a tu papá en otra oportunidad, no creo que bebido sea la mejor manera de decirle. _No quería comentar nada de la ira explosiva que a veces tomaba el control de su padre, muchas veces tuve que intervenir para que Olga no sufriera las consecuencias, aunque una vez que nació Julia se controló, y eso me calmaba un poco.
Hola Carlos ¿cómo estás? _ Saludé quitándole la copa de whiskey y dándole un vaso de agua, iba a discutir, pero inmediatamente señalé a Julia, sabía que era su punto débil, no haría un escándalo frente a ella. La culpa se apoderó de mí, estaba traicionando la confianza de mi mejor amigo. Servimos la cena, tratando de mantener a Olga alejada de Carlos.
¿Olga cómo has estado? tenía tiempo sin verte_ comenté tratando de hacer conversación y el ambiente tenso que se había instaurado en la mesa se hiciera más tolerable.
No seas cínica Carolina, tu sabes bien lo que me hizo Carlos, no puedo creer que apoyes ese tipo de comportamiento_ Soltó ella, llevándose con esa frase todo el posible ambiente calmado que habíamos logrado tener.
Olga no digas cosas que no sabes, nunca he intentado meterme en su relación y tu sabes que nunca he apoyado a Carlos en algo que no deba, siempre he tratado de dejar que ustedes resuelvan sus diferencias, pero no podía dejar que te llevaras a Julia a uno de esos locos retiros donde exponen a las personas a cualquier tipo de abuso bajo la excusa de que “Dios los curará” Julia no está enferma, debes entenderlo._ Respondí algo molesta.
No puedo creerlo, apoyas esa conducta desviada de Julia._ Gritó ella parándose de la mesa.
No tengo que aprobarla o desaprobarla, porque es algo totalmente normal, es su sexualidad, es su vida privada y nadie tiene derecho a meterse en ella, entiéndelo_ Grité parandome de la mesa también.
No podía esperar menos de ti, me sorprende que Carlos no se haya venido a vivir contigo, “siempre tuvieron ese vínculo extraño que los unía”¿Dime te da placer ser la amante?”- Dijo con dolor.
Estás loca Olga, no puedo creer que te estoy escuchando decir esas cosas. Respondí sorprendida por su insinuación.
Carlos había vuelto agarrar la botella, esta vez era vino, yo solo podía observar como toda la reunión se estaba saliendo de control, “será mejor que todos nos acostemos, han bebido de más y están diciendo cosas sin sentido”_ dije levantando mi plato de la mesa. Julia seguía jugando con su comida en la mesa, Olga estaba molesta decidiendo si irse o quedarse a soltar más veneno, Carlos con su actitud distante como si no estuviera ahí, actitud que muchas veces me molestaba, pues cuando tenía que tomar el control e imponerse, defender en lo que él creía, simplemente no lo hacía.
Olga terminó por decidir quedarse a dormir estaba bastante bebida y sin permitir que nadie la llevara a casa término aceptando quedarse, pero antes de irse a la habitación de Julia, terminó de soltar todo su veneno “espero que lo disfrutes ahora que está soltero” dijo saliendo de la sala. Observé como Julia levantaba la cara observándome con dudas. Genial, ahora mi novia piensa que yo estuve involucrada con su padre, pensé mientras ayudaba a Carlos a llevar a Olga al cuarto de su hija.
Carlos ella sigue con su loca idea que tenemos algo no se como lo soportaste todos estos años, en verdad.-Dije abrazando a Carlos al cerrar la puerta del cuarto.
A veces por amor hacemos cosas sorprendentes.- contestó con pesar. El se fue al otro cuarto y yo fui a la sala, la discusión me parecía sin sentido y bastante tonta. “tu mamá ya se durmió, menos mal” comenté cansada sentándome en la sala, haciéndole señas a Julia que se sentará en mis piernas.
Sabes que te amo ¿no?- Dije en una explosión de franquesa. “Lo sé bebé y yo te amo a ti” - Respondió ella dándome un beso suave en los labios, le correspondí el beso acariciando su espalda con mis manos, pero por primera vez no era con una necesidad de sexo, sino más bien una necesidad de protección.
¿Sigues creyendo que lo mejor es decirle mañana?- Pregunté dudosa por el evento recién ocurrido.
Es lo mejor, no quiero mentirles, tu no quieres que mi papá se entere ¿por qué?- Preguntó ella con tono molesto.
No es eso, creo que lo mejor es decirles y por carlos no me preocupo mucho, se que se molestará porque eres su hija, pero somos amigos desde antes que tu naciera, Dios puedo ser tu madre.- Comenté con cierto tono de regaño en mi voz.
Ya hemos hablado de eso Carolina, no me importa la edad, te amo y como dices, en el corazón no se manda, quiero construir mi vida a tu lado.- Declaró Julia con franqueza.
Oh bebé yo también lo quiero, sabes que ultimamente he pensado en una idea loca.- comenté sonrojándome.
¿Si? ¿Y qué idea loca se te ocurrió?- Preguntó emocionada Julia.
Que podríamos casarnos y tener un hijo.- Dije asustada, aunque ella sabía lo que había pasado, nunca habíamos hablado de tener hijos. “Si no quieres no tienes que aceptar, no quiero presionarte”. completé cuando vi que se puso tensa.
No me estoy negando, solo me tomó por sorpresa ¿Por qué te da tanto miedo decirme lo que tu quieres?- Preguntó ella sujetando delicadamente mi cara entre sus manos. “no quiero presionarte y que termines yéndote de mi lado”. Admití insegura.
No lo haré Carolina, debes entenderlo, si quiero tener un hijo contigo pero mejor que sean dos, así no estará solito. Pero primero debemos casarnos, no quiero ser madre soltera.- Respondió ella en tono ligero mientras me daba un beso que significaba una nueva etapa para nuestra relación.
Julia sabes que durante mucho tiempo nunca me había dado la oportunidad de estar en una relación con nadie, pero debo confesarte que desde que te vi ese día en mi oficina sabía que cambiarías mi vida. No pensé que significarías para mi una nueva oportunidad para amar sinceramente y ser feliz._ Tomé la cadena que llevaba en  mi cuello y se la coloqué con delicadeza.
Te amo._ Respondió ella entendiendo el significado de lo que acaba de hacer.
Nos quedamos un ratos en silencio disfrutando del momento de tranquilidad, internalizando que le había propuesto muy a mi estilo, matrimonio. Estábamos en una nueva etapa y la idea de finalmente tener una familia y que ella formara parte fundamental de ésta, me llenaba de felicidad pura.
No sé en que momento nos quedamos dormidas, ella sobre mi acurrucada y yo protegiéndola con mis brazos, sentí el ruido de una puerta e inmediatamente me  pare notando mi cuerpo adolorido por la posición incómoda en la que dormí.
Buenos días_ Saludé aun desorientada a Carlos, gracias a dios había escuchado la puerta y me levanté, aunque Julia y yo dábamos la apariencia de no haber dormido nada, eso era mejor que tener dibujado en la frente que había pasado la noche acariciando a la hija de mi mejor amigo.  
Buenos días Caro, ¿como estas? _ Respondió él siguiendo el camino a la cocina, tenemos la suficiente confianza como para andar por la casa del otro como si fuera nuestra, él sabe que para poder conseguir más de dos palabras de mí debe darme café. “Siento mucho lo de Olga, sabes que siempre ha tenido esa idea”_ Comentó apenado por el comportamiento de su ex esposa.
No te preocupes, eso lo sé. Me preocupa un poco Julia no quiero que piense que yo tuve nada que ver en su divorcio- Me dije a mi misma que Julia confiaba en mí y no creería las acusaciones de su madre.
Me dirigí al pequeño balcón para tomarme el café en compañía de Carlos, las matas siempre nos habían producido un ambiente relajante, ¿Qué crees que vaya a hacer Olga? no aceptará fácilmente que Julia es gay.
No lo sé, solo quiero que la deje ser feliz_ Respondió Carlos con un tono triste.
Lo hará, dale tiempo, eres un excelente padre Carlos a veces me gustaría que mi padre se hubiese parecido a ti por lo menos un poco _ Comenté con pesar, no hablo de mi padre y frente a carlos lo hecho en contadas ocasiones.
Siento su muerte, siento que no hayas podido recibir una disculpa o una explicación de él _ Contestó Carlos abrazándome, un abrazo lleno de cariño fratenal y de apoyo.
Vaya y yo que pensé que me tendrían un poco más de respeto _ Reclamó Olga con voz venenosa.
No es lo que piensas Olga, Carlos estaba solo consolándome por la muerte de mi padre._ Dije tratando de aclarar el momento que ella estaba tergiversando.
Si me imagino como te consoló, yo sé cómo te consuela. ¿Crees que no me di cuenta de todas las veces que él se iba contigo y regresaba en la madrugada oliendo a tu perfume?._ Su tono calmado pero venenoso me estaba alterando.
¡Pues nunca he estado con él! Lo conozco desde la preparatoria y eres una idiota si piensas que tu marido te ha engañado durante 20 años y aún seguías con él, no te valoras como mujer y en eso no podemos hacer nada ni Carlos y  ni yo._ Respondí.
Olga no digas cosas que no sabes, no compliques las cosas, te lo he dicho mil veces durante todo el matrimonio, Carolina y yo somos amigos nada más, ¿Por qué te empeñas en ver cosas que no son?._ El tono calmado y conciliador de Carlos hizo que ella pensara mejor la situación, pero su veneno ya estaba ahí, pude ver a Julia atrás de su madre con la espalda erguida y tensa. No sabía cuanto había visto u oído y no quería que tuviera dudas, siendo justas, ella también debió ser consciente de que su padre salía conmigo hasta bien entrada la noche.
Olga yo estoy enamorada de alguien y quiero esa persona con todo mi ser, hemos pensando en formalizar nuestra relación y finalmente tener mi familia a su lado._ comenté en voz baja sujetando el brazo de Carlos buscando apoyo.
No me imagino que clase de hombre podría estar con una mujer como tú, has estado con todos los hombres de la naval y ni contar a los que conocías en las discotecas, que clase de ejemplo darás._ el ataque de Olga no se detenía aunque sabía que lo hacía para herirme y no debía hacerle caso, estaba empezando a creer que era verdad.
¡Ya basta mamá! Desde que llegaste no has dejado de atacar a Carolina y no te lo permitiré más, ella no tiene la culpa de lo que sucedió en tu matrimonio, la tienes tú, por tu idea de que yo vivo en pecado y que tu eres la salvadora del mundo y no es así, Carolina es una mujer con la cual cualquier persona estaría orgullosa de estar._ Dijo Julia acercándose a mi entrelanzando los dedos conmigo, por un momento pensé que mis piernas no me sostendrían más.
No te atrevas a atacarlas Olga, he tenido mucha paciencia pero ya basta, deja ser feliz a tu hija, no ha hecho nada malo. Basta._ Dijo Carlos con voz firme agarrando a Olga por un brazo y llevándola a su cuarto.
Gracias, pero no tenías  que exponerte así, al final podía soportarlo._ Agradecí besando su frente.
Te amo, no podía seguir escuchando como te atacaba por cosas que solo están en su cabeza._ Respondió dándome un beso suave en los labios. “mi padre no parecía sorprendido para nada” comentó acurrucándose más en mis brazos.
No, no lo parecía. Hablaré con él, explicarle lo que sucedió._ Respondí sería.   
Carlos se fue con Olga, ninguno de los dos se despidió, algo que nos pareció extraño pero con el disgusto de la mañana, preferimos acostarnos antes de que otra cosa volviera a tensar nuestras vidas.
¿En verdad quieres hacerlo? ¿Quieres casarte conmigo?_ Pregunté dudosa cuando ella salía del baño.
Sí, sí quiero y quiero tener uno o dos niños, preferiblemente gemelos para que sea un solo dolor._ Respondió acercándose a mí y dándome un beso suave en los labios.
Por dios santo es que nadie puede venir a hora decente a visitar._ dije gruñonamente parándome de la cama.
Bebé no seas así anda, yo me iré vistiendo. _ Respondió Julia dándome un beso rico en los labios.
Hola Carlos ¿Qué haces aquí?_ Pregunté nerviosa.
Necesitaba hablar contigo antes de que te fueras a trabajar._ Su tono serio me hizo sentir que era una niña de preescolar a la cual la habían mandado a dirección.
¿Desde cuándo estás saliendo con mi hija? ¿es cierto que piensas formar tu familia con ella?_ Preguntó  serio sentándose en el sofa.
Sí. Desde hace un año. Pensamos en decirte pero siempre había algo que lo impedía. La amo y quiero formar mi familia con ella. Quiero que sepas que no le haré daño, con ella es distinto, con ella quiero pasar mi vida._ Dije sinceramente, para mi era importante que él entendiera y me comprendiera.
Lo sé, lo vi en tus ojos el día de la cena cuando me hablaste del joven, siempre dije que alguien te haría sentar cabeza, solo que nunca pensé que fuera mi hija. Después de lo que te hizo tu padre, yo solo quería que te dieras la oportunidad, para mí es difícil, ella es mi hija y tu mi mejor amiga, mi hermana._ Comentó pensantivo. “promete que la harás feliz” Completo con la mirada puesta al vacío.
Lo haré. La haré feliz.-Dije con un nudo en la garganta.
No quiero que esto afecte nuestra amistad, se que has pasado muchas cosas, siempre sospeché los maltratos de tu padre hacia a ti, pero te fallé cuando no pude cuidarte. Luego cuando fui al hospital y supe lo que había pasado, verla ahí cuidándote supe que por eso es que nunca me presentaste a tu “novio”, no tenías que ocultarme eso, eres mi mejor amiga, te quiero como una hermana pero respeté que no estabas lista para incluirme en esa parte de tu vida y que eso no tenía que significar que no confiabas en mí, solo que era algo que no querías compartir. Cuando ella finalmente se fue vi como cambiaste, como tu mirada simplemente cambió, te volviste cerrada y pasabas de un hombre a otro como si su función era solo complacerte. Tardé un tiempo en entender que simplemente no estabas lista para recuperar lo que habías perdido; no lo negaré, me molestó un poco saber lo que pasaba con mi hija. Es mi hija, mi niña y tu le duplicas la edad, luego sin querer escuché una conversación que ustedes tenían y comprendí entonces que mi hija no es una niña, aun y cuando la vea siempre de cinco años que necesita mis cuidados y de mi protección; por otro lado, tú la quieres y es una decisión de ustedes._ Carlos se había confesado con Carolina, le estaba brindando su apoyo y demostrando que a lo largos de los años había podido leer los silencios de Carolina. “Te mereces ser feliz Carolina, después de todos estos años te lo mereces, me alegro por ustedes”._ Carlos me abrazó y se fue. Yo me quedé pensando en todo lo que había dicho Carlos, pero agradecida en que aceptara nuestra relación.


Epílogo
Hola papá ¿como estas?. Lo abrace sonriendo de que finalmente estuviera solucionado el divorcio con mi madre.
Bien hija, hoy por fin hemos firmado los papeles no puedo creer que haya tardado tres años en poder divorciarme de ella, gracias a Dios hoy acepto.
Hace unos años cuando mis padres descubrieron que yo estaba teniendo una relación con Carolina no reaccionaron bien,  sobre todo mi mamá que nunca pudo superar su idea de que mi padre tenía una relación con Carolina, ahi las cosas se pusieron feas mi mamá introdujo la solicitud de divorcio alegando engaños y maltrato físico - psicológico por parte de mi papá, iba todos los días a nuestro apartamento a rezar por nuestra salvación; finalmente Carolina pidió una orden de restricción donde le impedían que se acerca a nosotras sin embargo, esto no ayudó mucho unos meses más tarde  ya para navidad ella se presentó en la casa para la mala suerte de todos mi papá también estaba con nosotras.
¿Qué haces aquí Olga?- preguntó mi padre evidentemente molesto.
Vengo a ver a mi hija no permitiré que la dejes perderse en este mundo de perversión, yo la salvaré así sea lo último que haga… Salió de la casa indignada, dejando detrás de ella un ambiente lleno de incertidumbre, la confusión reinaba en la mente de todos.
Bebé no te preocupes pondré a unos cadetes a cuidar la zona por lo menos hasta que resolvamos con el juez internarla, no dejaré que se acerque a tí.- sentí los brazos de Carolina rodearme apretando mi cuerpo contra el suyo, por un momento el miedo por las declaraciones de mi madre pasaron a un segundo lugar.
No se porque simplemente no puede dejarnos ser feliz, porque se empeña en hacernos daños.- mi voz se quebró finalmente la velada había acabado.
Carlos ¿Qué vamos hacer?. pregunto Carolina sentándose en la sala nuevamente, había acompañado a Julia a la habitación todo el evento la había puesto muy nerviosa.
Hablaré mañana con el juez pediré una audiencia con él explicare el caso, así, el podrá ordenar que un centro de ayuda psiquiátrico la acepte aun en contra de su voluntad hasta que se determine que sucede, no puedo creer que haya todo terminado en esto… Carlos afligido se fue sin escuchar a su amiga que se negaba a que se fuera.
Cinco días más tarde finalmente el juez emitió la sentencia con el exhorto al hospital psiquiátrico de Caracas para que atendieran de forma obligatoria a la Señora Olga, emitiendo igualmente la sentencia de divorcio de Carlos quien, a puertas cerradas había narrados todos los hechos violentos y brotes psicóticos que había tenido Olga a lo largo de su matrimonio nunca intentó hacer algo primero para proteger a Julia y segundo siempre pensó que era consecuencia de la personalidad de Olga.-
Papá quiero hablar contigo. Dijo Julia entrando a la oficina de su papá.
Claro hija pasa, ¿Carolina no viene contigo?. El tono en su voz era de incredulidad, estaba acostumbrado a ver a las dos mujeres juntas, algo que le gustaba porque se notaba a simple vista el amor que se tenían entre ellas.
Quiero empezar dándote las gracias por todo el apoyo que me diste cuando mi mamá se negó a aceptarme, no creo haber podido soportarlo sin tu apoyo constante, gracias por aceptar mi relación con Carolina se que en su momento debió ser difícil por ser tu amiga y la diferencia de edad pero gracias.-
No sigas hija yo solo quiero tu felicidad lo sabes, es lo único que me importa solo quiero verte feliz.- Su padre luchando por controlar la emoción se paró a abrazar a su hija, el abrazo duró unos segundos antes que ambos decidieron que ya habían solucionado el tema a su manera.
Hola bebe ¿Cómo te fue con tu padre?- Pregunto Carolina entrando a la habitación donde estaba acostada Julia con los pies en alto sobre unas almohadas.
Bien amor, estaba extrañado porque no me acompañaste, lo invite a comer el sábado a la casa ¿Te parece bien?- Preguntó Julia algo insegura.
Claro amor, aunque pediremos comida a un restaurante no quiero que cocines, recuerda que el doctor dijo que debías tener reposo por unas semanas para evitar complicaciones.- Respondí dándole un beso suave en los labios y luego acariciando su barriga donde estaban nuestros gemelos de cuatro meses de edad. me sentí feliz y plena por fin podía tener una familia como la que había desea y tenía una nueva oportunidad de amar y ser feliz.